Ni Ken Masters, ni Chuck Norris (que también tenía videojuego). Las mejores patadas giratorias al estilo arcade de los 80 las dieron los hermanos Billy y Jimmy Lee en Double Dragon. El brutal molde que estableció el fenómeno de los yo contra el barrio. Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons recoge el testigo de Technos reteniendo la doble identidad a la saga mostrada en recreativas y también en consolas y, en el proceso, le añade un nuevo matiz al conjunto: a los tortazos, llaves y barridos de toda la vida se le suma el concepto de roguelite. ¿Eso qué rayos es?
Si eres de la vieja escuela, todo lo que te gusta y no puede faltar de los beat'em up pixelados sigue en su sitio en Rise of the Dragons. Hasta el cliché de comer hamburguesas tiradas en el suelo para reponer salud. Un tentempié habitual en una ciudad rendida al caos, gobernada por maleantes de medio pelo y que reclama esa clase de justicia callejera que deja marcas al día siguiente. Una receta clásica, sencilla pero terriblemente divertida, servida del modo en que nos gusta.
A modo de aperitivo, aquí tienes nuestro gameplay. Diez minutazos en los que nos dejamos los nudillos a lo largo de los compases iniciales del juego.
Como puedes ver, y ya adelantamos, Rise of the Dragons se mueve constantemente entre la experiencia arcade original y el legado en consolas como NES, aunando los aciertos de ambas. La estética cabezona de los sistemas de 8-bits está presente, con un impulso claro hacia las corrientes actuales del pixel-art vistas en juegos como TMNT: Shredder's Revenge o River City Girls, pero se esquiva con gran acierto aquello en lo que Double Dragon IV (lanzado en 2017) tropezó: la jugabilidad está pensada tanto para los nostálgicos como para los jugadores actuales. Aunque sobra decir que los primeros lo pasarán todavía mejor.
Lo realmente nuevo es el modo en el que Secret Base, quienes firman esta entrega, afrontan un problema habitual en esta clase de juegos: Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons son plenamente conscientes de que la duración de los beat'em up clásicos nacidos en los arcades se crearon para dar una tarde de diversión a cambio de 25 pesetas si somos lo suficientemente hábiles. Diez duros si jugamos a dobles en la misma máquina. Echar una partida ya no cuesta una moneda o dos, y llegar al jefazo final en una sola tarde puede sonar tentador en según que casos, pero el efecto colateral es que -salvo excepciones- acaban siendo juegos de tránsito en lugar de especiales o memorables.
Y es ahí, en ese punto, cuando Secret Base introduce el arma secreta de Rise of the Dragons: el elemento roguelite. Introducir recompensas, elementos personalizables que prevalecen entre partidas incluso cuando no llegamos al final y la sensación de que al iniciar el juego desde el principio no vamos a repetir lo mismo de las ocho veces anteriores. No a base de ofrecer elementos aleatorios, aunque alguna característica específica hay, sino aferrándose a las bases y a la esencia de los yo contra el barrio. Los mismos juegos que se fijaron en el Double Dragon original.
Los gemelos golpean... ¡Dos veces más!
Si vas a jugar a Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons, lo primero que tienes que tener presente es una obviedad que no quedó muy clara en anteriores intentos por reimaginar la saga: sobre el papel, los Double Dragon funcionan como Final Fight o Streets of Rage, pero se sienten diferentes a los controles. En parte, porque supuso la evolución de Renegade. Y ese es el primer acierto de Secret Base. El segundo es cómo ponen los puntos fuertes y las señas de identidad de la saga al servicio de la característica estrella de este arcade en clave de roguelite.
Como ya comentamos, a nivel estético Rise of the Dragons busca ese equilibrio entre el color y las técnicas muy definidas de las entregas arcade de Double Dragon, y la sencillez y ese toque chibi tan arraigado a lo visto desde NES y que ha perdurado de manera atemporal. De modo que jugar es mucho más sencillo que en recreativas, pero deja la puerta abierta a que nos luzcamos a base de técnica y movimientos especiales.
Sobre todo, porque si tenemos la más mínima intención de llegar lejos necesitaremos ser generosos a la hora de repartir patadas giratorias. Una técnica sencilla, pero rematadamente eficaz que siempre gusta ejecutar cuando estamos rodeados de enemigos.
Bajo la tradicional barra de Salud hay una barra de Super que deberemos llenar y vaciar con muchísima frecuencia, aunque no nos costará demasiado hacerlo. Si bien, se recarga sola, cada enemigo derribado ofrece monedas y un pequeño orbe de energía. Pero ahora viene lo interesante: salvo contadas excepciones, la manera de restaurar nuestra salud (y esto es muy importante) se basa en tumbar a un mínimo de tres enemigos con una técnica especial. Y esto es muy importante, ya que en Rise of the Dragons no hay vidas extra. Al menos, de primeras.
Nuestra partida durará lo que aguantemos repartiendo tollinas y tanto como podamos convertir nuestros combos y enemigos en perritos calientes, hamburguesas o pillos que esperarán en el suelo a ser devorados. Sin embargo, se nos da un recurso adicional que, a su vez, añade una capa adicional de variedad al juego: pese a que se mantiene el cooperativo local en Rise of the Dragon, si jugamos en solitario peleamos en pareja de modo que hay un segundo personaje esperando el esperando tanto para extender el combo iniciado, como para tomar la iniciativa si andamos mal de salud.
Eso sí, a diferencia de los originales, Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons acierta al ponernos de primeras a cuatro protagonistas que, en esta ocasión, no solo tienen estilos diferentes, sino también complementarios a la hora de atacar, adaptarnos a las situaciones o replantear nuestro alcance y movilidad. Siendo Billy y Jimmy Lee los más parecidos y equilibrados, aunque solo se parecen en el atuendo, y hasta el color del mismo es diferente.
El inesperado roguelite arcade de Double Dragon reinventa lo clásico con buenas ideas
Las sensaciones arcade de Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons están fuera de duda, pero ahora toca hablar qué las empareja con títulos tan dispares entre sí como Dead Cells, Hades o Vampire Survivors y su manera de no ofrecer dos partidas iguales: el elemento roguelite. Es decir, la manera en la que se nos invita a regresar a la casilla de salida en mejores condiciones y con la motivación redoblada.
La premisa roguelite se ha esparcido por la base arcade de manera progresiva, de modo que ya desde la selección de niveles (y jefazos) inicial empezamos a notar una evolución: la cantidad de tramos, escenarios y enemigos a los que nos enfrentaremos irá de menos a más independientemente de por dónde empecemos o cual sea el siguiente destino que escojamos. Propiciando que siempre alteremos el orden de las fases para ver elementos nuevos.
Sin embargo, esto también se aplica a la jugabilidad: al final de cada nivel desbloqueamos mejoras con el dinero recolectado de los enemigos o que aparece al romper cajas que, en este caso, si se ofrecen de manera aleatoria. Ofreciendo también la opción de quedarnos como estamos y canjear unas valiosísimas fichas.
Las fichas son una especie de moneda de juego que se consigue al final de cada fase o al alcanzar ciertos hitos. De hecho, si nuestros dos personajes son eliminados podemos canjearlas para continuar en el último punto de control o convertir lo que llevemos y nuestro progreso en más fichas. Y pese a que lo primero resulta algo que todo el que ha jugado a las recreativas hará por instinto, ya te adelantamos que el modo en el que está planteado Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons promueve siempre lo segundo.
Con las fichas desbloqueamos los contenidos del juego en una tienda específica, incluyendo muchísimos más personajes que le dan una mayor variedad a las partidas, además del arte y la banda sonora del propio juego y consejos adicionales a la hora de jugar. Así que, más allá del tópico de poner patas arriba todos los escenarios, nuestra prioridad pasará de manera gradual a obtener la máxima cantidad de fichas con las que poder tener más opciones de llegar al final del juego.
Siempre a base de una rejugabilidad muy bien planteada y estímulos constantes por reiniciar la partida o comenzar una nueva. Dicho lo cual, tendremos ayudas para que esto sea tan desafiante o relajado como nos apetezca: antes de empezar tendremos toda clase de ajustes que van desde nuestra cantidad de salud a la dificultad de los enemigos que condicionarán la cantidad de dinero que ganamos.
Como resultado, mientras mayor sea el desafío de Rise of the Dragons, más fácil será desbloquear contenido, pero por otro lado también se abre la puerta a que nos lo pasemos bomba atizando a todo lo que se mueve en pantalla.
No se puede hablar de una nueva edad de oro para el Beat'em Up sin el regreso de Billy y Jimmy Lee
Volvió Streets of Rage golpeando muy fuerte. Las Tortugas Ninja que nos chiflaron en las recreativas también. Y a falta de un nuevo Final Fight, el modo World Tour de Street Fighter 6 (y sus cabinas arcade) también hacen el apaño. Double Dragon no podía ser menos. No, cuando todos los yo contra el barrio han renovado sus votos para los fans de siempre y los que sencillamente quieren limpiar escenarios pixelados a base de ganchos y suplex.
Estamos experimentando un auténtico renacimiento del beat'em up arcade con el regreso de clásicos y nuevas propuestas inspirados en ellos; y lo cierto es que Arc System Works, quien tomó el relevo de Technos, acertó en delegar la saga Double Dragon a Secret Base. No solo por cómo renueva lo que le distingue a Billy y Jimmy Lee del resto de luchadores callejeros, sino por el modo en el que ponen su sello al conjunto.
Secret Base extienden las lecciones aprendidas de Devil's Dare y Streets of Red : Devil's Dare Deluxe, así como su estética retro, a este nuevo Double Dragon que se balancea entre lo clásico y lo nuevo con acierto. Dejándonos unas primeras impresiones realmente positivas de cara a su inminente lanzamiento. En verano, claro, como todos los grandes juegos de lucha arcade.
Si bien, todavía es un poquito temprano para nuestras impresiones finales, te adelantamos que no tardaremos mucho en ofrecerlas: Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons se pondrá a la venta el 27 de julio en todos los sistemas de sobremesa y escritorio. ¿El mejor juego de Double Dragon? Tal y como se está planteando, la idea es que, como mínimo, sea el que más veces acabes jugando. Y eso ya es un doble acierto.
Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons
Ficha de Double Dragon Gaiden: Rise of the Dragons
- Plataformas: PC, PS4, PS5, Xbox One, Xbox X|S y Nintendo Switch
- Multijugador: Sí
- Desarrollador: Secret Base
- Compañía: Modus Games / Arc System Works
- Lanzamiento: 27 de julio de 2023
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