Vale, reconozco que esta no la he visto venir. De hecho, confesaré que es el cacao que llevo entre Hard West, su amigo Weird West, el prometedor Wild West Dinasty y este Evil West ha tenido bastante que ver en ello.
El caso es que cuando llegó la oportunidad de probar Evil West y me detuve por unos segundos a ver qué juego era, pensando a su vez en un "¿pero esto no lo analicé ya?", quedé encantado con un tráiler que mi cabeza había borrado ya por completo.
La situación era surrealista, os lo aseguro. Al fin y al cabo estoy todo el día entre noticias de videojuegos, así que es bastante raro qué algo se me pase por alto, especialmente algo tan llamativo como este Evil West. Bajo la ya archiconocida cantinela del doble AA vestida de espectáculo, nos llega otro juego del Salvaje Oeste más mitológico de la mano de los creadores de Shadow Warrior.
Menuda salvajada de juego
De sangriento estilo y un gameplay salvaje que no tarda en recordar a las mecánicas de riesgo y recompensa de Doom Eternal, sobre el papel es la típica idea a la que cuesta hacerle ascos. En faena, en cambio, no deja de ser una aventurilla con pequeños puzles de movilidad -muéveme esa caja aquí para poder llegar allí-, un mínimo de exploración y zonas cerradas en las que despachar hordas de enemigos.
Ahí viene lo bueno. A base de puñetazos, habilidades especiales y escopetazos en la cabeza a dos centímetros de una frente vampírica, la idea es que vayamos aniquilando enemigos mientras jugamos con ellos en ese ya clásico baile que implica lanzar a uno por los aires mientras electrocutas al resto, disparas al que está junto a un barril rojo, le revientas la cabeza al que venía por detrás y recuperas al que estaba en el aire con un látigo para estamparlo contra el suelo y destrozar al resto de enemigos que estaban acercándose en exceso.
Realizando vistosas ejecuciones que te nutrirán de vida, los que ya hayáis pasado por los últimos juegos de id Software sabéis bien de qué va esto. En esencia, un juego difícil capaz de ponerte contra las cuerdas durante los primeros minutos, pero un festival de salvajadas coreografiadas en el que sufrir poco y pasarlo de fábula cuando ya te has hecho con el control y el tempo de tus habilidades.
Como muchos ya debéis presuponer, aquí las diferencias a nivel de finura y diseño están a otro nivel respecto a lo de Doom, pero el equipo de Flying Wild Hog ya ha demostrado en no pocas ocasiones que saben lo que hacen, y aquí, aunque con las asperezas habituales de su categoría, queda bastante en evidencia.
Evil West, un nombre que (ahora sí) no olvidaré
Su lista de mejoras, desde las distintas armas a las que puedes acceder hasta varios árboles de habilidades que prometen llevar a un nuevo nivel tus sangrientas incursiones, es de lejos lo que más me ha llamado la atención.
Reconozco que la demo probada, de apenas un nivel, un puñado de batallas y un par de jefes finales, no ha sido una de esas experiencias capaces de cambiarle la vida a nadie, pero que me aspen si no ha sido una sorpresa mayúscula en la que me lo he pasado de fábula aprendiendo a controlar las muchas habilidades que tenemos disponibles, destinadas a hacer del combate algo tan vistoso como divertido.
A ese clavo ardiendo de sus salvajes peleas revólver en mano, muy por encima de cualquier otra cosa que pueda sumarle a nivel de exploración, diseño de niveles o historia, es al que me agarro para, contra todo pronóstico, haber convertido Evil West en uno de los juegos que más ganas tengo de degustar con calma durante este último tramo de año.
Desconozco a todas luces si sabrá aguantar el tipo en el juego final o si la aventura se me hará muy cuesta arriba cuando ya haya visto y quemado todo lo que tiene por ofrecer, pero la verdad es que tengo muchas ganas de comprobarlo de primera mano. El 22 de noviembre dictaremos sentencia en PC, PS4, PS5, Xbox One y Xbox Series.
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