No se le puede negar a Creature in the Well el componente de originalidad con esa mezcla tan atractiva entre espadas y puzles llenos de habilidad bajo unas mecánicas que beben de la clásica fórmula de los juegos de pinball.
Desde que Flight School Studio presentó su trabajo hace un tiempo, le he seguido la pista con ganas de probar el resultado final, sin excusa posible en Xbox One al venir de serie con Xbox Game Pass. La pena es que no resulte un producto tan redondo a como lo fue Yoku's Island Express.
Luces y sombras para una gran idea
A través de una estética peculiar, con unos tonos muy marcados y con una escasez de detalles sobre los escenarios, para destacar sólo lo importante, mi andadura con Creature in the Well no pudo empezar peor: hubo un fallo con la escena de introducción al cortarse el audio. Me mosqueó y reinicié, pero ahí seguía el fallo. Parecía sacado con prisas, pensé. Pero continué.
Salvando ese detalle fácilmente subsanable con un parche, el juego arranca sin explicarte mucha cosa. Te planta en medio de un desierto asolado por una fuerte tormenta de arena y nosotros seguimos, casi instintivamente, una ruta hasta adentrarnos en una montaña rodeada por un pueblo vacío. O al menos, en apariencia, porque no tardaremos mucho en descubrir el pastel.
Como su propio nombre indica, hay una criatura en un pozo. Y la criatura es gigante. Nuestra obligación, como última unidad BOT-C, es restablecer la energía de la central de esa montaña y poder eliminar ese gran peligro.
Lo curioso es la forma en la que lo haremos, porque esta aventura es de lo más críptica y su mecánica principal tiene forma de pinball, pero camuflada bajo un control más típico de un hack & slash al uso. Tenemos que avanzar por unas mazmorras que contienen en su mayor parte los componentes habituales de una de estas máquinas arcade, como bumpers, palancas y demás, las cuáles nos permiten obtener energía para las puertas.
Es obligatorio conseguir esa energía para ir desbloqueando el acceso a cada sala, hasta la traca final con múltiples encontronazos con la criatura, que nos pondrá a prueba con desafíos extremos de resistencia hasta recuperar el control del ascensor y restablecer, poco a poco, la energía global de la sala.
El problema es que no todas las mazmorras resultan igual de satisfactorias, principalmente por culpa de unos desafíos mal medidos que exigen una precisión exageradamente milimétrica y con una rapidez de reflejos sin igual que podrán desesperar hasta al más pintado. Y eso que podremos conseguir distintas armas, algunas de las cuáles nos darán ciertas ventajas.
Creature in the Well te reta a niveles satánicos
Hay muchas salas que son opcionales, pero al principio las iba completando sin demasiadas complicaciones. Todo comenzó a truncarse cuando se nos pedía golpear ciertas estructuras antes de agotar el tiempo. Y luego otra. Y así varias veces seguidas. No se podía errar el tiro ni una sola vez, por lo que llegó un punto en que empecé a desechar esos desafíos secundarios... hasta que el propio juego nos pone otro tipo de pruebas ridículas y obligatorias.
Hubo uno de los duelos contra la criatura, en su parte final, que me llegó a desesperar como pocas veces me había pasado con un videojuego. Y es que creo que Creature in the Well necesita un reajuste en algunas de sus pruebas para no agotar al jugador, tanto a la hora de ser más generoso con los duelos contra el crono como por los que nos piden la mejor puntería.
Vaya por delante que el comienzo de la aventura no deja entrever cómo será el viaje mas avanzado, porque hay herramientas "para golpear" y de carga que nos facilitarán la tarea de completar al 100% cada sala, como ralentizar un poco el tiempo para calcular mejor el disparo, y que de esa manera también podamos ir consiguiendo la totalidad de armas, capas y núcleos para mejorar a nuestro robot. Pero también es cierto que peca de salas que se repiten (que vienen bien para conseguir energía relativamente fácil, eso sí) y de otras que se pueden alargar durante varios minutos y agotan.
Es de agradecer, por otro lado, la semi-libertad que nos ofrece a la hora de decantarnos por cada una de las plantas de su templo para ir desbloqueando toda su energía. Si nos atascamos en una de las disponibles, podemos ir a otra a ver si se nos "ilumina la bombilla" para seguir avanzando. En una, por ejemplo, tras completarla, habilitaremos el acceso a todas las casas de ese pueblo de la entrada donde nadie quiere salir de su zona segura. Y en una de ellas hay un mercader que nos permitirá mejorar el nivel del protagonista.
Pese a sus buenas intenciones y su innegable originalidad, Creature in the Well es un título que ha acabado por agotarme con esos picos de dificultad exagerados en su tramo final. Y es una pena, porque su universo me sigue pareciendo muy atractivo, la banda sonora le aporta un toque inmersivo y supone un giro interesante a una fórmula con tantos años de historia.
La opinión de VidaExtra
En definitiva, lo que creía que iba a ser un título que me iba a cautivar una mínima parte a como lo hizo Hyper Light Drifter con su universo, se ha quedado en un juego con buenas ideas pero un planteamiento al que no le sentarían nada mal unos reajustes para hacerlo más placentero. Eso no quita que Creature in the Well no nos pueda ofrecer buenos momentos.
Creature in the Well
Plataformas | Nintendo Switch, Steam y Xbox One (versión analizada) |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Flight School Studio |
Compañía | Flight School Studio |
Lanzamiento | 6 de septiembre de 2019 |
Precio | 14,99 euros (gratis con Xbox Game Pass) |
Lo mejor
- Su propuesta es tremendamente original
- Algunos desafíos y secretos son muy interesantes
- Su ambientación de lo más críptica
Lo peor
- A veces exige demasiada precisión y rapidez
- La curva de dificultad está muy mal planteada
- Que el diseño de muchas salas se repita
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