Análisis de BioShock: The Collection, una colección esencial en Nintendo Switch para comprender el impacto de Rapture y Columbia

Aparte de Borderlands: Legendary Collection, otra de las grandes sagas que faltaban por aterrizar en Nintendo Switch era la trilogía de BioShock, a modo de sucesor espiritual de System Shock, donde había trabajado Ken Levine.

Tres obras que marcaron un antes y un después en la pasada generación de consolas, quedando en el recuerdo de los videojuegos por el impacto de sus historias, con una narración muy cuidada dentro de unos universos distópicos fascinantes, de pura ciencia ficción llena de fantasía. De ahí que su llegada a la consola híbrida de Nintendo fuese tan demandada. ¿Y qué tal el resultado?

Qué incluye BioShock: The Collection en Switch

Para empezar, estamos ante un lote idéntico al visto en Steam, PS4 y Xbox One en el lejano 2016, en cuanto a contenidos. BioShock: The Collection es una simple remasterización de BioShock (Irrational Games, 2007), BioShock 2 (2K Marin, 2010) y BioShock Infinite (Irrational Games, 2013), cada uno con todos sus DLC, la supresión del multijugador de la secuela y la adición de un museo para el primero.

Viéndolo más al detalle, tenemos...

BioShock

• La individualidad del equipo - Un desafío en el que hay que vencer a un Big Daddy sin armas ni plásmidos que le hagan daño para salvar a la Little Sister
• Un electrizante giro de los acontecimientos - En este otro desafío habrá que salvar a una Little Sister atrapada en el alto de una noria averiada y chispeante
• Mundos de dolor - Una serie de arenas de combate con un gran arsenal

BioShock 2

• Las pruebas de protector - Aquí revelaremos ciertos secretos de Rapture...
• Guarida de Minerva - Desafíos de combate para proteger a tu Little Sister

BioShock Infinite

• Enfrentamiento en las nubes - Cuatro zonas llenas de desafíos
• Panteón Marino (Episodios 1 y 2) - Un regreso a Rapture antes de su caída

En ninguno de los casos son expansiones con la misma calidad que las aventuras principales, pero no dejan de ser añadidos interesantes para los que no pagaron por esos DLC en el pasado. Ahora bien, el único que cuida mejor sus contenidos es el primer BioShock, al ser el señero con un museo donde ver con detalle (en primera persona) las ideas huérfanas. O lo que es lo mismo: las ideas que Irrational Games descartó o rehizo durante el diseño del juego original en 2007.

A esto hay que sumarle un apartado especial con comentarios del director Ken Levine (junto con el jefe de animación Shawn Robertson) a medida que vamos consiguiendo bobinas de cine doradas desperdigadas por Rapture en BioShock.

¿Y qué tal se desenvuelven los tres juegos en Nintendo Switch? Salvando el hecho de que la propia colección de PS4 o Xbox One en 2016 no fue para echar cohetes en cuanto a gráficos se refiere, al no aprovechar adecuadamente la potencia de las nuevas consolas (de igual modo que en PC mediante Steam), lo cierto es que se muestra fluido en todo momento a 900p y 30 fps. Sí, en este caso su tasa de refresco en pantalla es justo la mitad que en las consolas de Sony y Microsoft, pero al no ser un FPS tan frenético no afecta tanto a la experiencia.

Por qué deberías jugar a esta trilogía ahora mismo

Partiendo de la base de que se te hayan pasado estos juegos en la anterior generación de consolas (son retrocompatibles con Xbox One, por cierto) o incluso en las recientes, si te gustan las buenas historias y mundos con un atractivo arrollador donde casi todo es posible, por mucho que se escape de toda lógica, BioShock: The Collection debería formar parte de tu colección en Switch.

Cada aventura es única, pese a que los dos primeros compartan la ambientación de Rapture. Visitar por primera vez esta ciudad submarina es algo que nunca se olvida, al igual que el enorme giro en su tramo final. Aquí te harás adicto a los plásmidos, puesto que te permitirán contar con poderes sobrenaturales. Temerás al Big Daddy sobre todas las cosas. No dejarás de saquear cadáveres, papeleras y demás en busca de comida... Y hasta tendrás un minijuego a lo Pipe Mania.

BioShock 2, el gran infravalorado de la saga, nos puso en la piel de un Big Daddy, lo que cambió drásticamente muchos elementos a la hora de jugar, no solamente por la variación en la disposición de los botones (confusa al principio), sino por contar con un taladro para atacar, en combinación con otros plásmidos. Una aventura en la que ejercimos de padres, al tener que rescatar a nuestra Little Sister. No faltaron las sorpresas, por supuesto, empezando por un nuevo némesis mucho más ágil y letal, y con otros temas relacionados con la historia de Rapture.

Y la trilogía se cerró yendo al cielo de Columbia, lo que supuso un giro importante a lo vivido en Rapture. Además, se situó cronológicamente mucho antes que el primero (1960), al viajar en BioShock Infinite hasta 1912. Y con un toque steampunk muy pronunciado y donde el personaje secundario de Elizabeth dio mucho juego debido a su capacidad para desgarrar el tejido de la realidad.

Aquí ya no había plásmidos para el protagonista, Booker DeWitt, sino vigorizantes, que hacían una función similar. Contamos nuevamente con otra disposición de los botones, en parte por el uso del aerocarril y que era un juego mucho más ágil al ambientarse en un espacio más abierto. Su fuerte, cómo no, volvió a ser su trama, con una sorpresa final (ojo, SPOILERS) inolvidable. Las tres historias lo fueron.

La opinión de VidaExtra

En definitiva, BioShock: The Collection es una colección imprescindible, ahora en Nintendo Switch. Cada uno tendrá su BioShock favorito, pero lo que es innegable es que cada uno supo sumergirnos en historias que te atrapan desde el primer instante hasta la traca final. Y eso es lo más importante en cualquier videojuego.