La extinta Telltale Games quizás no hiciera grandes videojuegos, pero sabía contar historias muy bien. Su característico estilo narrativo y el formato episódico de sus aventuras gráficas abría posibilidades demasiado interesantes como para no llevar las sagas de éxito a las consolas y PCs. Lo suficiente, como para atreverse a lo imposible: imaginar la cuarta parte jamás rodada de Regreso al Futuro.
La trilogía cinematográfica dirigida por Robert Zemeckis es perfecta tal y como es. De hecho, tanto el propio Zemeckis como Bob Gale, su co-creador, se han opuesto totalmente a que se haga una secuela, una precuela e incluso que se produzca un reboot de las aventuras a través del tiempo del joven Marty Mcfly. Una opinión avalada por millones de fans repartidos por todo el mundo a lo largo de las tres últimas décadas.
Precísamente por eso, hacer una secuela de la trilogía del DeLorean, tanto en la gran pantalla como en cualquier otro formato o medio, suponía un doble desafío: más allá de tener que estar a la altura de tres películas de culto que sumadas crean un hito del séptimo arte, no se podía contradecir el muy delicado equilibrio de acontecimientos alcanzado en Regreso al Futuro Parte III.
A fin de cuentas, la trilogía de Regreso al Futuro es uno de los mejores exponentes del efecto mariposa. De cómo una pequeña diferencia en un punto concreto del pasado es capaz de generar grandes cambios en el presente y el futuro. Convirtiendo cada película en un verdadero carrusel de emociones que no solo saca un partido insuperable a los paralelismos entre ellas, sino que consigue enlazarlas todas en una historia tan emocionante como ingeniosa.
Sin embargo, como decía el eminente Emmet ‘Doc’ Brown, inventor de la máquina del tiempo en las películas de Zemeckis, el futuro no está escrito. Y, pese al sobresaliente broche de la trilogía y la predisposición de sus creadores, todavía quedan historias por contar en torno a la siempre interesante ciudad de Hill Valley.
Así, Back to the Future: The Game se presenta como un epílogo de las aventuras de Doc Brown y Marty Mcfly. Uno muy excepcional.
Seis meses después de Regreso al Futuro III, Marty Mcfly vuelve a subirse al DeLorean
Estamos en mayo de 1986 y el joven Marty Mcfly está a punto de graduarse. A simple vista, Marty podría parecer un chico de instituto cualquiera. Sus grandes pasiones son el monopatín, el rock’n roll y, por encima de estas, su novia Jennifer. Lo que no todo el mundo sabe es que seis meses antes, el joven Mcfly se dedicó a alterar y restablecer las líneas del tiempo.
En octubre de 1985 su mejor amigo, el profesor Doc Brown, le invitó a presenciar el primer viaje en el tiempo: tras instalar el condensador de fluzo, su mayor invento, en un DeLorean, cualquiera al volante de aquel automóvil podía avanzar o retroceder a través de los años. Pero, claro, alterar el pasado afecta el presente.
Y pese a que el experimento fue un éxito, las consecuencias fueron un desastre: Marty acabó siendo durante un tiempo un náufrago temporal atrapado en varias épocas del pasado, del futuro e incluso en versiones alternativas del presente.
Medio año después, y con todas las líneas del tiempo restablecidas, Marty se topa con una inesperada sorpresa: tras una explosión espacio-temporal, el DeLorean aparece frente a él junto con una grabación de su amigo Doc en el asiento del copiloto. El excéntrico inventor se encuentra atrapado en el pasado y su vida corre peligro.
Sin pensarlo dos veces, y siendo plenamente consciente de los problemas que puede ocasionar viajar a través del tiempo, Marty vuelve a ponerse al volante del coche para poner rumbo a 1931. Una época, por cierto, completamente inexplorada en las películas y que nos permitirá conocer nuevos personajes y reencontrarnos con viejos amigos.
Incluyendo a un jovencísimo Doc Brown de 17 años que está a punto de experimentar la epifanía que le hará dedicar su vida a la ciencia.
Como ocurre en la trilogía de Zemeckis, Regreso al Futuro: The Game intenta sorprender constantemente al jugador a través de situaciones realmente dramáticas convenientemente aderezadas con dosis de humor. Siendo, a su modo, una muy interesante expansión del libreto original que nos permite conocer más y mejor el pasado de Doc Brown y redescubrir Hill Valley a través de nuevas perspectivas y acontecimientos.
En el proceso, conoceremos nuevos personajes creados para la ocasión que, llegado el momento, reclamarán un rol mucho mayor en el desarrollo de la propia trama. Alterando las líneas del tiempo con sus inevitables consecuencias y, poco a poco, desdibujando la realidad en una nueva sucesión de calamitosos acontecimientos.
A lo largo de los cinco episodios se nos presentará al joven e inquieto Emmet Brown, al abuelo de Marty e incluso a un desconocido antepasado de Biff Tannen que cumplía perfectamente con el arquetipo de mafioso durante los años de la Ley Seca de Estados Unidos.
Ahora bien, la mayor adición al reparto original es Edna Strickland, una enérgica activista extremadamente conservadora que, tras verse implicada de manera indirecta en los planes de Marty y Doc, acabará teniendo un rol mayor en la historia.
Como es de esperar, la entrada de la joven Edna en el conjunto de cambios temporales de 1931 tendrá grandes consecuencias en el Hill Valley del presente, empezando por el propio Emmet Brown, ahora conocido como Ciudadano Brown.
Así, aquel joven de 17 años enamorado de la ciencia reescribió la historia y, en el proceso, creó una pequeña distopía en la diminuta localidad californiana. Una no muy diferente a la imaginada por George Orwell en 1984.
Eso sí, pese a la gravedad de los acontecimientos, Telltale Games no solo captura la esencia de las películas, sino que hace que la picaresca y el humor propias de las aventuras gráficas tengan su oportunidad de brillar en este carrusel de emociones e inesperadas consecuencias.
A la hora de poner nuevas ideas sobre la mesa, Back To the Future: The Game cumple. Pero, ¿y cómo videojuego?
Un epílogo excepcional para una Aventura Gráfica que merecía ser mejor
Si bien podemos considerar, en su conjunto, que Back To the Future: The Game es una especie de capítulo final de la saga cinematográfica, algo así como una historia nueva y jamás contada, el formato episódico de Telltale hace que la duración del mismo, sumando sus cinco partes, prácticamente triplique el de la trilogía original. Sin embargo, hay muchos elementos que se pierden por el camino.
Pese a contar con las excelentes partituras y composiciones de Alan Silvestri, Back To the Future: The Game no consigue igualar las emociones y el espíritu aventurero de la saga de películas. A cambio, permite al fan viajar libremente por Hill valley, explorar nuevos acontecimientos por sí mismo y, lo mejor de todo, ofrecer al fan un sensacional reencuentro entre Doc Brown y Marty Mcfly.
Telltale Games contaba con varias ventajas a la hora de abordar esta odisea: además del interés de Universal Pictures por hacer que el propio videojuego fuese la celebración del 25 aniversario del estreno de las películas, los desarrolladores eran fans confesos y devotos de la trilogía del DeLorean. Algo que apreció el propio Bob Gale, co-creador y co-guionista de los filmes y también implicado en los videojuegos bajo el rol de consultor.
Que Michael J. Fox y Christopher Lloid prestaran su imagen -caricaturizada- y voz al proyecto (aunque los contrapuntos de las versiones jóvenes de sus personajes contarán con otras voces) sumó grandes puntos al conjunto y mucho más fanservice a la ecuación.
Y, claro, el modo de invitar al jugador a viajar en el tiempo y pasear libremente por lugares tan reconocibles como la plaza de Hill Valley, la entrada de la casa de los McFly o el laboratorio del profesor Brown es un incentivo en sí mismo.
Dicho lo cual, no todo son halagos para Back To the Future: The Game. Como Aventura Gráfica es tremendamente lineal, de modo que no existen apenas desafíos para los fans del género y apenas hay un par de puzzles que supongan un reto a la altura de los máximos exponentes.
De hecho, usar el sistema de ayudas de Back To the Future: The Game prácticamente lo convierten en una película interactiva: con un simple botón tendremos a la vista todos los elementos con los que podremos interactuar. Pulsando otro botón se nos mostrará cual es nuestro siguiente objetivo y, además, podremos usar hasta tres pistas que van desde la referencia descarada a decirte exactamente qué debes hacer.
No es realmente algo malo, que conste. El sistema de ayudas abre la puerta a que los fans de las películas se atrevan a experimentar con el videojuego. Sin embargo, como experiencia de Aventura Gráfica lo cierto es que Back To the Future: The Game pierde oportunidades realmente interesantes.
Oportunidades como una secuencia de intercambios que implique viajes temporales, como ocurre con El Día del Tentáculo de LucasArts. Una vez Marty se encuentre en un escenario deberá resolverlo para avanzar, con lo que la historia progresa de manera prácticamente lineal.
Lo cual, sumado a una carencia de escenas de realmente emocionantes y una falta de ritmo en términos generales, acaba jugando en contra del conjunto.
Que no se me malinterprete: Back To the Future: The Game está colmadísimo de detalles y referencias a las películas. Sintetiza de maravilla la personalidad y el carácter de Doc Brown, Marty Mcfly, así como del resto de protagonistas y antagonistas de la trilogía cinematográfica. Es un juego hecho por fans y para fans, y su guión está escrito con extra de mimo y grandes sorpresas.
Como epílogo, el juego de Telltale Games cumple holgadamente con las expectativas. Pero, desafortunadamente, se queda bastante lejos de ser una gran aventura gráfica.
¿Es Back To the Future: The Game parte del canon de las películas?
Con todo lo anterior por delante, todavía queda una gran duda por resolver: Back To the Future: The Game es una coproducción de Universal desarrollada por Telltale Games en la que participa y tienen voz Bob Gale así como la mayoría del reparto original de las películas. Entonces, ¿Es un epílogo oficial de éstas? La respuesta breve es que no.
Pese a no contradecir ni alterar en ningún momento lo mostrado en la pequeña y gran pantalla, lo cual formaba parte de la premisa inicial de Telltale Games, los acontecimientos que tienen lugar en los juegos pertenecen a una línea temporal creada exclusivamente para la ocasión. Algo que ha sido referido en más de una ocasión por el propio Bob Gale.
Solo las películas son canon. Todo lo demás encaja en la categoría "¿Qué pasaría sí?" ('what-if?' )" o podría ser canon en algún universo alternativo.
De hecho, tal y como se muestra en el desarrollo del juego, la aparición del DeLorean en mayo de 1986 ante Marty se debe, en esencia, a la inesperada creación de una nueva línea temporal generada tras el clímax de la primera película (Regreso al Futuro) con lo que, en el caso concreto de Back To the Future: The Game, estamos hablando de un universo alternativo al del canon que continúa todo lo acontecido en las películas.
De hecho, más allá de los homenajes y guiños a las escenas más icónicas de la trilogía del Delorean que se muestran a lo largo del juego, Back To the Future: The Game sirve como oportunidad excepcional para recuperar premisas descartadas que jamás aparecieron en las películas. Es más, a Gale se le quedaron muchas ideas en el tintero.
Hubo algunos conceptos que llegamos a considerar para la Regreso al Futuro Parte II. De hecho, si tienes una copia de la Trilogía, ya sea en Blu-Ray o en definición estándar, encontrarás entre los extras algunos varios guiones gráficos que estaba destinado a ser el final de la Parte I. Eso sí, menos mal que lo reemplazamos con la secuencia de la Torre del Reloj.
Un ejemplos de ideas que no se han llegado a mostrarse [en el juego] y aparecieron en los primeros borradores de la Parte II es un nuevo deporte en 2015 llamado 'Slamball', que era una especie de mezcla de balonmano en gravedad cero, dodgeball y roller derby, ¡pero quizás si hay una secuela de Back To the Future: The Game...!
El desenlace de la historia ya lo sabemos: en 2018 Telltale Games cerró sus puertas y se cancelaron todos los proyectos que tenía entre manos. Los confirmados y los no anunciados.
Eso sí, Back To the Future: The Game tuvo una segunda oportunidad de brillar a través de una reedición lanzada en físico y digital con motivo del 30 aniversario del estreno de las películas.
Back To the Future: The Game no es la única iniciativa que ha expandido el legado de las películas. Desde el estreno de Regreso al Futuro: Parte III hemos visto una serie animada, varias colecciones de cómics y hasta pequeños cortometrajes elaborados como regalo a los fans y protagonizados por Michael J. Fox y Christopher Lloid.
Y, sin embargo, pese a todas sus carencias como juego de Aventura Gráfica y partiendo de que está fuera del canon, Back To the Future: The Game se desmarca del resto de iniciativas llamadas a continuar con la trilogía del DeLorean al acertar en algo esencial: los nuevos líos a través del tiempo de Doc Brown y Marty McFly nos acaban robando una sonrisa.
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