Análisis de Total War: PHARAOH, la larga sombra de la saga Total War recae sobre Egipto

Análisis de Total War: PHARAOH, la larga sombra de la saga Total War recae sobre Egipto

La nueva entrega principal de la saga Total War supone un nuevo rumbo para la saga

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Total War Pharaoh 2023

La paciencia es un árbol de raíz amarga, pero de frutos muy dulces. Precisamente por ello, Total War: PHARAOH no te dejará indiferente: o te decepciona por todo aquello que no es, o conectas al instante con su experiencia sandbox y lo que ésta aporta a la saga. Y pese a que el Imperio Nuevo de Egipto es un estupendo caldo de cultivo para experimentos y nuevas ideas, como escenario para un nuevo capítulo histórico de Total War logra dividir opiniones de manera justificada. No por carecer de riqueza, sino por los límites de su contexto. Aunque, por otro lado, si lo que te interesa es ver cómo auténticos ríos humanos colisionan en el campo de batalla, vas a quedar más que servido.

Creative Assembly retoma su saga estrella. La que convirtió al estudio de SEGA en un referente incuestionable dentro y fuera del género de la estrategia. La saga de las contiendas a escala épica y la de las conquistas planteadas de manera integral. Dicho lo cual, en lugar de apoyarse en la Estrategia Histórica como hasta ahora, se vuelca por completo en explorar el concepto de la Gran Estrategia. ¿Eso qué significa exactamente? A grandes rasgos, Total War: PHARAOH se apoya más en el marco en el que se sitúan los acontecimientos que el factor histórico a mayor escala.

Como comentamos, los británicos apuestan fuerte por introducir elementos de sandbox en esta nueva entrega principal. Pero eso no quiere decir que estemos ante un Total War genérico en el que los líderes y las tropas van vestidos siguiendo las tendencias del Río Nilo hace tres mil años. La cultura egipcia no se ha abordado de manera superficial y el jugador se sumerge de lleno en el Colapso de la Edad del Bronce. Es más, esto acaba jugando en su beneficio.

Otra cosa es que su escenario, las facciones y el trasfondo que tiene lugar durante la conquista de Egipto palidezca al compararlos con aquellas entregas que encumbraron las siglas. Ahora bien, luego llegan los pueblos del mar y nuestra percepción del juego cambia.

¿Acierto o error? A priori, podría parecer algo enormemente arriesgado para una saga que hasta ahora no ha conocido otra cosa que no sea la excelencia, pero incluso en esas, los británicos aprovechan la oportunidad para introducir elementos clave en Total War. Algunos estrechamente vinculados al curso de las batallas, la gestión de recursos, el peso de la religión y, sobre todo lo anterior, la legitimidad a la hora de convertirse en el nuevo regente del imperio.

Siendo precisamente esa legitimidad la clave de cara a los primeros  turnos de Total War: PHARAOH. Y una vez obtenido por completo el derecho a reclamar el gobierno de Egipto, tocará ser consecuentes de cara al verdadero desafío: afrontar las invasiones nuestros vecinos de ultramar.

La larga sombra de la saga Total War recae sobre Egipto

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De las costas de Turquía al país de las pirámides. Total War: PHARAOH llega ofreciendo al jugador veterano esas lecciones aprendidas en serie Total War SAGA. Como Total War Saga: Thrones of Britannia y Total War Saga: TROY. Con todo lo bueno que eso supone, que conste, pero también con limitaciones que hasta ahora no se habían visto en una entrega principal.

Comparaciones justas y merecidas aunque, como veremos, no estrictamente negativas. Pese a que esta nueva incursión en la saga estaba llamada a dar continuidad, igualar o superar cada uno de los hitos que comenzaron desde el legendario Shogun: Total War o el recientemente remasterizado Total War: Rome, lo cierto es que se puede entender que Creative Assembly se fije en aquello que ha definido sus títulos más recientes.

Sobre todo, cuando Total War Saga: TROY también tiene lugar en la Edad de Bronce.

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Siendo justos, los británicos salen al paso añadiendo nuevos elementos llamados a prevalecer, incluyendo tener que luchar no solo contra el enemigo, sino contra las estaciones y el propio clima. Y pese a que Egipto acaba siendo un escenario relativamente predecible, con enormes desiertos y que se acota a sí mismo al haberse forjado al paso de un Nilo -que deberemos aprender a aprovechar- solo al escarbar muy bien en las posibilidades asoma el acierto de darle un nuevo valor al mapeado y su impacto en toda la experiencia y, a la vez, un giro diferente a su fórmula.

Delegando en el propio jugador la capacidad de decidir qué tipo de experiencia de juego desean tener por delante. No solo al elegir entre las tres culturas y la figura histórica que comandará su ejército, sino incluso desde antes de empezar la partida a través de un elemento llamado a prevalecer en la saga: la Personalización de Campaña.

Al empezar una nueva campaña en Total War: PHARAOH, justo al elegir el lider, no solo ajustaremos la dificultad del juego o la agresividad de nuestros rivales, lo cual está muy bien, sino que Creative Assembly abre ante nosotros un enorme despliegue de opciones que definirán nuestros primeros 100 turnos. O más. Si necesitas ayuda o quieres empezar con ventajas, estarás ante un auténtico buffet libre de posibilidades en el que queda establecido desde el impacto de las Guerras Civiles a la velocidad de la investigación. Además de los fondos que tendremos al meternos en faena, faltaría más.

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Puedes hacer que la conquista de Egipto te sea más cuesta arriba, faltaría más, con nuevas y más estrictas formas que ya no tienen que ver con la historia, sino con el grado de desafío al que deseas enfrentarte. Pero la cosa va más allá: en Total War: PHARAOH hasta puedes elegir qué dioses participan o se quedan fuera de la partida, ampliar el umbral de rebelión e incluso algo tan loco como deshabilitar las invasiones de los pueblos del mar, el nuevo desafío una vez ascendemos como legítimo regente de Egipto, antes de elegir con quién convertirse en faraón.

Es más, una vez hayamos conquistado Egipto, para lo cual no bastará con tener éxito en la guerra y en la gestión, sino legitimar nuestra candidatura; podremos declinar convertirnos en el Faraón o el nuevo Gran Rey y centrarnos en una experiencia Total War más tradicional contra las nuevas amenaza proveniente de ultramar. Siendo, en última instancia, esa clase de videojuego que realmente cambia de ritmo y transforma tus objetivos justo en el momento en que crees que lo acabas.

Las batallas en los desiertos son apasionantes... por la naturaleza y designio divino

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¿Quién osa ser el nuevo gobernante de las tierras bañadas por el Nilo? Egipcios, Cananeos e Hititas se enfrentan en Total War: PHARAOH, pero será cómo legitimamos nuestra candidatura lo que acabe dando la respuesta. Eso, y el éxito que tengamos al hacer colisionar ejércitos enormes desde la costa anatolia del Mar Negro a la cuarta catarata del Nilo. Es más, el río más largo del mundo (junto con el Amazonas) tiene una presencia enorme en el juego y un valor estratégico absoluto.

En lo visual, Total War: PHARAOH es un paso al frente de cara a las entregas principales anteriores enormemente amortiguado por lo mucho que, de manera inevitable, recuerda a Total War Saga: TROY. Insistimos, más que una decisión artística se trata de un contexto histórico similar y, por extensión, no veremos enormes innovaciones tecnológicas ni en el propio juego (todo queda en la Edad de Bronce) ni tampoco de cara a la hora de presentar el juego.

Hay una enorme diferencia. Colosal. La presencia del Rio Nilo definió (en todos los aspectos de la palabra) al Imperio Nuevo de Egipto y acaba siendo la columna vertebral de Total War: PHARAOH. Veremos asentamientos en las zonas desérticas, pero dada la geografía del juego, quien domine el río y sea capaz de moverse a través de él de norte a sur tendrá media campaña asegurada al ampliar nuestra movilidad y consolidar nuestra diplomacia e influencia. Y, lo más importante, una vez en el trono , el Nilo será nuestra mejor arma a la hora de enfrentarnos a los pueblos del mar. Nuestra manera de desenvolvernos con la máxima efectividad. Incluso cuando las batallas tienen lugar entre dunas y océanos de arena.

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A partir de aquí, un apunte: es perfectamente entendible que, dado el periodo histórico y la geografía del país, a priori las batallas a lo Total War no parezcan especialmente atractivas. Sobre todo, frente a los juegos anteriores de la franquicia o la incursión en el universo WARHAMMER. ¿Hasta qué punto es divertido que las batallas transcurran en el desierto? La respuesta es que Total War: PHARAOH logra la epicidad que se le exige a Creative Assembly ofreciendo más dinamismo y un nuevo elemento a tener en cuenta: el cambio climático. O la meteorología cambiante, si lo prefieres.

El clima dinámico no solo a nivel de visibilidad, sino que tiene impactos mayores en el juego. No es lo mismo batallar en el lodo que sobre tierra seca. Además, claro, del desgaste de su equipamiento y equipo. Y lo mismo se aplica al cambio de las estaciones o nuestra predisposición para alejarnos del Nilo y ver cómo nuestras tropas empiezan a sufrir los efectos de darse paseos por el desierto en busca de guerra. Sobre todo, cuando también deberemos enfrentarnos a tribus nómadas.

Lo primero que logras al ofrecer estas dinámicas nuevas es que ya no haya dos batallas iguales. Mejor incluso: que usar siempre la misma estrategia no te garantice nada. Los escenarios recibirán tormentas de arena e incluso lluvias que no solo logran una enorme vistosidad, sino que tienen un enorme impacto en nuestra manera de plantear los acontecimientos, los asedios o las emboscadas en el desempeño de las unidades y, por supuesto la moral y determinación de nuestras fuerzas. Y es aquí dónde la legitimidad y la religión toman el protagonismo.

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La legitimidad es algo que algunos líderes tienen de nacimiento y otros deben cimentar turno a turno, pero funciona más o menos del mismo modo: será nuestro valor y crédito de cara a gestionar nuestras acciones en la fase de turnos más allá de las batallas en tiempo real y, por supuesto, lo que mantendrá a nuestros fieles en el campo de batalla. Sirve tanto para la diplomacia como para hacer negocios, que conste, y si lo descuidamos nos encontraremos con revueltas y deserciones. La clave de Total War: PHARAOH y uno de sus elementos más elaborados es cómo el juego nos inspira a ser el legítimo faraón. O Gran Rey, si elegimos a los líderes hititas.

La religión, por otro lado, está estrechamente asociada al Imperio Nuevo de Egipto y debía representarse en Total War: PHARAOH. Comienzas eligiendo uno entre tres dioses y, poco a poco, al conquistar asentamientos, puedes venerar un total de tres deidades y cimentar su culto, lo cual tiene efectos directos en el desarrollo de tu estrategia en base a potenciadores, establecer diplomacias mejoras o cimentar tu legitimidad y autoridad. Además, claro, de que esas mismas deidades nos darán beneficios únicos que quedarán reflejados en el campo de batalla.

Dicho lo cual, en un juego en el que la capacidad de personalizar está tan arraigada sobra decir que puedes cambiar de deidad durante la partida o directamente deshabilitarlas desde antes de empezar la campaña.

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Eso sí, no tendrás que depender de los dioses en Total War: PHARAOH. La gestión resulta cada vez más satisfactoria conforme van pasando los turnos y conquistas territorio. Aunque, por otro lado, lo mismo que ésta juega en nuestro favor también puede juega en nuestra contra. Pero la manera en la que se plantea casi siempre favorece las oportunidades: cada seis turnos tiene lugar el Shemsu Hor, el periodo de recogida de cosechas. El momento en el que las conspiraciones y las rotaciones gubernamentales se llevan a cabo.

Y hablando de auditorías de cara a los fieles, ¿qué es lo que hace que Total War: PHARAOH divida opiniones?

Luces y sombras de Total War: PHARAOH

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Sobre el papel, todas las aportaciones de Total War: PHARAOH a la saga de Creative Assembly deberían conjugarse en su favor. Pero, como dijimos, hay un aspecto que acaba jugando en su contra: los límites de su contexto. Porque no seguir la senda de las entregas dedicadas a la estrategia histórica es algo que, en mayor o menor medida, choca con lo esperado por los veteranos de la franquicia, pero la exclusión de terrenos como Mesopotamia del mapa jugable o que tardemos montones de turnos en toparnos con otras culturas es algo que gradualmente acaba condicionando la experiencia.

Siendo justos, en muchos aspectos da la impresión de que Total War: PHARAOH se ha desarrollado usando Total War Saga: TROY como base. Lo cual más o menos deriva en la sensación de estar frente a una entrega menor con muchos elementos heredados de la última incursión dentro de la franquicia en lugar de ese muy esperado regreso de una saga histórica tras dejarnos rotundamente impresionados con Total War: WARHAMMER III. Un juego que supuso el broche de oro para la etapa más prolífica de los británicos. ¿Y qué pasa con esta nueva etapa?

Que conste que una cosa no desmerece a la otra. Creative Assembly aprovecha la base del Nuevo Imperio de Egipto para introducir conceptos que están llamados a revolucionar la franquicia, desde el sandbox a los efectos climáticos y cómo estos desgastan nuestras unidades. Hay una gestión de fondo riquísima en la que la obtención de los recursos (heredados también de Total War Saga: TROY) y la importancia de la legitimidad de nuestro personaje definen y dan carácter al conjunto.

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De Total War Three Kingdoms también se han tomado prestados elementos clave, como la importancia de la política y el modelo de gobierno. Y cuando entra en juego algo tan trascendental como la invasión de los pueblos del mar, Total War: PHARAOH ofrece al jugador un cambio de ritmo y objetivos total que le da otro matiz a la campaña. Pero, al final, el muro con el que nos chocamos está a la vista una vez empezamos a jugar: lograr que nos planteemos si realmente este es el futuro que le deseamos a la saga o se trata de un juego de transición hasta el próximo gran Total War.

Por lo general, la respuesta de cara al futuro de cada gran entrega -al menos, dentro de los juegos de estrategia- la solemos encontrar en los contenidos y planes de post-lanzamiento. Sin embargo, lo único que asoma al revisar las ediciones disponibles del juego son la llegada de tres facciones más a las ocho disponibles de lanzamiento y un "DLC Pack de campaña" que, queremos entender, ampliará los contenidos del juego aunque no garantiza la expansión del mapeado disponible.

Un mapa del Antiguo Egipto precioso, desde luego. Realizado con un nivel de detalle que ya quisieran la mayoría de juegos de estrategia. Con buenas ideas y enormes aportaciones que esperamos ver a partir de ahora, pero que no logra demostrar la ambición que merece el futuro de Total War y, sin ser un paso hacia atrás, carece de esa chispa que distingue aquellos juegos que encumbraron la saga del resto.

La opinión de VidaExtra

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Total War: PHARAOH da pasos de valiente, y eso queda muy patente desde los primeros turnos. Otra cosa es cómo eso mismo acaba jugando tanto en su favor, como en su contra. Las batallas dinámicas en las que el clima y las estaciones tienen un peso crucial y las opciones de personalización de campaña son elementos llamados a quedarse dentro de la saga. Sin embargo, ¿hasta qué punto es capaz de dejar una huella propia tanto frente a la franquicia como de cara a los fans?

Creative Assembly sabe ir sobre seguro a la hora de plantear lo aprendido de las entregas principales y la serie Total War Saga, pero apostar de manera tan férrea por el sandbox y darle más peso a la Gran Estrategia que a la Estrategia Histórica hace que las comparaciones no siempre jueguen a su favor, y que elementos mucho más elaborados no brillen con la intensidad que merecen.

Es decir, Total War: PHARAOH no es un mal juego. En absoluto. El toque maestro de Creative Assembly está ahí y se nota turno a turno y en el campo de batalla. Pero, por otro lado, el resultado tampoco deja esa sensación de ofrecer el gran retorno o propulsar una nueva etapa para Total War.

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Ante esto nos encontramos con dos varas de medir Total War: PHARAOH. Por un lado, como juego de estrategia es de lo mejorcito que nos ha dado un año tan ajetreado como 2023. Eso es absolutamente incuestionable.

Su manera de implementar matices y nuevas capas de variedad a una fórmula de estrategia integral funcionan. Su manera de ofrecer al jugador una experiencia Total War completamente a su gusto es un acierto absoluto. Pero, por otro lado, este regreso a la Edad de Bronce de Total War no será el juego que usaremos de referencia a la hora de medir el calado de los futuros mejores títulos de Creative Assembly. Incluyendo los de estrategia.

Y pese a que Total War: PHARAOH, quizás, no acabe siendo tu un juego de Total War favorito de todos los tiempos, jamás se le podrá negar que aportó elementos sustanciales a una saga que no siempre logra brillar con la misma intensidad, pero que sigue a la vanguardia de la estrategia.

Precio de Total War: PHARAOH

Total War: PHARAOH está disponible en Steam y Epic Game Store por 59,99 euros. Se espera que llegue a Mac en un futuro y hay ediciones del juego en formato físico (por un poco menos) que incluyen posters y DLCs de regalo.

Total War Pharaoh Edición Limitada

Por su parte, junto a la edición estándar del juego hay dos alternativas: la Total War: PHARAOH Deluxe Edition (72,87 euros) que suma un pack de facciones y la Banda Sonora digital; y la Total War: PHARAOH Dynasty Edition que contiene tres Pack de facciones, un pack de campaña y la BSO en digital.

Duración de Total War: PHARAOH

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Es imposible acotar la duración de Total War: PHARAOH dado su componente de sandbox. Sobre todo, cuando puedes decidir el desgaste de tus tropas y enemigos o las condiciones con las que empiezas la partida. De modo que no solo no hay dos campañas iguales, sino que el mismo jugador puede tardar muy poco o mucho en función de los ajustes.

Puedes hacer una estimación de la duración de Total War: PHARAOH  en función a los turnos de juego, de modo que tardarás entre 70 y 100 turnos en completar la campaña de un líder y empieces a enfrentarse a los Pueblos del Mar. Sin embargo, también tienes que tener en cuenta los turnos del adversario o el hecho de poder hacer una campaña cooperativa o competitiva con otro jugador alternando turnos.

Total War: PHARAOH

Total War: PHARAOH

Plataformas PC
Multijugador
Desarrollador Creative Assembly
Compañía SEGA
Lanzamiento 11 de octubre de 2023

Lo mejor

  • La posibilidad de personalizar la campaña es un elemento que deberá quedarse en futuras entregas
  • El mapa de Egipto es acotado, pero a nivel visual es impresionante
  • Como entrega principal en Total War, introduce elementos cruciales como la climatología dinámica, la nueva gestión de recursos o el concepto de la legitimidad

Lo peor

  • Centrarse en un contexto muy, muy definido le acaba pasando factura frente a las entregas principales

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