El hardware de nicho es algo ya tan común como en el caso de los juegos, pero rara vez evoluciona más allá de lo básico o para adaptarse a un juego concreto. La excepción que confirma la regla está en el Razer Raion, un mando a medio camino entre el pad tradicional y el arcade stick.
Enfocado a los juegos de lucha, no busques aquí la posibilidad de disfrutar de un mando que te sirva para todo, y es que sólo aquello que podrías disfrutar en una recreativa tendrá los inputs justos para poderse jugar con el Raion. Limitaciones a un lado, si es eso lo que buscas, no encontrarás una opción igual.
Razer Raion: un híbrido entre pad tradicional y arcade stick
Lo primero que llama la atención del Razer Raion, más allá de la falta de analógicos o de la suma de botones a los cuatro habituales, está en lo poco que pesa. Acostumbrados a la frase de “si pesa, es caro” de Jurassic Park, a menudo confundimos el plástico ligero con malos materiales y nada más lejos de la realidad.
La clave aquí está en permitir poder jugar con el mando apoyado sobre la rodilla, sosteniéndolo por el lado de la cruceta con una mano y pulsando los botones de acción con la mano derecha en garra. Una forma de acercarse a la experiencia de un arcade stick que, gracias a lo ligero de su peso, en ningún momento se hace incómodo.
Si es un sistema al que cuesta acostumbrarse, claro, razón por la que a nivel ergonómico el Raion acoge la posibilidad de recoger el mando de forma tradicional sin que resulte incómodo. Ahí, más por gusto personal que por queja, sí echo en falta algo más de peso, pero es una decisión que se entiende mejor a la hora de jugar.
El secreto está en los botones
Puede que la disposición de botones sea lo primero que te llame la atención, pero lo que realmente te enamora del Razer Raion es la cruceta. Ligeramente elevada y con un satisfactorio “click” reproduciéndose en cada dirección -incluidas diagonales-, saber si ese ataque especial entrará o no es más una cuestión de tacto y feedback que de esperar a verlo en pantalla. Es una auténtica gozada.
Los botones de acción, con un recorrido más largo del habitual, son aún más suaves e igual de eficaces que el direccional. Su recorrido admite aporrear botones de forma cómoda y, por lo sensibles que son, dejar el botón a medio camino del final es más que suficiente para que el golpe se dé por activado.
Respecto a la posición de R1 y R2, resulta más cómodo jugando en modo arcade stick que como en un pad tradicional, más por costumbre que por no ser accesibles. Un selector inferior permite modificar el remapeo para que esos botones se conviertan en L1 y L2, permitiendo así que los gatillos que quedan “libres” sirvan como L3 y R3 para cuando lo necesites.
Llamarlos gatillos tampoco es demasiado correcto, y es que buscando que el input sea lo más rápido posible aquí lo que encontramos son botones que abandonan el recorrido de un gatillo tradicional. Teniendo en cuenta que la mayoría de pads profesionales se acercan a esa misma idea colocando topes en el recorrido, aquí el invento se agradece.
Un pad recomendable que tal vez no sea para ti
Pese a la incomodidad inicial y una configuración de botones a la que cuesta acostumbrarse, al Razer Raion no se le puede negar lo evidente. Quiere ser el pad perfecto para los juegos de tortas y lo consigue sin pestañear. Precisamente eso es lo que debería marcar si este es o no un mando hecho a medida para ti.
Si tu principal pasatiempo son los juegos de lucha o arcade y no cuentas ya con un arcade stick, es una opción muy a tener en cuenta que hace justo lo que promete, colocarse a medio camino entre el mando tradicional y el joystick acompañado de botonacos.
Pese a lo recomendable que es, está lejos de ser un mando barato, (102 euros al escribir estas líneas), pero sí me ha resultado algo más cómodo y funcional que otras opciones como el Hori o el PowerA. A partir de ahí es cuestión de gustos, pero sí te recomiendo encarecidamente que antes de dar el paso intentes tener uno en tus manos para acabar de decidirte.
RAZER RAION Gamepad para PC/PS4
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