Llevo con un micrófono Blue Yeti desde 2015 y puede que sea la compra tecnológica más acertada que he hecho desde entonces. Sin embargo el paso del tiempo no se ha olvidado de él y, además de un puerto mini USB que empieza a reclamar más atención de la habitual a la hora de intentar conectarlo, su diseño es un armatoste que, con el filtro pop añadido, resulta difícil de integrar en casi cualquier mesa mínimamente minimalista.
Sabiendo que lo seguiré utilizando de cara a podcast o grabaciones, la idea de contar con un micro más ligero y comedido que tener en la mesa, a la espera de una llamada rápida o una partida con los amigos en el PC, era algo que llevaba tiempo rumiando. Y entonces llegó el Trust GXT 258W Fyru.
Trust GXT 258W Fyru: especificaciones técnicas
Trust GXT 258W Fyru |
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frecuendia de muestreo |
24 bit, 96 kHz |
FRECUENCIA DE RESPUESTA |
30 Hz - 18 Khz |
relación señal/ruido |
130 dB |
CONEXIÓN |
USB-C a USB |
CABLE |
Trenzado de 1,8 m |
PESO |
1,03 g |
Primeras impresiones del GXT 258W Fyru
Con una caja cuyo peso ya parece indicar a lo que te enfrentas, abrir las compuertas del GXT 258W Fyru es sólo la antesala de lo que está por llegar. Por separado encontramos sus patas, el cuerpo del micrófono, el tornillo universal que une ambos, y el cable de conexión USB-C a USB.
Conforme vas sacando piezas empiezas a notar el peso de cada una de ellas. Una colección de piezas de metal que inmediatamente genera una agradable sensación de robustez, anticipando que una vez coloques el micro sobre la mesa no va a volver a moverse de ahí.
En sus patas de tres soportes encontramos una goma antideslizante en cada uno de los extremos y un regulador de altura en el apoyo posterior. La idea es que quede ligeramente inclinado hacia tu posición en la mesa o, si lo prefieres porque vas a colocarlo a mayor altura, o con alguien más al otro lado de la habitación, pueda quedar completamente recto.
Incluso en esa última posición, donde gana un par de centímetros, su presencia en la mesa sigue sin destacar, manteniéndose en un palmo frente al palmo y medio del Blue Yeti. Es, de lejos, bastante más fácil integrarlo en el escritorio sin que cante demasiado.
Elegante y comedido
Bajo las patas encontramos un hueco para el puerto de entrada USB-C -gloria bendita frente al arcaico Mini-USB con el que tengo que lidiar cada dos por tres- y un botón para controlar las luces que salen de la zona media del micro.
Nada en plan feria, con luces con respiración y millones de colores, sólo un pequeño número de LED que ofrece cinco colores para dar ambiente. Seis en el caso de contar el color rojo que muestran cuando el micrófono está muteado.
Ya en el cuerpo del GXT 258W Fyru encontramos una parte inferior custodiada por el controlador de ganancia, que hace a su vez de botón para mutear cuando lo pulsamos hacia dentro con una solución útil pero muy poco intuitiva en los primeros compases, el controlador de volumen para los cascos y el jack de entrada para estos últimos.
Subimos para seguir sumando metal a la mezcla con el micrófono con filtro pop interno y, ya sobre su coronilla, el botón de modo que nos permitirá cambiar entre los cuatro esquemas de sonido disponibles, y las cuatro luces que nos indicarán en qué modo estamos en ese momento.
Unos resultados notables
Sin programas con los que trastear o configuraciones con las que lidiar, el GXT 258W Fyru va a lo suyo, conectar y empezar a funcionar valiéndote de las luces superiores para saber en todo momento cuál de los cuatro modos tienes configurado en ese momento.
Como suele ser habitual estos se separan en el frontal que es ideal para streaming, podcast y demás, el stereo simulado destinado a la grabación de música, el bidireccional enfocado a entrevistas in situ, o el omnidireccional cuando hay varias voces y sonidos en la sala esperando a ser captados por igual.
Tal y como me ha ocurrido en otros micros de este estilo, incluido el Yeti, el cambio entre un modo y otro no es algo que vayas a notar con facilidad, y sin un programa de edición en el que ir monitorizando los niveles la función puede pasar bastante desapercibida.
Lo importante es que en todos ellos la grabación es óptima y, aunque requiere una distancia prudencial para poder sacarle todo el partido -más de lo que me gustaría incluso con la ganancia al máximo-, es un micro ideal para quienes busquen un sonido reseñable y casen más con este estilo.
La opinión de VidaExtra
Por su portabilidad a la hora de moverme entre el PC y la consola, la versión del GXT 258W Fyru para PS5 ha resultado ser una agradable sorpresa en lo que a materiales, diseño y funcionalidad se refiere.
Puede que no sea el micro al que acudiré cuando busque un sonido lo más profesional posible a la hora de trabajar, pero sin duda va a ser la opción ideal para todo lo demás. Más allá de la cercanía que requiere para funcionar, no hay pegas en la grabación y queda mucho más cerca de lo nítido que del sonido metálico que ofrecen algunos micros integrados en cascos.
Sin necesidad de esconderlo para que no se coma demasiado espacio en mi mesa, el último micro de Trust es bonito, elegante y, aunque no deja de lado esa estética gaming de luces y formas agresivas, es lo suficientemente comedido para ser un complemento ideal en cualquier mesa que busque destacar por su diseño.
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