La GamesCom 2017 siempre será recordada por esas bombas que soltó Microsoft en relación a la legendaria saga Age of Empires de Ensemble Studios: un nuevo capítulo a cargo de Relic Entertainment, ver cómo Age of Empires: Definitive Edition saldría pocos meses después (con retraso de por medio, eso sí) y prometer ese trato con su secuela y el tercero con sendas ediciones definitivas.
Age of Empires II: Definitive Edition salió a finales de 2019 y casi un año después, le toca el turno a Age of Empires III: Definitive Edition, un remake que en este caso no goza del mismo impacto a nivel visual (el original data de 2005 y de aquellas usó un motor en 3D), pero que es la excusa perfecta para reivindicar ese clásico.
Una puesta al día del RTS, en todos los sentidos
Tras haber estado en las primeras betas de Age of Empires III: Definitive Edition, un mensaje me llamó la atención al iniciar esta versión prácticamente final que lanzará Xbox Game Studios el 15 de octubre de 2020 en Steam y Microsoft Store.
En dicha misiva, el estudio World's Edge deja claro que valora la autenticidad y el respeto por la verdad, de ahí que el equipo haya tenido que corregir ciertas libertades que tomó Ensemble Studios con el Age of Empires III original en relación a los indígenas y algunos eventos y personajes de la historia americana. En colaboración con los Nativos Americanos y las Primeras Naciones, han sido asesorados para corregir esos errores, como por ejemplo eliminando estereotipos.
Porque, al fin y al cabo, los Age of Empires siempre han intentado ser fieles, en lo máximo posible (obviando el famoso meme sobre los elefantes), a la historia, tanto en batallas como en personajes históricos. Eso no significa, en cualquier caso, que no haya lugar para la ficción, al presentarnos en este caso al personaje de Morgan Black como líder de los Caballeros de San Juan, viendo cómo acaban desembarcando en el Nuevo Mundo persiguiendo al jenízaro Sahín el Halcón.
Esta edición está muy cuidada, notándose especialmente en el Compendio dentro del menú principal del juego, con información extensa en relación a la historia de cada una de las 16 civilizaciones disponibles (donde debutan los Incas), las naciones nativas americanas, la diversa geografía por la que nos moveremos y sus personajes históricos más importantes. O un glosario en el que perderse.
No falta, por supuesto, una sección para recrear batallas históricas, como Argel (1516), la expedición de Cristóbal de Gama (1542), el asalto en el Caribe por parte de Sir Francis Drake (1586) o el fuerte Duquesne (1754), entre otras. Son misiones especiales para los amantes de la historia, viendo igualmente otra sección para exprimir el arte de la guerra con otras misiones sólo aptas para los más expertos donde habrá limite de muertes o de tiempo para obtener las mejores medallas.
Age of Empires III, una nueva edición definitiva
Entrando más de lleno en Age of Empires III: Definitive Edition, salta a la vista el rediseño de su interfaz, mucho más práctico y sin comer un tercio de la pantalla como en el clásico de 2005. Ahora el minimapa se sitúa a la derecha, con esa misma información relativa a los recursos y cuántos aldeanos se ocupan de cada tarea, siendo mucho más cómodo de cara a gestionar los distintos atajos.
Contamos con diversas ayudas en la campaña de cara a los distintos objetivos principales y secundarios, a medida que los vamos descubriendo, mientras que al seleccionar alguna unidad o estructura se abre otra ventanita con información más completa y relevante respecto al original. El cambio no es tan pronunciado como los primeros clásicos, de todos modos, debido a que Age of Empires III ya ofrecía muchas ventajas en su interfaz. Su única pega es que abrumaba más en el contenido y el cambio que supuso la introducción de la Metrópoli en la base.
Para el que no lo recuerde o no sepa de qué va, se trataba de una ciudad que iba creciendo a medida que ganábamos experiencia, de modo global (algo que heredó Age of Empires Online, sin ir más lejos), pudiendo hacer uso, además, de cartas especiales en medio de la batalla y según la edad en la que nos encontrásemos en ese instante. Un ligero componente de RPG, en definitiva, dentro de un juego de estrategia clásico como antaño. Y lo cierto es que sigue abrumando su contenido.
No fue el único molde que rompió Ensemble Studios en 2005, al introducir, ya de paso, las rutas comerciales en puestos especiales que había que controlar para gozar de un flujo mayor de recursos (o experiencia), hasta el punto de hacer que evolucionasen al ferrocarril. Y esto sigue vigente, lógicamente, en Age of Empires III: Definitive Edition, resultando más cómodo que nunca a todos los niveles.
World's Edge ofrece una gran actualización a nivel jugable, como vimos en las puestas al día de los primeros clásicos, siendo el apartado gráfico lo único que no sorprende, pese a los 15 años de diferencia. El principal motivo es que el original no ha envejecido tan mal en ese sentido y los retoques, sobre todo a nivel de efectos y resolución (aquí, llegando a las 4K), no suponen un salto tan enorme a como lo fue el primer Age of Empires con su remake, que ahí sí se notó bastante.
Un clásico de 2005 más asequible que nunca
Pese a ser una de mis sagas favoritas de la estrategia en tiempo real, este capítulo sigue sin dárseme tan bien como el resto, encontrándome muy torpe y lento al principio a la hora de recordar las fortalezas y debilidades de cada unidad (algo importantísimo en plena batalla), al igual que los pasos a seguir a la hora de construir o gestionar las distintas mejoras por era y el uso de las cartas y rutas.
Sabía que en las Escaramuzas tenía que probar a los Incas, al ser una de las dos civilizaciones que debutan aquí (los otros son los Suecos), manteniéndose las ocho del original más las seis de ambas expansiones (The WarChiefs y The Asian Dynasties). Y ahí sí que me noté perdidísimo por el cambio que supone esta civilización, con diferencias significativas en sus construcciones y en el uso de los aldeanos. Por no tener, no tienen ni torre de vigilancia para defender la ciudad.
Esas diferencias se acrecentaron en su momento, de hecho, con las citadas expansiones de 2006 y 2007, al ver cómo los Aztecas, Chinos, Haudenosaunee, Indios, Japoneses o Lakotas, gozaban de características únicas. Y esta variedad más pronunciada hace que gane enteros Age of Empires III: Definitive Edition.
Otro punto importante que me preocupaba, en lo personal, era el tema de la inteligencia artificial por parte de las unidades, viendo cómo los aldeanos no hacen cosas extrañas, salvo quedarse inactivos en momentos puntuales si acaban los recursos de una zona (aunque haya más a 20 metros), o por el movimiento tan brusco de las embarcaciones a la hora de proceder al ataque lateral. Minucias en relación a los problemas que tuvo el primero hasta que se parcheó múltiples veces, acercándolo al remake con el que habíamos soñado.
Falta la prueba definitiva a mediados de octubre, profundizando más en los distintos actos de su campaña y probando con más calma esos dos modos extra antes citados (Batallas Históricas y El Arte de la Guerra), junto con el modo online (con juego cruzado entre Steam y Microsoft Store), pero por lo pronto (como siempre) no habrá excusa teniendo Xbox Game Pass. Todo un valor seguro.
- Plataformas: Steam y Microsoft Store
- Multijugador: sí, online (ocho personas)
- Desarrollador: World's Edge
- Compañía: Xbox Game Studios
- Lanzamiento: 15 de octubre de 2020
- Precio: 19,99 euros (también en Xbox Game Pass)
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