Hasta la vista, Aloy: libré la gran batalla final de Horizon Forbidden West sin saber que lo peor todavía está por llegar

Hasta la vista, Aloy: libré la gran batalla final de Horizon Forbidden West sin saber que lo peor todavía está por llegar

El viaje de Guerrilla Games marca un punto y aparte antes de que aborde el DLC de Burning Shores

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Horizon Forbidden West
ATENCIÓN SPOILERS: este post contiene detalles acerca del final de Horizon Forbidden West.

Si algo he aprendido a lo largo de las más de 77 horas que he disfrutado de Horizon Forbidden West, es que amo el mundo de Aloy. Soy muy consciente de que la franquicia de Guerrilla Games no es perfecta y que acumula unos cuantos debes en su haber, pero logra conectar conmigo de una forma que pocas veces me sucede.

Las tribus, organizaciones sociales, trasfondos y demás contexto secundario para construir el mundo no siempre me termina conquistando, pero en el caso de la aventura de mundo abierto es todo lo contrario. Los Tenakth, los Zenith, los Carja o los Oseram me cautivan y me encanta conocer más acerca de su forma de vida, por no hablar de que la jugabilidad es realmente satisfactoria.

Son componentes lo suficientemente valorados por mí como para que me resistiese a decir adiós, a terminar una historia que no ha dicho su último capítulo, pero sí que se trata de un punto y aparte muy marcado. Lo que no podía aguardar de ninguna forma es que la nueva amenaza contra Gaia llegase desde el espacio exterior.

Una vez que limpié el mapa debidamente, supe que era el momento de embarcarme en las últimas misiones disponibles. Poseidón, Deméter y el resto de subfunciones de la brutal IA estaban ya en mi poder, por lo que tocaba activar el permiso OMEGA para capturar de una vez por todas a Hefesto en el caldero Géminis. Y todo hubiese ido de maravilla de no ser por los estúpidos de Erik, Gerard y Tilda que deciden irrumpir en el lugar.

Capturan a Beta, lo cual podría importarme poco, de no ser por el asesinato de Varl. Es... frío. Horizon Forbidden West no se recrea demasiado en el fallecimiento del personaje secundario que más tiempo ha acompañado a Aloy desde el inicio de su viaje con los Nora. Sí, Zo está embarazada de él y de alguna forma su legado permanecerá, pero es un pérdida que se diluye rápidamente por la pura imposición de un acontecimiento más importante.

Horizon Forbidden West

Tilda van der Meer da esquinazo a sus compañeros y se lleva a la protagonista con ella, hasta su casa prácticamente derruida de hace 1.000 años. Un lugar que respira belleza y que la contiene en forma de innumerables obras de arte cuyo valor se ha perdido en el tiempo. El hecho de que Guerrilla Games opte por poner el foco en el personaje interpretado por Carrie-Anne Moss despeja de la ecuación a Varl, pues su importancia en el argumento es muchísimo menor.

Quizás su muerte durante la verdadera batalla final se hubiese hecho sentir más, pero no es tiempo para lamentos. Tilda desvela que está harta de todos los Zenith y que su propósito es el de separarse de ellos para recuperar el sueño de Elisabet Sobeck de restaurar la Tierra. Y tiene sentido, pues resulta que ambas mujeres fueron amantes hace siglos, lo cual explica la obsesión de Tilda por Beta tratándola con amabilidad.

¿Podría llegar a traicionar a Aloy? Sí, aunque he de confesar que me tragué sus palabras y no anticipé la puñalada por la espalda que lleva a cabo más tarde. Al menos Aloy consigue una alianza con ella, lo cual devuelve a Sylens al camino de la sensatez. Tilda será la villana final como representación de los Zenith, pero palidece en comparación del viejo zorro. Aparece muy pocas veces Sylens, pero sus diálogos son afilados, con mordiente y se nota sabedor de que está varios pasos por delante de los héroes.

Horizon Forbidden West

Me encanta que participe junto a Erend, Kotallo, Zo, Alva, Tilda y la propia Regalla. Efectivamente, decidí perdonarle la vida a la líder de los Hijos de Prometeo tras intentar cortarle el cuello a Hekarro, pues así de magnánimo soy. Si algo le falta a Horizon Forbidden West es mostrar más a sus villanos, conseguir que intimiden con cada escena en la que se luzcan. Están bien desarrollados, se pueden comprender sus motivos, pero a veces cuesta cogerles manía por lo malvados que son.

En cualquier caso, que me eche un cable en la pelea contra tantos Espectros, si bien su muerte es lo suficientemente honrosa como para saber que era una persona con un compromiso inquebrantable. Ojalá la lucha en la base de los Zenith hubiese sido más apoteósica conmigo a los mandos, ya que los momentos más épicos solo se disfrutan en cinemáticas. Tener que recorrer un campo abierto repleto de Zenith y Espectros peleando contra toda suerte de máquinas hubiese sido brutal.

Con todo, los objetivos principales no dejan de ser Erik y Gerard, los cuales perecen sin pena ni gloria, más allá de que Zo se cobre su venganza por lo de Varl. La sorpresa salta en la Condomina cuando Tilda se revela como la auténtica antagonista, dispuesta a llevarse a Gaia y a Aloy con ella a un nuevo planeta para terraformarlo a su gusto. Por supuesto, toca ponerle freno a sus planes derribando el Espectro Prime al que se ha subido, lo cual no es demasiado complicado.

Horizon Forbidden West

Así que con Tilda muerta, todos fueron felices y comieron perdices, ¿verdad? Pues lo cierto es que no y es aquí cuando Horizon Forbidden West me dejó absolutamente descolocado. Confiaba en una tercera parte, pero la idea de seguir ayudando a GAIA a recomponer el planeta sonaba desgastada, así que Némesis se ha alzado como la gran amenaza. La base de datos que cobró vida en el planeta que habitaron los Zenith se aproxima a la Tierra con una voracidad inusitada y posee una furia desmedida contra lo único que conoce: los humanos.

No queda ni un solo Zenith vivo, por lo que cualquier testimonio sobre cómo era el mundo antes del apocalipsis ha desaparecido. El grupo va a tener que valerse por sí mismo para defenderse y para ello contarán con la inestimable ayuda de Sylens. Es un tropo más que habitual en el ocio, pero me encanta que este pícaro tecnológico una fuerzas con nosotros. No solo por su propio interés, sino que el gesto de volver al encuentro de los demás en lugar de largarse denota que realmente está comprometido con la causa.

Ha sabido redireccionar su propia ambición en favor de los demás, de lo cual me alegro enormemente. Hefesto, el cual fue despertado por el propio Némesis en Horizon Zero Dawn, ahora ha escapado y tocará volver a encerrarlo, lo cual ha sido la dinámica principal de las dos obras existentes. Sin embargo, ahora será poco menos que una función subordinada del propio Némesis. Zo, Alva, Erend y Kotallo salen rumbo al horizonte para difundir la noticia de lo que se avecina y así es como digo adiós a este viaje.

A pesar de los altibajos narrativos y de una evidente falta de carisma por parte de Aloy, no puedo negar que Horizon Forbidden West me ha dejado con ganas de más. A falta de una tercera parte que será un hecho dentro de unos años, quiero dejar reposar la experiencia antes de sumergirme en Burning Shores. Si el DLC está a la altura de Frozen Wilds, la espera habrá merecido la pena.

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