Con algunos videojuegos enfocados al multijugador, sobre todo del género party, lo normal es pasar una tarde espléndida y bien cargada de diversión, algún que otro pique, pero sobre todo muchas risas. Algunos buenos ejemplos de ello son títulos como Mario Party y Fall Guys, pero también nos encontramos otros en los que el multijugador tiene un papel determinante, véase Worms u Overcooked!.
Asimismo, se podría considerar a los juegos de lucha como otro buen ejemplo para pasar una gran tarde con los amigos, aunque estos hay que reconocer que requieren una mayor habilidad para ganar las peleas, así que aquellos que estén más acostumbrados a sujetar un mando tendrán más probabilidades de saborear la victoria. En cambio, hay uno en el que nada de esto es necesario y de los que mejor me lo ha hecho pasar, hasta el punto de hacerme llorar de la risa en múltiples ocasiones.
Se trata de Party Animals, desarrollado por Recreate Games, el cual se convirtió en una de las mayores sorpresas que llegó en la recta final del año pasado y que ahora tenéis la oportunidad de jugarlo cuando queráis gracias a la suscripción de Xbox Game Pass. Si estáis apuntados al servicio de Microsoft, lo podéis descargar para jugarlo en vuestra Xbox One y desde Xbox Series X/S.
Lo cierto es que en cuanto lo vi por primera vez me cautivó al instante. Fue un poco de rebote porque fue alguien que seguía en Twitch quien decidió jugarlo y ya solo por todo lo que estaba viendo en pantalla me estaba descojonando vivo por su jugabilidad y por el diseño de sus personajes. Más que nada porque son unos animales de lo más enternecedores que parecen enteramente unos peluches muy achuchables.
En cada una de las partidas todos ellos deben de darse unas brutales palizas en varios modos de juego. Algunos de ellos consisten en conseguir puntos y en otros el objetivo es el de ser el último superviviente en pie tras haber machacado a golpes a los adversarios. Todo ello con una jugabilidad que en realidad es muy sencilla y que es explicada tras un completo tutorial, porque no tiene mucho misterio y está diseñada a conciencia para que lo pueda jugar cualquier persona sin importar su edad.
Sin duda, en su simplicidad reside parte de su grandeza, aunque otro detalle importante a destacar es lo tremendamente caótico que se vuelve desde el primer segundo. Uno de los motivos por los que se produce esta situación es porque los controles no responden siempre como queremos, algo que es comprensible porque estos están basados en la física. De hecho, las primeras partidas lo único que hice fue recibir una paliza tras otra hasta que me iba acostumbrando algo más a ellos.
El perder me dio exactamente igual porque solo por el rato tan divertido que estaba pasando ya merecía la pena. Aun así, por mucho que seguía jugando, era complicado controlar a los animalillos adecuadamente, ya que no paran de tambalearse, mueven los brazos a lo loco y su cuerpo no reacciona perfectamente al corretear mientras no paran de pegar puñetazos, patadas voladoras o son capaces de lanzarse a por alguien tras pegarse una carrera.
Si bien se puede jugar en solitario contra otras personas del mundo, no cabe duda de que cuando me lo he pasado infinitamente mejor y ha ganado mil veces más puntos ha sido cuando algunos amigos se han juntado a la fiesta de repartir hostias como panes a pantalla partida si se juega en modo local, aunque también es posible que alguno se una vía online. Además, los escenarios son muy variados, porque tan pronto pasas de un bar del Salvaje Oeste a un andén de un metro, a lo que se suma el hecho de que todos ellos disponen de sus propias trampas que entorpecen durante las batallas.
Volviendo al diseño de los animales, considero que su aspecto es de los puntos más determinantes que lo convierten en un título tan especial, porque ver cómo unos simpáticos perros, gatos, cocodrilos, patos, tigres, así como otros más raros como dragones y unicornios, se golpean entre ellos es todo un show. Su apartado sonoro por los gritos y los impactos también ayuda, aunque ver las caras que van poniendo estos personajes antropomórficos son risas más que garantizadas.
Por otro lado, es posible modificar sus apariencias con distintos atuendos. Y la diversión no acaba al finalizar los combates, porque es entonces cuando todos los jugadores posan para una foto y es posible machacar a los oponentes con tal de chupar cámara, que es otro de los momentos que más me ha hecho reírme a carcajada limpia. En definitiva, si buscáis un juego multijugador que os haga pasar una gran tarde con amigos y sin muchas pretensiones, que no os quepa duda de que Party Animals es una buena opción por la que poder decantaros.
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