La intensa rivalidad en los salones recreativos entre Capcom y Namco estalló en nuestras narices con el lanzamiento de Street Fighter X Tekken, pero la relación entre las titánicas compañías viene de largo. De hecho, es incluso anterior al lanzamiento del primer juego de Tekken: según Yoshiki Okamoto la compañía de Osaka tenía que pagar a la casa de Pac-Man para poder usar de manera comercial la marca "Street Fighter". ¿Cómo es posible?
Okamoto no es cualquiera. Además de ser el productor de Street Fighter II, así como todas las versiones y revisiones posteriores del juego, trabajó para Capcom hasta el año 1997. Lógicamente, y como se adivina por el título del icónico juego de lucha, se trataba de una secuela: el primer Street Fighter llegó a los arcades en el año 1987. Y aquí es cuando la cosa se complica un poquito.
Los enamorados del cine clásico de artes marciales saben que el nombre en cuestión de aquel juego de lucha llevaba al menos una década asociado a una de las sagas más icónicas de la estrella Sonny Chiba: The Street Fighter. En la lengua de Cervantes vendría a significar "El luchador callejero". Sin embargo, su nombre original japonés fue Gekitotsu! Satsujin-ken. En teoría no había problema.
El conflicto aquí veía de una marca que tenía Namco registrada y que era solo un poquito diferente al de las películas de Chiba: "Street Fight", lo que viene a significar "lucha callejera". Y es aquí cuando, a través de su canal de YouTube, Yoshiki Okamoto explicó que si Capcom quería usar el título de Street Fighter era necesario pagarles una tarifa de licencia para que su juego de lucha para recreativas no entrase en conflicto con su marca.
Es más, como puedes ver a continuación Okamoto puso un ejemplo muy específico al respecto: cuando se desarrolló el port del juego para PC Engine (nuestra Turbografx) en ese momento no había presupuesto para pagar la marca, con lo que se optó por reajustar el título a Fighting Street y salir al paso. Algo que detalla en japonés a partir del minuto 5.
Como comentamos, Yoshiki Okamoto trabajó en Capcom hasta el año 1997 (el mismo año en el que saldrá Street Fighter III) con lo que admite desconocer si en la actualidad siguen teniendo que pagar por la licencia, se llegó a otro acuerdo o si ya no es necesario dado que la presencia y la iconografía de la saga Street Fighter ya es de alcance mundial.
Resulta curioso todas las veces que la franquicia Street Fighter ha sabido maniobrar y adaptarse a las posibles transgresiones de marca: Mike Tyson tardó décadas en averiguar que uno de los personajes era básicamente él mismo, a Ken se le dio un apellido para no meterse en líos con Mattel a la hora de hacer figuras e incluso la Banda Sonora de su escenario tiene semejanzas muy finas con cierto tema de la película Top Gun. Pero está claro que con Namco, ni la propia Capcom se la quiso jugar.
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