Ubisoft encontró hace unos años una mina de oro llamada Animus, una idea que le permitía cambiar de escenarios y personajes con relativa facilidad pero manteniendo un denominador común. Así 'Assassin's Creed' puede ser un juego sobre la Guerra Santa, sobre la independencia de Estados Unidos o incluso una aventura de piratas, sin despeinarse y sin que nadie se rasgue las vestiduras por ello.
Lo que en el primer título me pareció un recurso soporífero ha aprendido a ganarse mi respeto y atención a través de la saga, no por sus personajes sino por la trama que se esconde tras lo aparentemente importante. En 'Assassin's creed IV: Black Flag', con Desmond o sin él, la historia de Abstergo continúa.
En esta ocasión controlaremos a un nuevo trabajador de Abstergo que llega a las oficinas de la compañía en Quebec y, gracias a la nueva versión del Animus, puede introducirse en la secuencia de ADN de alguien como Desmond sin tener relación directa con él.
Como de costumbre esa trama quedará en un segundo plano respecto a la historia de Kenway, ofreciendo detalles sobre Abstergo durante la historia principal pero siendo trabajo del jugador el intentar explorar la compañía de los Templarios para descubrir nuevas pistas sobre el futuro y el pasado (Juno) de 'Assassin's Creed'.
Comandando a ese nuevo personaje nos encontraremos con viejos conocidos, pero romperemos con la acción presentada por Desmond en otras entregas para centrarnos única y exclusivamente en la exploración. Ubisoft ha querido dejar claro que, pese a trabajar en Abstergo, eso no implica que nuestro personaje sea un Templario.
A continuación tenéis algunas imágenes sobre esa vuelta al presente de la trama Abstergo. Atentos a la de nuestro escritorio, parece que preparan sorpresas para los coleccionistas de retos.
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