Una época de esplendor es la que vivía Electronic Arts a finales de los años 2000 con potentes lanzamientos para la nueva generación de consolas. PS3 y Xbox 360 lucían músculo gráfico gracias a obras como Dead Space, Burnout Paradise o la correspondiente entrega anual de FIFA.
Sin embargo, DICE se sacó de la chistera un título absolutamente inesperado y no era un FPS. Estamos hablando de Mirror's Edge, el trepidante juego que basa sus mecánicas en el parkour, siempre huyendo de la policía mientras nos pisa los talones. Un fantástico juego que vio la luz en 2009, pero que está disponible ahora mismo con Xbox Game Pass Ultimate para Xbox One y Xbox Series.
La trama de Mirror's Edge nos traslada a un futuro en el que la información se controla de forma minuciosa y por ello han surgido la figura de los Runners. Ellos se encargan de llevar datos confidenciales de una punta a otra de la ciudad y bajo este contexto tomaremos el rol de la carismática Faith. Esta runner tendrá que averiguar quién le está dando caza y por qué han acusado falsamente a tu hermana de un crimen.
La base jugable es la descrita anteriormente, salta, corre por la pared, ejecuta volteretas y toda clase de acrobacias mientras recorres edificios, pasillos y azoteas a toda velocidad. La sensación de frenesí está realmente lograda gracias a que la perspectiva es en primera persona, ofreciendo una buena dosis de realismo.
Una grandísima decisión de diseño por parte de DICE es que pronto te será muy sencillo reconocer los caminos que llevan al siguiente punto que quieres alcanzar. Simplemente fluye por la arquitectura mientras le metes algún que otro guantazo a un policía que se cruza en tu camino.