'PlayStation All-Stars Battle Royale' para PS Vita: análisis

Llevábamos meses esperándolo y por fin hemos podido diseccionarlo a gusto. Tras la decepción del último ‘Call of Duty’ para PS Vita ya tocaba que la portátil de Sony recibiera un verdadero AAA. Valores de producción altos, buen acabado, jugabilidad a prueba de bombas… bienvenidos al análisis de ‘PlayStation All-Stars Battle Royale’ para PS Vita.

¿No lo hemos visto antes?

Puede que todo esté ya inventado, que todos los videojuegos beban de las mismas fuentes y que entre dos títulos de semejante género las similitudes no tarden en aparecer. Sí, todo eso ya lo sabemos e incluso somos capaces de perdonarlo si la dicha es buena.

En otras palabras, la originalidad extrema hace tiempo que pasó a un segundo plano en la mayoría de propuestas generalistas. Pero claro, eso es una cosa y otra es coger un concepto de juego y fusilarlo hasta la extenuación dando como resultado una especie de clon.

Como todos sabréis este ‘PlayStation All-Stars Battle Royale’ bebe directa e indiscriminadamente del ‘Smash Bros’. Lo hace de un modo tan descarado que hasta cae simpático por ello. Es como el típico caradura que se está quedando contigo pero que como tiene arte y desparpajo consigue que no descargues tu furia sobre él.

Los controles, la propuesta jugable, el concepto de escenarios que cambian, la locura en pantalla, el tono desenfadado… si queríais un ‘Super Smash Bros’ pero basado en las franquicias de Sony aquí lo tenéis. Ni más ni menos. Vosotros juzgaréis si lo queréis castigar por ser poco original evitando comprarlo. Pero en lo que se refiere estríctamente al juego podemos afirmar que Sony ha hecho los deberes.

Posiblemente el mejor lanzamiento del año para PS Vita con permiso de Nathan Drake

He sido el primero en quejarme por las medianías que recibe la portátil de Sony. O mejor dicho, por las que estaba recibiendo hasta ahora. Así que es justo reconocerle a la compañía el mérito de haber traído un juego que sí está a la altura de lo que se espera de PS Vita.

‘PlayStation All-Stars Battle Royale’ tiene uno de los mejores apartados gráficos del catálogo de la consola. Escenarios detallados y repletos de efectos que se van desmontando, personajes con un gran acabado, partículas por todos lados, texturas en alta definición, tasa de fotogramas estable… es una auténtica delicia el participar en esas batallas tan locas sobre esos escenarios tan llamativos. Y por supuesto cargados de homenajes al catálogo histórico de PlayStation, faltaría más. Sólo puedo sacarle dos pequeños peros:

El primer punto negativo sobre el que me gustaría incidir al hablar de su calidad visual tiene que ver más con la propuesta en sí que con el acabado. Su fuente de inspiración es la que es y este juego de Sony sufre de lo mismo que el clásico de Nintendo: en ocasiones no entiendes nada de lo que pasa en pantalla, pierdes a tu personaje entre tanta explosión, cambio de escenario y ataque especial.

Claro que en breve lo vuelves a localizar pero a mi esta pérdida de concentración me ha costado un par de muertes en combate. Es cuestión de acostumbrarse, claro.

El otro punto negativo son los menús. En esta ocasión no sufrimos de “mini-menus” como en ‘Need for Speed: Most Wanted’ pero el acabado general y el estilo no parece propio de un juego de acabado AAA financiado por Sony. Algo con un nivel de importancia relativo ya que al apartado jugable, el importante, no se le puede sacar casi nada en contra.

Jugar a matar más veces de las que mueres

El juego se basa en vencer a los oponentes en un tiempo determinado. La norma general pasará por conseguir eliminarlos más veces de las que ellos te eliminan a ti. Al final del tiempo el que más veces haya matado a sus rivales (al acabar con ellos resucitan) gana el combate.

La apuesta de Sony ha pasado por simplificar a tope el control (bebiendo de la fórmula que inventó Nintendo hace tanto) y utilizar el esquema de dirección más un botón de acción. Así que los combates por norma general serán una sucesión de combos realizados al mover el joystick en una dirección determinada y pulsar cuadrado, triángulo o redonda. Cada personaje tiene sus movimientos característicos y están en línea del tono humorístico del juego.

Para eliminar a los rivales deberemos ir rellenando unos medidores especiales que se recargan en función de los golpes que vayamos asestando. Al llegar al máximo nos permiten ejecutar movimientos especiales que, estos sí, destruyen a un rival.

La mecánica es muy sencilla y enfocada a partidas desenfadadas, rápidas y con amigos. No busquéis profundidad de combate al estilo ‘Tekken’ en este juego que no la tiene. Al fin y al cabo lo único que se le pide al jugador es asestar golpes hasta rellenar el medidor y cargarse a su rival una y otra vez.

Por supuesto que los escenarios y los enloquecidos ítems especiales ayudan a que la tarea no sea tan sencilla. Escenarios que se van rompiendo, que se transforman en trampas, que cambian su composición y reducen o amplían su tamaño… vamos, que una partida puede acabar de muchas formas. ¿Es demasiado sencilla la propuesta jugable?

Puede ser, pero el juego pretende ser de consumo rápido, muy rejugable y sobre todo muy disfrutable en partidas multijugador así que creo que consigue su objetivo a pesar de presentar una mecánica especialmente sencilla de abarcar.

Resumiendo

Valores de producción propios de un AAA, pulido y sin bugs aparentes, un apartado gráfico sensacional, una tasa de fotogramas perfecta, divertido, cafre y rejugable. Si habéis crecido junto a los iconos que han poblado el catálogo de Sony este juego os va a encantar ya que se ha planteado desde el inicio como un homenaje.

No es original y los más críticos harán bien en reseñarlo. Pero el juego, dejando de lado lo mucho que se parece al conocido título de Nintendo, es totalmente recomendable y aporta el suficiente valor al moribundo catálogo de PS Vita como para señalarlo y sobresalir entre los demás títulos que lo pueblan.

Eso sí, han faltado grandes clásicos cuya ausencia resultaba impensable. ¿Spyro? ¿Crash?…

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