¿Habéis pensado alguna vez en la cantidad de videojuegos que se lanzan al año? No me refiero solo a grandes lanzamientos como The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom o el inminente Starfield, sino a todos los videojuegos, grandes o pequeños, que pasan a estar disponibles. Si nunca os lo habéis cuestionado, os voy a dar una respuesta rápida: muchos, más de lo que nadie puede controlar.
Cuando empiezas a ojear números, te das cuenta de que recriminar a alguien que no se acuerde o líe una fecha de lanzamiento es cuanto menos injusto... y ya no hablemos de los videojuegos que se retrasan varias veces. Cuanto más te gusta la variedad y/o estar al día de lo que va llegando, más caótico se vuelve todo. No hay libreta o aplicación que ayude lo suficiente para que no se escape nada.
En mi caso, uso una libreta para llevar un registro de los juegos que realmente me interesan. Además, añado símbolos para marcar aquellos que me tienen hundido en el hype, cuáles voy a comprar (y en qué momento), cuáles me interesan meramente y cuáles puedo jugar más adelante sin problemas. Y aun así tiendo a tener la lista desactualizada y a olvidarme de algunos juegos.
Remnant 2: gran olvidado, gran descubrimiento
Remnant 2, desarrollado por Gunfire Games, es uno de esos juegos que apareció en el Summer Game Fest y que me llamó la atención. Hacía tiempo jugué a su precuela, Remnant From the Ashes, y no me desagradó... aunque tampoco me marcó demasiado. Ni siquiera me acordé de apuntarlo en mi libreta cuando lo vi, quizás porque no le di mucha importancia o porque se me olvidó tras el curro.
Hubiese permanecido en el olvido hasta cruzarme con él de pura casualidad. Sin embargo, el destino o la causalidad hizo que el viernes pasado, 21 de julio, llegase una clave a VidaExtra para analizarlo. No os voy a engañar: no nos tiramos a lo loco para ver a quién le iba a tocar. Más bien fue como el último chiquillo del recreo al que escogen para el partido de fútbol. No lo cogí muy ilusionado.
Me encanta hacer análisis, pero al mismo tiempo lo odio con todo mi ser. Por un lado, me gusta transmitir mi forma de ver y sentir los videojuegos. Por otro, jugar un videojuego para analizarlo no es igual que jugarlo sin más. Vas contrarreloj, no puedes jugar de forma orgánica porque tienes que fijarte en todo y sacar material (capturas y video), y en mi caso también implica tener una libreta al lado porque soy tremendamente despistado y olvidadizo.
Como bien imagináis, no empecé Remnant 2 con muchos ánimos... pero eso cambió tras la primera hora de juego. Ya tenía apuntado todo sobre los menús, las opciones y todas las cosas básicas. Sin darme cuenta, comencé a disfrutar como un crío hasta el punto que no tomé ni una sola nota durante el primer mundo, N'Erud. Y que conste que odio esa localización. Me parece fea y pobre. Luego pude tomar notas porque además grabo todo para poder verlo de nuevo.
La primera sesión durante el viernes duró entre 2 y 3 horas cada una. El sábado fue un día fuerte: le metí una buena sesión de 6-7 horas. Finalmente, el domingo y el lunes cayeron un par de sesiones de 8-9 y 2-3 horas respectivamente. En total fueron alrededor de 20-21 horas para entregar el análisis. Acabé hasta la coronilla de jugar, sacar capturas, grabar y apuntar cosas.
El efecto rebote de Remant 2
Cuando termino de analizar un videojuego suelo estar tan harto (de jugar mucho y algo incómodo por el tiempo) que rara vez vuelvo a tocarlo. Recuerdo que Kingdom Come: Deliverance me traumó hasta tal punto que me dan ganas de llorar cada vez que lo mencionan.
Remnant 2 no me dejó tan abatido, pero ciertamente acabé un poco hasta la huevera de su jefe final y por consiguiente del juego. Sin embargo, al escribir y publicar el análisis (25 de julio), me sucedió lo llamo el "efecto rebote": unas ganas locas de rejugarlo, pero esta vez a mi rollo, tranquilito y sin tener que tomar notas de todo. Es raro que me pase y suele pegar muy fuerte.
Un día después de publicar el análisis, me regalaron la versión física de PS5 como regalo de cumpleaños... aunque lo hubiese comprado igualmente. No sería la primera vez. Sé que algunos pensáis que es una tontería, pero es mi forma de mostrar mi apoyo (como jugador) a una compañía que ha creado un videojuego que me gusta. Además, que no tiene crossplay y todos mis amigos están en consola.
Me tiene tan enganchado que ha logrado que desinstale (al fin y nuevamente) The Witcher 3: Wild Hunt (539 horas) y Red Dead Redemption II (561 horas) para hacer hueco a Remnant From the Ashes y Remnant 2. No he rejugado la primera entrega al completo, pero ha cumplido su función: hacer tiempo hasta que llegase la secuela.
Hace dos semanas ni recordaba que Remnant 2 existía y tampoco esperaba demasiado, pero ahora solo quiero rejugarlo y echarle horas hasta Starfield. Tampoco esperaba que iba a hacerme desinstalar dos videojuegos increíbles que creía iban a tenerme enganchado hasta el lanzamiento de Starfield. Han sido un cúmulo de casualidades o causalidades que me han llevado hasta mi descubrimiento favorito de 2023. ¡Adoro la magia de los videojuegos!
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