Al fin se ha producido el momento que tanto esperábamos, pues ya podemos acudir a las salas de cine a disfrutar de Deadpool y Lobezno. El regreso de Ryan Reynolds y Hugh Jackman a sus icónicos papeles es un soplo de nostalgia para cualquier fan de Marvel. De hecho, todo parecía que dispuesto para que el actor australiano no volviese a interpretar al mutante, pero la fortuna nos ha sonreído.
Jackman se ha ganado el cariño de los fans gracias a sus interpretaciones durante la trilogía original de los 2000, junto a los diversos spin-offs. La importancia de Logan dentro del grupo liderado por Charles Xavier siempre ha sido vital, por lo que Bryan Singer entendió a la perfección que la segunda cinta debía poner el foco en el origen de James Howlett. De la misma forma, Activision puso la carne en el asador para lanzar una de las mejores aventuras para Arma X.
X-Men 2: La Venganza de Lobezno fue el proyecto que desarrolló el estudio británico GenePool Software y que vio la luz en 2003 para PS2, GameCube y Xbox. Con una excelente combinación entre acción y sigilo, el título se valió de una portada donde podíamos ver a Jackman posando con las garras para llamar poderosamente la atención, pero lo cierto es que el videojuego no tuvo nada que ver con la cinta.
Larry Hama, guionista de numerosos cómics como Elektra o el propio Lobezno, fue el encargado de escribir una historia que se centra en los orígenes del antihéroe. La trama nos sitúa en 1968, poco después de que Logan haya sido capturado por el gobierno canadiense para ser tratado como sujeto del programa Arma X. La tortura a la que le somete el Profesor es demencial y es aquí cuando recibe el tratamiento para que se le inserte el adamantium en los huesos. Desde el primer momento podemos escuchar a Mark Hamill ofreciendo una actuación espléndida en el papel del protagonista, pero no será la única estrella rutilante.
Patrick Stewart también prestó su voz para el profesor Xavier, el cual debe ayudar telepáticamente a Logan a descubrir una cura contra un virus. La cepa Shiva se encuentra dentro de su cuerpo desde hace décadas y le fue inyectado durante su cautiverio, pero solo su factor de curación acelerado ha impedido que muera mucho antes. Ahora, con apenas 48 horas de vida por delante, Lobezno debe regresar a las instalaciones de Arma X, redescubrir su pasado y encontrar una cura mientras se enfrenta a viejos conocidos.
La apuesta mecánica de GenePool Software fue muy directa y entendiendo perfectamente al personaje, pues podemos desatar una auténtica carnicería en cada secuencia. A lo largo de seis actos, Lobezno podrá retraer o extender las garras de adamantium para infrigir un daño bestial, pues el metal es letal contra los soldados que se le ponen enfrente. Sin embargo, para evitar que los jugadores abusasen del mejor ataque posible, impusieron un beneficio importante a pelear con los puños y las piernas.
Si retraemos las garras, el factor de curación de Lobezno se activará y regenerará la salud de Logan progresivamente. Una pequeña licencia que evita las normas de los cómics, pero que cumple perfectamente su función dentro del contexto del videojuego. Además, el estudio implementó un sistema de combos impresionantes, los cuales se pueden desencadenar una vez se aturden a los enemigos que tienes alrededor. Con diferentes pulsaciones rápidas de botones, Lobezno ejecutará a todo aquel que se encuentre en su rango con unas acrobacias espectaculares.
Por si fuera poco, las posibilidades eran mayores, como poder agarrar a los enemigos, levantarlos y lanzarlos donde queramos. Todo ello nos otorga puntos, los cuales se reflejan al final del nivel para mostrar cómo nos hemos desempeñado partiéndole la cara a aberraciones mutantes y enemigos de todo tipo. A la fórmula también se le añadió un sigilo absolutamente excelente.
Claro, Lobezno cuenta con unos sentidos agudizados, los cuales le permiten rastrear fácilmente a cualquiera que se encuentre cerca. Pulsando un botón, Logan entra en un modo que le permite detectar fuentes de calor, ver huellas recientes y hasta la línea de olor. De esta forma se puede correr agachado a cuatro patas o pegarse a las paredes para sorprender a algún incauto en cuanto vaya a girar por la esquina. Las secuencias de ejecución en sigilo son realmente variadas y existen algunas únicas que se pueden perder si no las realizamos en un punto exacto de X-Men 2: La Venganza de Lobezno.
Y cuando todo ha fallado, entra en juego la furia de Lobezno. Bien sabemos que al mutante se le suele ir bastante la cabeza, no es nada educado y no pide perdón ni permiso. Una barra por encima de la de la salud puede ser llenada si sufre demasiado daño, lo que desatará un estado en el que se moverá más rápido, realizará más daño y será mortífero para cualquiera que se cruce ante él. Así pues, el avance por los diferentes niveles se presenta como una masacre total donde nunca aparece Deadpool, pero sí que podemos ver a leyendas de los cómics.
Existen combates contra jefes realmente temibles, como el mítico Dientes de Sable. La némesis de Lobezno es uno de los contrincantes más duros y, al igual que los otros duelos, exige encarar los enfrentamientos con una nueva perspectiva. Wendigo, Juggernaut, Dama Mortal y hasta el mismísimo Magneto son algunos de los rivales con los que toca enfrentarse. Sus batallas son más complejas de lo normal y es por ello que el Profesor X reparte consejos telepáticamente para ayudar a Lobezno en su aventura.
Con todo, la exploración es otro de los puntos fuertes de X-Men 2: La Venganza de Lobezno, pues existen muchos coleccionables ocultos por los escenarios. Es posible vestir a Logan con diferentes atuendos, ya sea su clásico atuendo azul y amarillo, el que lleva por defecto, el de Ultimate X-Men, el típico naranja y amarillo o incluso de la película X-Men 2. Y es que, si bien la obra no tiene que ver directamente con la cinta de Singer, en el estudio no despreciaron el material visual que tanto había llamado la atención con Jackman en la gran pantalla.
Las transiciones en el menú se presentan como la apertura y cierre de la cámara que lleva a Cerebro en las películas, la estética general recuerda mucho a la ciencia ficción que dibujó el director y el mencionado traje de cuero negro también está presente. Para rematar la jugada, sus creadores decidieron recompensar a los más curiosos con la posibilidad de desbloquear varias escenas, algunas de carácter completamente cómico.
Por ejemplo, podemos ver a Wendigo y Lobezno grabando sus líneas de diálogo en un estudio, o al mutante sacando sus garras que se han convertido en un juego de cubertería. Y, si bien los cameos en el videojuego están a la orden del día, pues aparte de los villanos podemos ver a Bestia, Coloso o Pícara, la aparición estelar la protagoniza el mismísimo Spider-Man. Una escena eliminada muestra cómo, nada más llegar al punto de encuentro con Magneto, Peter Parker aparece para echar un cable.
El trepamuros explica que tuvo que tomar un autobús para llegar hasta la zona, ya que no puede volar ni teletransportarse, pero Logan, agradeciéndole el gesto, le insta a ayudar a capturar a los malvados que han huido de la prisión de El Vacío. Una secuencia muy simpática y que quizás hubiésemos podido vivir en la secuela que jamás sucedió. Y es que al final podemos ver al temible Apocalipsis hablar con Mr. Siniestro y dejan claro que irán a por Logan para reclutarlo como uno de sus Jinetes.
Por desgracia, GenePool Software no volvió a realizar ningún videojuego más y X-Men 2: La Venganza de Lobezno quedó como su único legado, pero dejando el listón por todo lo alto.
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