No se encuentra en su momento de popularidad más álgido Arkane Studios. La desarrolladora de Microsoft ha decepcionado con Redfall, pero para llegar al punto de no cumplir las expectativas es necesario haberlas rebasado en el pasado. El historial de la compañía está repleto de obras de arte y con ninguna llegó a semejante punto de excelencia como la que publicó en 2012.
En aquel año, justo antes del lanzamiento de la nueva generación de consolas, Dishonored vio la luz. El aplauso de la crítica y el público fue unánime, por lo que se le catapultó hasta un glorioso 91 en Metacritic que lo corona como el juego con mayor puntuación para el estudio en la plataforma. Si todavía no lo habéis jugado, podéis hacerlo a través de Xbox Game Pass, tanto en Xbox One como Xbox Series X/S. También se encuentra disponible para PC y con Xbox Cloud Gaming si somos suscriptores Ultimate.
La trama de Dishonored nos traslada hasta Dunwall, una ciudad ficticia con un gran carácter industrial y cuya economía se sustenta a través de la caza de ballenas. Inspirada en lugares tan emblemáticos como Londres y Edimburgo de finales del siglo XIX, la tecnología que rodea el escenario es de corte steampunk, más allá de que ciertas artes místicas oscuras surgen por cada esquina.
Nos tocará ponernos en la piel de Corvo Attano, el fiel guardaespaldas de la Emperatriz que rige el Imperio de las Islas. Tras el regreso de una importante misión, la responsable es asesinada ante los ojos del protagonista, el cual es falsamente acusado de cometer el crimen. A pesar de ser condenado a muerte, consigue escapar gracias a la ayuda de unos valiosos aliados que le echarán un cable en su cruzada para desenmascarar el complot.
A partir de este momento podremos comenzar a recorrer Dunwall para toparnos con la mayor de las decadencias. La incertidumbre asola a la población, una peste imparable deja regueros de cadáveres tras de sí y un régimen dictatorial se ha impuesto a la pura fuerza. Toda una serie de tejemanejes políticos impiden descubrir la verdad, por lo que será necesario cortar unas cuantas cabezas para conocerla.
A nivel mecánico, la propuesta de Dishonored es realmente inusual. Controlamos a Corvo desde una perspectiva en primera persona y podemos afrontar cada uno de los niveles desde el puro sigilo o la más directa acción. Las rutas a tomar son incontables, pues Arkane tuvo claro que quería fomentar el libre albedrío y la improvisación. Así pues, podemos camuflarnos entre las sombras, esconder cadáveres, utilizar artilugios silenciosos y ser poco menos que un recuerdo para los guardias.
La otra opción es enfrentarnos a cara de perro, situación en la que Corvo se defiende a las mil maravillas. Espadas, pistolas, ballestas y movimientos de combate letales estarán a nuestra disposición si decidimos ser totalmente agresivos. Sin embargo, el factor diferencial es que nuestro personaje posee habilidades sobrenaturales la mar de útiles.
Podremos teletransportarnos a cualquier punto, tomar posesión de una manada de ratas hambrientas o congelar el tiempo por unos instantes, por ejemplo. El ramillete de opciones es muy jugoso y en la combinación de todas estas herramientas hallarás tu estilo de juego que te hará imbatible. Eso sí, ten en cuenta que tendrás que tomar unas cuantas decisiones a lo largo de la partida en Dishonored, por lo que las consecuencias de tus actos se reflejarán en el futuro.
Más de 15 horas de partida están aseguradas para completar la campaña principal, pero en Game Pass se ha incluido la Definitive Edition. Esto significa que tendrás acceso al contenido de los DLC Dunwall City Trials, El puñal de Dunwall, Las brujas de Brigmore y Void Walker's Arsenal. Por lo tanto, sacarle todo el jugo te acercará a las 50 horas de juego.
En VidaExtra | Los mejores juegos del Game Pass para Xbox, PC y el juego en nube de Microsoft
En VidaExtra | Los mejores juegos de 2023 para Xbox
En VidaExtra | Todos los juegos de Arkane: Prey, Dishonored, Deathloop, Redfall y más