Me interesé por Star Wars Jedi: Fallen Order de modo más fehaciente desde el primer momento en el que quedaron patentes las influencias de Dark Souls para sus mecánicas de juego principales, de ahí que no tardase en echarle el guante aprovechando una tímida rebaja con motivo del Black Friday de hace unos días.
He estado todo el fin de semana enganchado y ya estoy muy cerca del final, gustándome bastante en líneas generales a pesar de sus fallos de rendimiento, la cámara en ciertos momentos o lo mejorable que resulta el control en las rampas y otras situaciones. Que lleve un vicio importante es por culpa de su universo y esas pinceladas de Souls con Tomb Raider. Y hubo un detalle que me encantó.
Un juego de Star Wars con muchas influencias
Hay una criatura misteriosa llamada Oggdo Bogdo que veremos en el planeta Bogano y que es totalmente secundaria, pero que es un claro homenaje al primer demonio con el que nos cruzamos en el refugio de los muertos en Dark Souls.
El inicio de Star Wars Jedi: Fallen Order no deja ver, en cualquier caso, esas similitudes con la saga de From Software al estar prácticamente todo bloqueado, siendo un tutorial encubierto que va habilitando poco a poco los movimientos de Cal Kestis, incluso los más básicos, hasta bien entrada la siguiente región.
Es en el planeta Bogano donde se activa realmente el juego, donde muestra todas sus armas con ese toque metroidvania que ha heredado con tan buen acierto la última trilogía de Tomb Raider (arropada, a su vez, por un toque a lo Uncharted, con gran impacto visual) y con esas otras mecánicas tan propias de los Souls.
Resetear la posición de los enemigos al descansar en una hoguera (meditando, en el caso de Cal), un número limitado de viales de curación (con proceso lento para usarlos), cómo vamos desbloqueando los atajos o que cuente con un estilo de combate similar (también con ideas del reciente Sekiro: Shadows Die Twice), son las más evidentes, pero es con esa criatura misteriosa donde Respawn Entertainment dejó patente su amor por Dark Souls por cómo se desarrolla.
El lado oscuro de la Fuerza es más fuerte aquí
Que el Demonio del Refugio de Dark Souls se parezca tanto a Oggdo Bogdo tiene que ver, principalmente, porque los protagonistas de ambos juegos están en bragas al inicio de ambas aventuras y no tenemos, por ejemplo, acceso a todas las habilidades y a un buen número de viales de curación para evitar disgustos.
En el caso de Star Wars Jedi: Fallen Order, de hecho, podemos llegar hasta esa criatura misteriosa sin que BD-1 haya conseguido el primer estimulante para curarnos, por lo que resulta un desafío bastante exigente al poder matarnos de apenas dos o tres golpes. Y nosotros le quitamos poco, para colmo.
Hay un truco, por supuesto, que deja más patentes sus similitudes con aquel Demonio del Refugio, ya que si damos un rodeo en un tramo ligeramente más avanzado de ese planeta, accederemos a la parte superior y podremos sorprender a Oggdo Bogdo cayendo en picado desde uno de los agujeros del techo, quitándole casi media vida. Sí, como sucedía en el Refugio de los muertos.
Fue la manera en la que logré derrotarlo, puesto que se me hizo muy cuesta arriba el tramo inicial con Cal Kestis al ser un Jedi bastante limitado y con pocos recursos. Tras esta criatura misteriosa he podido derrotar a un par más y la aventura me ha ofrecido otro tipo de desafíos, pero ninguno con un homenaje tan marcado a Dark Souls. Y salvando sus fallos, lo estoy disfrutando como un enano.
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