Vivimos tiempos de remakes y remasterizaciones a cascoporro, con todo lo bueno y lo malo que ello conlleva. En realidad, esta tendencia no es exclusiva del mundo de los videojuegos, pues no hay más que echar un vistazo a lo que ocurre en el cine o la televisión para entender que la reutilización de proyectos que triunfaron en el pasado para intentar repetir éxitos en el presente es algo perfectamente común en cualquier industria del entretenimiento. La madurez del sector también conlleva esta clase de cosas.
Al menos hay que reconocer que algunos de estos proyectos resultan especialmente ilusionantes, quizás tanto que luego pueden provocar decepciones mayúsculas. El regreso a la vida de 'Final Fantasy VII' por obra y gracia de Square Enix será posiblemente el remake más deseado de aquí a que sea publicado, imaginamos que dentro de mucho tiempo, pero el golpe de efecto que ha dado Capcom confirmando la puesta al día de 'Resident Evil 2' tampoco se va a quedar corto en cuanto a popularidad. También es cierto que en este caso contamos con un excelente ejemplo a seguir como fue el remake del primer 'Resident Evil', una muy buena muestra de que en este terreno también se pueden concebir genialidades.
Si Capcom va a seguir esa línea, por mí más que perfecto, pueden contar conmigo para lo que sea. Más allá del anuncio en sí, poco más sabemos de este desarrollo, pero siempre podemos aprovechar la ocasión para echar la vista atrás y recordar aquellos grandes momentos que nos hicieron saltar de la silla con uno de los juegos más terroríficos que hemos tenido la oportunidad de sufrir. Por descontado, contad con que este artículo vendrá cargado de spoilers, así que a partir de aquí continuad leyendo bajo vuestra propia responsabilidad.
He visto pasar algo
Las ventanas son un recurso muy común en el repertorio de terror de la saga 'Resident Evil', siempre oscuras y abiertas a convertirse en la vía de entrada para los peores horrores. Si para colmo vemos pasar, durante un breve segundo, una extraña figura tras los cristales, es inevitable que el miedo y la tensión cubran nuestro cuerpo. Tras este breve aviso, el primer encuentro con el Licker es otro momento que quedará eternamente grabado en nuestras pesadillas.
Los pájaros de Hitchcock
De nuevo, las ventanas. El truco de los animales precipitándose a través de ellas lo sufrimos ya con los perros en el primer capítulo de la saga, pero eso no restó ni un punto de efectividad al momento en que los cuervos hacen saltar los cristales por los aires para lanzarse furiosamente a por nosotros en ese horrible pasillo. El mismísimo Hitchcock habría aprobado la capacidad de la secuencia para asustarnos.
El armario de la morgue
Entrar en una morgue y encontrar el suelo lleno de cadáveres ya es suficientemente terrible, pero lo peor es ver que ninguno de ellos se mueve. Sabes que te vas a llevar el susto, lo estás esperando... Pero nada sucede. La tensión acumulada es tan alta, que la simple caída de la puerta de un armario servirá para que gritemos como un niño y deseemos salir corriendo tan lejos como sea posible. Terror bien hecho.
A través del espejo
Uno de los grandes prodigios de la época en que la saga utilizaba escenarios prerenderizados era que nunca sabías cuándo esa imagen estática que hacía las veces de fondo podría tomar vida para darte un susto de muerte. Un perfecto ejemplo de la utilización de esta ambigüedad técnica lo tenemos en el espejo de la sala de interrogatorios, que nos entrega otro de los puntos más impactantes de la aventura cuando, tras coger inocentes el bote de spray sobre la mesa, se rompe en mil pedazos dando la bienvenida a un odioso licker.
Aléjate de las ventanas
El truco de las ventanas se vuelve especialmente efectivo cuando el susto se produce la segunda vez que pasamos por un sitio. Confiados ya en que no se esconde nada tras esos tablones que cubren los marcos, volvemos a atravesar el pasillo con la inocente tranquilidad de que todo irá bien. Qué ilusos. El horror de esos brazos que tantean a ciegas el aire en busca de nuestro cuerpo es difícil de describir, y el único recurso que nos queda en ese caso es andar tan pegados como sea posible a la pared opuesta, deseando que no consigan tocarnos.
La venganza de Birkin
Una de las grandes virtudes de 'Resident Evil 2' está en su capacidad para dar una mayor dimensión a la historia que hay detrás de los acontecimientos que vivimos en primera persona, ahondando en las motivaciones de los miembros de Umbrella causantes del desastre. Esto hace también que enfrentar a enemigos como Birkin, mutado en una horrible criatura cuando su única salida es inyectarse el G-Virus, se haga especialmente oscuro al hacernos conscientes de lo que hay detrás del monstruo.
Huyendo de Mr. X
La modalidad de la aventura en la que nos enfrentamos a Mr. X, nombre que recibe el Tyrant T-103 que nos persigue sin descanso por la comisaría, resulta especialmente grotesca por la sensación que supone saber que este lento pero implacable enemigo puede aparecer en cualquier momento ante nosotros, si hace falta derribando una pared para ello. Y cuando eso sucede, lo único que podemos hacer es huir tan rápido como nos lo permitan las piernas. Desde su primera aparición, caído del cielo como un apocalíptico mensajero, sabemos que esa cara de pocos amigos nos va a traer muchos disgustos.
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