El día en el que finalmente Beyond Good & Evil 2 se ponga a la venta será un milagro y un momento digno de recordar, porque la segunda parte de la saga de Ubisoft lleva en desarrollo desde hace casi 20 años y todavía se desconoce cuándo llegará a estar terminada. Ha pasado tan desapercibida durante tantísimo tiempo que hasta a veces daba la impresión de que se había cancelado.
Para conocer mejor la situación de todo lo que está pasando hay que echarle un ojo a las declaraciones que ha realizado Michel Ancel, el creador de Rayman y el primer Beyond Good & Evil, quien fue también uno de los grandes directivos de esta continuación. Gracias a una entrevista que ha mantenido con Superpouvoir ha querido sacar a la luz una buena cantidad de problemas en los que se ha visto envuelto el título.
Y es que Ancel dejó Ubisoft en 2020, pero eso no le ha permitido revelar unos cuantos trapos sucios y pronunciarse por primera vez desde su salida de la compañía francesa, lo que le ha llevado a admitir que hubo bastantes discusiones internas que fueron las que causaron una buena cantidad de inconvenientes.
En algunos proyectos nos planteamos retos enormes y nos enfrentamos a equipos con pasión, pero sin saber lo largo y complejo que será el camino que tenemos por delante. La pasión es una energía fabulosa, pero también puede provocar enfrentamientos entre los entusiastas. En Beyond Good & Evil 2, por ejemplo, hubo demasiados problemas entre los directivos.
El director artístico quería rehacer todo una y otra vez, el director del juego quería hacer un juego de mazmorras generadas y yo soñaba con una aventura espacial. Simplemente no nos pusimos de acuerdo y el director del juego llevó el proyecto por otras direcciones.
En este tipo de situaciones, los equipos están desorganizados y ni siquiera saben quién está al mando y quién toma las decisiones. Se supone que el productor debe poner orden en la situación, pero eso no sucedió. Yves Guillemot incluso tuvo que ir a Montpellier para volver a poner las cosas en marcha, pero eso no fue suficiente y el director del juego siguió con su terquedad.
Por si no fuera suficiente, el periódico francés Libération le llegó a acusar a Ancel de haber sido un gran responsable de todos estos problemas, algo a lo que él se ha mostrado totalmente en desacuerdo, afirmando que él jamás ha exigido ningún cambio y que nunca ha puesto pegas a las decisiones que se han tomado.
En cualquier caso, a pesar de todas las disputas que se han producido en el pasado, considera que la situación está más calmada en la actualidad tras haberse encontrado un equilibrio entre todos los responsables al cargo, reconociendo que él también ha tenido parte de responsabilidad en lo sucedido en el pasado, dado que debería haber defendido con más fuerza su proyecto.
Al final, todo se reduce a que los directivos apasionados no se llevan bien. Creo que hace tiempo que se despidió a estas personas y el proyecto encontró un cierto equilibrio con los nuevos directivos.
Estos problemas de gestión son, por supuesto, muy perjudiciales para los equipos. Todo esto demuestra que no es un trabajo fácil: hay muchos egos y mucho en juego, y que hay un margen de mejora evidente en términos de gestión humana.
No había un único gran villano, sino toda una serie de cuestiones clave que quedaron sin resolver a nivel de dirección, incluido yo mismo. Tengo mi parte de responsabilidad y debería haber defendido mejor el proyecto, haber estado más presente y haber sido más conciliador con el personal.
En definitiva, lo único que podemos hacer al respecto es seguir esperando a que el desarrollo de Beyond Good & Evil 2 vaya mejorando poco a poco para poder jugar algún día de una vez por todas a esta largamente esperada secuela.
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