La última vez que un videojuego de zombies me arrastró a la locura más absoluta fue Dead Island 2 a finales de abril de 2023... pero fue bastante pasajera porque terminé aburriéndome demasiado rápido. Fue como una aventura loca y apasionada: breve, pero muy intensa y acompañada de música de los 80.
Todas mis esperanzas estaban depositadas en Undead Nightmare de Red Dead Redemption y finalmente cumplió. El sábado pasado os conté cómo fueron mis primeros (segundos) pasos en la aventura zombie de John Marston y dejé un final abierto... que mirándolo desde la perspectiva actual quizás fue demasiado.
Tiroteo en Armadillo a lo Django
Retomamos la aventura donde la dejamos: camino de Armadillo. El pueblo parece desierto desde la lejanía, pero tan pronto como giro la esquina y enfilo la calle principal encuentro el macrobotellón de zombies. Si no había 20-30 zombies en pantalla, no había ninguno.
Bajo rápidamente del caballo, saco el revólver, activo el Dead Eye y comienzo a marcar cabezas con la precisión de un cirujano. Disparo el tambor al completo y recargo mientras los primeros zombies comienzan a acercarse. Pauso el juego: "A esto le falta un poquito de música", pienso. Decido bajar la música del juego un rato y poner una lista de reproducción propia en YouTube.
Suena "Freedom" de Anthony Hamilton y Elayna Boynton (Django Unchained). Espero a estar cerca del primer estribillo, despauso el juego, selecciono mi rifle Winchester, activo el Dead Eye para marcar otra oleada de cabezas y disparo uno o dos segundos después de romper el estribillo.
No me queda Dead Eye, pero sí munición. Ruedo hacia atrás para evitar el golpe de un zombie gollum (rápidos y corren a cuatro patas), cambio rápidamente a la escopeta de dos cañones y disparo los dos tiros seguidos haciendo quickscope. No tengo tiempo para recargar el Wincherter y la escopeta, así que vuelvo a sacar el revólver y activo nuevamente el Dead Eye para marcar las cabezas de los zombies más cercanos y descargar otro tambor. John Marston dispara con estilo desde la cadera.
Hora de hacer la táctica Days Gone: correr por las callejuelas para hacer embudo y que los perdigones de escopeta impacten en más zombies. Quedan unos pocos, pero el plomo hace bien su trabajo. Acabo con los zombies del pueblo y me sobra casi un minuto de canción. Estoy totalmente loco y solo quiero pegar tiros, así que ignoro a los NPCs y salgo corriendo hacia el cementerio de Odd Fellow's Rest para limpiarlo de zombies. Elijo el siguiente tema de camino.
Comienza a sonar "True Survivor" de David Hasselhoff (Kung Fury) mientras completo el último tramo de viaje hasta el cementerio. El estribillo rompe y espoleo el caballo en la recta final. Salto la valla, me bajo del caballo sin frenar y quemo rápidamente todos los ataúdes mientras los zombies no dejan de salir.
Corro hacia la puerta para hacer embudo, saco mi Wincherter, Dead Eye y masacro a los zombies más cercanos. Se acercan tres gollums, así que desenfundo la escopeta de dos cañones y uso el Dead Eye para marcar a dos y matarlos de un tiro en la cabeza. El tercero está a punto de pegarme, así que saco el revolver y pulso el botón de disparo (sin apuntar) para hacer una ejecución. Solo queda el zombie jefe, que muere definitivamente tras recibir un tomahawk en la frente.
Descontrol en Tumbleweed
Tras lootear los cadáveres para reponer munición, dejo atrás el cementerio de Odd Fellow's Rest mientras suenan las últimas notas de "True Survivor". Me dirijo al cementerio de Tumbleweed... y ojalá hubiese sabido lo que me esperaba. Me subo a un lugar elevado para ver el pueblo y elegir la siguiente canción.
Esta vez suena "Thousandfold" de Eluveitie. El pueblo parece vacío, así que corro hacia el cementerio y quemo rápidamente todos los ataúdes mientras los zombies no dejan de salir de sus tumbas. Son más de los que puedo controlar y cuentan con varios corredores y gollum, así que tomo la peor decisión posible: replegarme hacia el pueblo.
Resulta que Tumbleweed estaba hasta los topes de zombies, que se juntan con todos los que han aparecido del cementerio. Os prometo que había en pantalla más de 30 zombies. Me quedo bloqueado por un momento, pero finalmente recurro nuevamente a la táctica Days Gone: corro hacia el local más pequeño con forma rectangular y con una sola puerta.
Una vez dentro, tiro todos los molotovs y dinamitas que tengo... pero no es suficiente. Están demasiado cerca de la puerta, pero me niego a morir en Undead Nightmare de esta forma y tras tantas horas jugando a videojuegos de zombies. "Thousandfold" suena fuerte en los cascos.
- Primero saco la escopeta de dos cañones y pego dos tiros a la masa de 15 zombies aprox para ralentizarlos.
- Desenfundo el Wincherter y marco todas las cabezas que puedo con el Dead Eye. Los zombies comienzan a amontonarse en la puerta, así que fallo algunos disparos.
- Selecciono el rifle de cerrojo y descargo sus cinco balas contra los pocos zombies restantes con el poco Dead Eye que me queda.
- Me encargo fácilmente de los dos últimos con el revólver. Dos disparos a la cabeza de forma manual.
Salgo del local y me ataca repentinamente un gollum que estaba escondido tras el marco de la puerta. Pego un bote en la silla de campeonato y un grito que se debió escuchar hasta en Plutón. Pulso instintivamente el botón de disparar y ejecuto al zombie. Ahora sí, he acabado de limpiar el pueblo y el cementerio de Tumbleweed.
Regreso a Armadillo para guardar y descansar. Es la última vez que voy a jugar a Undead Nightmare en un tiempo y es por una buena razón: la clave de Starfield ha caído en mis manos y tengo que jugarlo para realizar el análisis. Me entristece mucho porque me apetecía seguir con esta segunda partida (la primera fue la del análisis y no cuenta), pero caigo en algo que me alegra mucho: Halloween no está tan lejos.
Starfield y Destiny 2 me van a mantener muy ocupado durante los meses de septiembre y octubre, así que no me importa volver a empezar una nueva partida en Halloween y pegarme un buen maratón para pasármelo de una sentada... o al menos intentarlo. Undead Nightmare me tiene completamente enamorado y me hace tremendamente feliz jugarlo. Queda aparcado, pero no olvidado.
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