Las mejoras gráficas que aportará la nueva generación de consolas son diversas. Mapas más grandes, menos tiempos de carga, texturas más detalladas, animaciones muy realistas… pero sobre todo vamos a ver una mejora en los sistemas de partículas y en los motores de físicas.
Es ahí en donde muchos expertos coinciden. Esta generación será la que represente el humo de un modo realista, la que pinte agua que den ganas de beberse y en la que dibujar miles de partículas en tiempo real, con su alpha y todo, comportándose según las leyes de la física no represente que la consola salga ardiendo y pidiendo clemencia. ¿Queréis un ejemplo? La actualización del último ‘Assassin’s Creed IV: Black Flag’ para PC.
Vale, hablamos de un PC con una tarjeta gráfica nVidia y la tecnología PhysX pero quizá dentro de un tiempo podamos ver algo parecido en nuestras Xbox One o PS4. Fijaos como el nuevo humo inunda la escena, cómo parece tener peso y como poco a poco se disuelve de un modo realista. Ojito también a como Kenway lo desmonta y lo deforma mientras lucha dentro de la humareda. Una auténtica gozada visual que, sin embargo, también tiene sus defectos.
Y es que no se ve un pimiento. Algo tan básico en un juego como este, en el que contraatacar es algo esencial de la mecánica de lucha, se ve afectado por la repentina humareda realista que inunda la escena. Hombre, el efecto es impresionante pero quizá rebajando un poco la densidad…
Vía | Kotaku
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