Más allá de las inolvidables Rapture o Columbia, lo cierto es que no hay nada más icónico en la saga BioShock que los Big Daddy que protegen a las Little Sister. La simbiosis entre ambos personajes resulta letal si estamos preparados para enfrentarnos al tanque con piernas, ya que defenderán hasta la muerte a las recolectoras de ADAM.
La dichosa droga que corrompió por completo la ciudad submarina de Andrew Ryan es sustraída de la corriente sanguínea de los cadáveres, para posteriormente ser procesada en el cuerpo de las crías. De esta forma se consigue que el ADAM pueda usarse de nuevo, pero para lo cual es necesario someterlas a un proceso terrible de condicionamiento mental y físico.
Una babosa es implantada en su interior para poder producir más ADAM y, en un principio, el equipo dirigido por Ken Levine pensó en animales como anfitriones para el molusco. Un perro con una silla de ruedas fueron algunas de las ideas descartadas, así como seres abominables que podemos ver en los diversos diseños conceptuales.
Lo cierto es que se barajaron toda clase de ideas hasta decidirse por las pequeñas como responsables de mantener la oferta de ADAM en BioShock. Las Little Sister, tal y como las conocemos, conservan sus rasgos de niñas pequeñas, pues son alegres, quieren jugar y son bastante ingenuas. Más allá de sus ojos y el tono de su piel, físicamente no son muy distintas a otras crías de su edad, pero Irrational Games llegó a pensar en una versión decrépita de ellas.
Como vemos, la sangre hubiese empapado el vestido de las Little Sister, así como el resto de su cuerpo. Su rostro estaría muy avejentado, mientras que la cabeza presentaría muchas calvas y la ropa estaría rota, lo cual le conferiría un aspecto desaliñado. Una visión absolutamente espantosa que se quedó en el tintero, pero que demuestra que la desarrolladora tenía muy claro que el tono de BioShock debía ser decadente.
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