La octava generación de videoconsolas está redefiniendo las reglas del juego y la Xbox One S ofrece más que un color y una carcasa diferente, ¿lo suficiente como para que nuestra Xbox One esté obsoleta? Afortunadamente no.
Las revisiones de consolas son algo a lo que nos hemos acostumbrado, y es que tanto la sobremesa de Microsoft como la de Sony contaron con 3 modelos durante la pasada generación, obviando las ediciones especiales y conmemorativas. En VidaExtra vamos a resolver aquí y ahora la gran duda: ¿a quién va dirigida la Xbox One S?
El modelo más vanguardista de la sobremesa de Microsoft ya está disponible y llega de la mano de una nueva interfaz que ha ido sumando varios aciertos a los usuarios de Xbox desde su salida, pero también en mitad de un ambicioso plan por parte de la compañía de Redmond denominado 'Project Helix', y con un catálogo de juegos realmente asentado y en expansión.
Sin embargo, los usuarios de la Xbox One original no van a quedarse sin contenidos ni a recibir peores propuestas ahora que ha llegado un modelo más reciente. La actual generación de consolas continúa sin dejar a nadie atrás por parte de Microsoft y este rediseño incluye interesantes novedades.
Comencemos por el nuevo traje: S de ¿Slim?
Partamos de lo evidente: más allá de su hardware, y su muy sólida propuesta jugable, el diseño de la Xbox One no consiguió calar entre los usuarios, y a la hora de vender consolas cada detalle cuenta. ¿Por qué no apasionaba su carcasa? Quizás por lo simple de su aspecto, quizás por lo pesada y aparatosa que resultaba durante su primera toma de contacto, puede que por su notable tamaño si la comparamos incluso con las anteriores Xbox, las cuales tampoco es que fueran especialmente pequeñas.
La Xbox One S no sólo ofrece un diseño mucho más compacto, sino que hace un uso inteligente del mismo a base de pequeños detalles, como por ejemplo el hecho de poder ponerla de pie. Pero más allá de esto o su nuevo color blanquecino, lo que más destaca son sus nuevas dimensiones: se ha reducido el tamaño nada menos que un 40% con respecto a la Xbox One original, y eso se agradece.
Pero al igual que ocurre con la Xbox One, este nuevo diseño también ofrece un aspecto muy sobrio y poco arriesgado, lo cual en cierto modo se aleja de convertirla en una consola cuya carcasa vaya a trascender como la de la NES, la de la MegaDrive, la de la primera PlayStation e incluso la GameCube. ¿Eso es bueno o es malo? Para ser justos, dependerá del gusto de cada uno y de con quién compartimos el salón -o el dormitorio-.
Un detalle que no pasa desapercibido y que hay que tener en cuenta es que, al igual que la original, la Xbox One S ofrece una estupenda ventilación gracias a sus acabados del lado derecho, con lo que es de esperar que se recaliente mucho menos que la PS4. De hecho, su ventilación será una de las claves del nuevo sistema de alimentación que veremos más adelante.
Más compacta, más ligera, blanca... sin embargo, los usuarios de la Xbox One original nos hemos fijado en una curiosidad que se distingue justo en medio del frontal y que parecía extinto de esta generación: la Xbox One S dispone de botones físicos, con lo que la apuesta por los sensores para encender, apagar o cambiar el disco se reevalúa dejando clara una conclusión: carecer de botones no es tan práctico a partir del segundo día.
Xbox One S: comienza la carrera por las 4K, pero...
Nos nos vamos a engañar a estas alturas de la partida: sin ofrecer detalles más concretos, el actual responsable de la saga 'Gears of War' Rod Fergusson ha confirmado que Microsoft ha aprovechado el nuevo modelo para actualizar la CPU y la GPU de la consola. Y esto se traduce en que, de ser requerido, técnicamente se podría mejorar la estabilidad del rendimiento de los juegos de los que ya dispone la consola y de los que vendrán en el futuro. Otra cosa es que eso vaya a ocurrir.
A lo largo del E3, Albert Penello ya indicó que esas mejoras están destinadas a que los desarrolladores hagan uso de CPU y GPU adicional para facilitar que se obtengan imágenes de alto rango dinámico (HDR) en la reproducción de contenidos en 4K, siendo precisamente éste el mayor reclamo técnico del nuevo modelo: poder ofrecer vídeo y contenido audiovisual en UHD. Pero, ¿qué pasa con los juegos?
Según el Director de Gestión de Programas de XBox Mike Ybarra, los juegos también podrán ser reescalados a 4K. En todo caso conviene no olvidar una cosa muy elemental: para que nosotros percibamos la diferencia necesitaremos disponer antes de un televisor o monitor preparado para este formato. En caso contrario, veremos los juegos con la misma calidad que en Xbox One, ya que Albert Penello dejó muy claro que las dos consolas ofrecerán un rendimiento idéntico.
Te lo aseguro, no vamos a ver [un rendimiento] mejor. Y [las CPUs y GPUs mejoradas] no tendrá absolutamente ninguna repercusión en los juegos. Literalmente, no se notará el cambio. Van a ser idénticos. Será imperceptible, por no decir ninguno.
Ahora bien, en caso de disponer de una pantalla capaz de gestionar contenidos en 4K, la cosa cambia, y no únicamente en cuestión de juegos. Xbox One S permite un reescalado no nativo a las 4K de los títulos actualmente disponibles, pero realmente servirá para sacarle más partido al visionado de contenidos cinemáticos y de vídeo en streaming o en los formatos convencionales.
Conseguir mover y gestionar contenidos en 4K parece que es la actual prioridad de las nuevas consolas. Precisamente es el mayor reclamo actualmente conocido de la llamada PS4 Neo -anteriormente conocida como PlayStation 4K-. Sin embargo, habrá que esperar un poquito más para que Sony y Microsoft muestren sus cartas de cara al juego en esas condiciones de manera nativa.
Juegos, accesorios, puertos y periféricos
Si la última actualización supuso un nuevo clavo en el ataúd de Kinect, la Xbox One S prácticamente deja poco margen de cara a los planes futuros de la compañía de Redmond en torno a su sensor de movimiento.
La nueva consola retira sin miramientos el puerto destinado a Kinect para cubrir ese espacio con nuevos puertos USB. Sin embargo, aquellos usuarios interesados Kinect podrán conectarlo a través de un adaptador desarrollado para la ocasión. ¿Quién hubiera dicho que la consola fue lanzada con este accesorio?
Junto con la consola se incluye la última versión del Xbox One Controller, que, sin estar al nivel del Elite Controller, ofrece un novedades interesantes. Continuando con la filosofía de la sobremesa de Microsoft, ahora facilita más su conexión a un PC gracias a su conector bluetooth, con lo que ya no hay necesidad de usar un USB para jugar en escritorios.
Además, se ha mejorado la ergonomía del mismo y el tacto de los gatillos conservando la entrada auriculares de la última revisión, todo un detalle.
Como se ha reiterado en múltiples ocasiones, todos los juegos y accesorios de la Xbox One original funcionarán en Xbox One en las mismas condiciones. Quizás pueda parecer una obviedad, pero en las mismas condiciones significa que en ningún caso se ofrecerán funcionalidades extra ni ventajosas en esta consola ni durante el día de lanzamiento ni en el futuro. Cero juegos exclusivos y nada de accesorios con novedades inesperadas que no pueda disfrutarse en la Xbox One original.
Por último, pero no menos importante, la fuente de alimentación pasa a estar dentro de la consola, lo que significa que el ladrillo que ha caracterizado los cables de alimentación de las consolas de Microsoft pasará a ser un cable absolutamente normal. Precisamente por ello se ha trabajado en ofrecer un diseño bien ventilado en la carcasa.
Xbox One vs Xbox One S: características técnicas
Xbox One | Xbox One S | |
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Fecha de salida | 22 de noviembre de 2013 | 2 de agosto de 2016 |
Dimensiones | 33.3cm x 27.4cm x 7.9cm | Un 40% más pequeña que la original |
Mando incluido en el pack | Xbox One controller con salida 3,5 para cascos y auriculares | Xbox One controller con mejora ergonómica, Bluetooth y salida 3,5 para cascos y auriculares |
Disco Duro | Desde 500GB hasta 1TB, ampliable con discos externos | Actualmente 2TB, ampliable con discos externos. Se espera la salida de modelos de 1TB y 500GB |
Salidas y puertos | HDMI 1.4, S/PDIF, USB 3.0, puerto Kinect, 3 x USB 3.0 | HDMI 2.0a, S/PDIF, USB 3.0, puerto infrarrojos |
Fuente de alimentación | Externa | Interna |
Resolución de vídeo de salida | 720p, 1080p | 720p, 1080p, 4K (HDR) |
Juegos y periféricos compatibles | Todos los de Xbox One y los retrocompatibles de Xbox 360 | Todos los de Xbox One y los retrocompatibles de Xbox 360. Kinect es compatible a través de un adaptador. |
Otras especificaciones | Sensores táctiles. Lector de Blu Ray y DVD. | Soporte vertical. Botones físicos. Lector de 4K Blu Ray y DVD. |
Precio oficial en la Microsoft Store sin juegos | 299,99 euros (ahora en oferta por 269,99 euros con Quantum Break) |
*En XtraLife sale por 389,95 euros. En Amazon la tienen por 390,95 euros. En El Corte Inglés tiene un precio de 399,90 euros. En GAME está por 399,95 euros.
¿Merece la pena Xbox One S?
Simplificando al máximo: sí y no, pero en el fondo depende de ti. Si ya tienes una Xbox One y no dispones de una pantalla en 4K seguramente puedas adquirir o reservar muchos juegos interesantes por el precio de tener el último modelo de consola y no poder disfrutarlo, salvo que el enchufe con la fuente de alimentación externa sea un severo problema estético en el Feng Shui de tu salón.
Sin embargo, si todavía no tienes una Xbox One y te atrae su mando, su catálogo de exclusivos o, sencillamente, quieres aprovechar que ya tienes o vas a tener varios juegos en Windows 10 que puedes aprovechar en estas consolas, es quizás una opción más que recomendable.
A esto hay que sumar que su tamaño reducido y su disco duro de mayor capacidad con respecto a las Xbox One originales pueden justificar totalmente una diferencia a la hora de elegir este nuevo modelo, a pesar de la diferencia del precio.
¿Comprar una Xbox One estándar? ¿Por qué no? Es una opción más económica y ambas consolas van a compartir el mismo catálogo de juegos. Si dudas entre adquirir una Xbox One S y un pack que incluya la primera Xbox One con una buena serie de complementos en forma de juegos, un mando adicional y/o alguna suscripción y no hay planes a corto o medio plazo de adquirir una televisión de gama alta, posiblemente la segunda opción sea la más sensata.
Pero si lo que buscas es una consola con la que además de jugar a tus juegos favoritos puedas sacarle partido a tu televisor en 4K para ver contenidos en UHD, por lo pronto es la única sobremesa del mercado en ofrecer esas prestaciones. Y lo que hoy en día cuesta un reproductor de Blu Ray en 4K no dista mucho del precio de salida de una Xbox One S, con la diferencia de que podrías jugar a 'Killer Instinct' o a 'Halo 5' en él.
Nota: algunos de los enlaces aquí publicados son de afiliados. A pesar de ello, ninguno de los productos mencionados han sido propuestos ni por las marcas ni por las tiendas, siendo su introducción una decisión única del equipo de editores.
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