Ayer se presentó la esperada sucesora de Xbox 360, la Xbox One. La apuesta de Microsoft por el juego del futuro, por hacerse con el entretenimiento de nuestro hogar y por vencer en una guerra que pinta ser más dura que la de los Stark contra los Lannister.
El caso es que aunque ayer en Microsoft decidieron pasar de puntillas por encima de los pormenores técnicos de su consola, hoy ya tenemos más datos. Datos que nos llevan a poder enfrentarla con PS4, de la que sí sabemos más cosas a nivel de hardware, para saber (siempre desde la distancia y desde las dudas que levanta un hardware todavía cogido con pinzas y al que muchos desarrolladores no se han enfrentado) lo que ofrece cada consola. Vamos a ello.
AMD hace su agosto con las nuevas consolas
Tanto PS4 como Xbox One apostarán por AMD para nutrir de potencia a sus respectivas bestias. Un SoC muy parecido a AMD Fusion que incluye la CPU, la GPU y otros componentes de ayuda en el mismo chip y que ha sido diseñado según los requisitos de Sony y de Microsoft respectivamente.
A priori parece que el proceso de fabricación baja hasta los 28 nanómetros pero ojo, Microsoft parece haber confirmado que el chip de la Xbox One está fabricado a 40nm. De PS4 no sabemos nada así que tocará esperar y aclarar si las dos consolas pertenecen a la generación de los 40nm o han dado el salto tecnológico hasta los minúsculos 28nm.
Xbox One utiliza una CPU de ocho núcleos "Jaguar", a priori muy semejante a la que Sony decidió incluir en su PS4, y que según los últimos rumores trabajaría a una frecuencia de 1,6Ghz. Una velocidad que también suena para la consola de Sony aunque los últimos rumores apuntan a que sólo eran los primeros kits de desarrollo los que trabajaban a esa velocidad y que el modelo de consola final la verá incrementada hasta los 2Ghz.
La GPU parece ser una evolución a gusto de Microsoft de la exitosa AMD 7790 y que, de confirmarse, quedaría lejos en rendimiento de la 7870 personalizada que carga la consola de Sony. En el E3 sabremos más detalles con toda probabilidad y podremos compararlas con datos en la mano. De momento tomemos esta lucha de GPU's como rumorología.
RAM y potencia bruta
Ya sabéis que una gran potencia sin control no sirve de nada. Aunque en esta situación, en la que los juegos y las demostraciones reales de las dos consolas aún quedan lejos, sólo podemos aferrarnos a los datos en bruto que tan poca cosa revelan en realidad.
No obstante allá, vamos. A priori parece que el hardware de Xbox One es algo inferior al de PS4 aunque no estamos hablando de una diferencia abismal. Al final serán los desarrolladores y su economía de lanzamientos los que equilibren la balanza. Dicho de otro modo, las dos máquinas son arquitecturas X86 , tienen muchas similitudes con un PC y dependerá de qué versión elijan como base sobre la que trabajar los desarrolladores multiplataforma.
Pero hablando de numeros teóricos se dice que Xbox One puede llegar a alcanzar los 1.25 TFLOPS y que PS4 va un paso o dos más allá y alcanza la barrera de los 1.84 TFLOPS. Otro punto importante es la memoria RAM. Las dos consolas apuestan por 8GB de memoria (algo que agradecerán los desarrolladores) pero a dos calidades muy diferentes.
Xbox One carga 8GB de memoria DDR3 que otorga un ancho de banda final de 68GB/s y 32MB de SRAM incrustada en el chip para gráficos que llegan hasta las 102GB/s. PS4 también viene equipada con 8GB de memoria RAM pero en esta ocasión se trata de DDR5, una memoría ultra-rápida, que es capaz de liberar un ancho de banda de 176GB/s. Y aquí no hay que hacer distinciones entre memoria y memoria SRAM soldada en el chip y de alta velocidad, todo va a esa velocidad punta en el caso de PS4.
Son dos acercamientos diferentes y que ya veremos cómo resultan a largo plazo aunque parece que la estrategia de Sony es más potente.
Gráfica comparativa entre Xbox 360, Xbox One y PlayStation 4
En la siguiente gráfica podemos ver recogidos algunos datos de hardware que se han ido sabiendo desde las presentaciones oficiales de las dos consolas. Para verlos en perspectiva (y siempre tomándolos con cautela puesto que las dos compañías pueden cambiar algunas prestaciones de aquí hasta la salida de las consolas) nada mejor que compararlos con la generación de consolas que quedan atrás. PS3 y Xbox 360 tienen ya, por mal que nos sepa, fecha de caducidad. Eso sí, aún tienen guerra por dar.
Resumiendo
Dos arquitecturas muy parecidas y que, sin embargo, presentan unas ligeras diferencias de rendimiento. Si esas diferencias son suficientes como para que el usuario aprecie un salto cualitativo en los juegos todavía lo desconocemos. De hecho lo tendrán que decir los desarrolladores con su trabajo. Lo que está claro es que ambas consolas representan un salto muy importante desde lo que ofrecían Xbox 360 y PS3 y apuestan por colonizar nuestro salón.
Microsoft quiere que su Xbox One sea el centro multimedia definitivo y Sony, por lo que parece, apostará más por seguir ofreciendo ante todo una consola de juegos. ¿Qué camino elegiremos cuando lleguemos a la tienda esta Navidad dispuestos a cambiar de generación de consolas? Eso está por ver y el E3 arrojará mucha luz sobre el camino. O debería.
Recuerda que puedes seguir descubriendo todos los detalles de la nueva Xbox One en VidaExtra.
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