Ha sido este un fin de semana de estar encerrado en casa junto al brasero. Con una ola de frío siberiano dejando las calles bajo cero, quedarse sin salir se convirtió en la mejor opción, que no hay nada como estar calentito y resguardado mientras fuera arrecia un viento afilado. Si me gustara pescar habría sido una faena, pero como todas mis aficiones pueden realizarse in door, el obligado retiro no supuso precisamente un suplicio.
Tras leer un rato largo ‘Ready Player One’, una novela de domingo que nos toca muy de cerca y que próximamente comentaré por aquí, me dispuse a echar unas partiditas. Rebuscando en la estantería me llamó la atención cómo sobresalían entre tanta obra maestra y tanto título reseñable ciertos juegos que no alcanzaban la media o que la superaban por poco. He recordado al instante las razones por las que no los había vendido: cada uno de ellos guarda en su interior un pequeño y a la vez gran detalle que logró grabarse en mi memoria de jugador.
He confeccionado una pequeña lista de cinco juegos que tienen algo que me encanta. Uno de ellos es rematadamente malo, otros dos son simplemente pasables, redondeo el quinteto con dos obras maestras ¿la razón de estos últimos? que lo que comento de ellos resulta ajeno a la línea principal de la historia que cuentan. Empezamos.
Lanzar las redes en el ‘Spiderman 3’ de Wii
Tras el excelente sabor de boca que me dejó ‘Spiderman 2’ en mi PS2 corrí a por ‘Spiderman 3’ en cuanto llegó a las tiendas, esta vez para Wii, consola que por entonces (2007) todavía emocionaba por su novedoso control. El juego en la consola de Nintendo resultó un completo despropósito que no hacía justicia a la máquina, pero aún así me hizo disfrutar por un característica muy particular: para balancearse por las calles había que realizar el gesto de lanzar las redes con el wiimote y el nunchuk. Lejos de resultar un acción cansada o repetitiva, aluciné una y otra vez con mis paseos por Nueva York sintiéndome más cercano que nunca a mi querido trepamuros. Aunque claro, en cuanto uno echaba un vistazo desde lo alto de un rascacielos a aquellos rectángulos sin texturas que se suponían edificios uno volvía de golpe a la dura realidad.
Sentirte poderoso en la piel de ‘King Kong’
Había muy buenas intenciones en la versión jugable del ‘King Kong de Peter Jackson’. El director, impresionado por ‘Beyond Good & Evil’, había encargado el videojuego a Michel Ancel. El resultado, vista la media de calidad de las adaptaciones película/juego, era bastante aceptable. Tras unas horas de deambular en primera persona por una monocromática Isla de la Calavera encarnando a Jack tomábamos el mando de Kong, y todo cambiaba. Puede que fuera porque de un débil humano que tenía que huir del terrorífico TRex pasábamos al poder de un simio enorme que podía mirar de tú a tú a ese bichejo. Balancearse entre acantilados para aterrizar con un encuadre cinematográfico junto a los saurios impresionaba de verdad. Tras atontar a golpes al TRex rompíamos su mandíbula de un golpe seco. Kong haciendo sonar su grito de rabia y victoria a golpe de pecho me hizo sentir realmente poderoso.
Sobrevolar Hogwarts montado en una escoba en ‘Harry Potter y la Cámara Secreta’
Sin contar con la versión de LEGO, estos últimos años han sido un infierno para los aficionados a los videojuegos y al mago de gafas redondas. Sin embargo sí que hubo un tiempo en el que los juegos de Harry Potter eran buenos. Hablamos, cómo no, de las primeras correrías en busca de cámaras secretas y de piedras filosofales y, si bien se trataba de aventuras interactivas modestas, se notaba de fondo el cariño puesto por los programadores. Siempre recordaré la estupenda sensación de libertad que me embargó cuando sobrevolé por primera vez el Colegio Hogwarts y los campos que lo circundaban subido en mi escoba.
Viajar sin rumbo montado en una motocicleta en ‘GTA: San Andreas’
Y llegamos a la primera obra maestra de la lista. ‘GTA: San Andreas’ fue el culmen de la pasada generación, el título en el que podíamos hacerlo todo, un juego tan enorme que el posterior ‘GTA IV’ me sigue pareciendo pequeño a su lado. Su historia y sus misiones eran interesantes, todo en él lo era, pero más allá de su mecánica de tiroteos, persecuciones y escaramuzas había algo en él que me suponía todo un placer. Coger una moto y abandonar la ciudad para perderme por las carreteras y caminos de su inabarcable mapeado era maravilloso. Suponía relax pero también sorpresa, y es que en cualquier momento podías verte inmerso en una locura provocada por esa matemática perversa que le daba sustento. Youtube está lleno de vídeos con las azarosas experiencias de los jugadores, de vídeos que aún hoy alimentan la leyenda.
Perder el tiempo en ‘Skyrim’
No hay nada como no hacer nada en ‘Skyrim’. Aquello que llamé en los tiempos de ‘Oblivion’ El placer del aburrimiento alcanza aquí cotas inimaginables. Bethesda ha creado un juego en el que da gusto vivir. ¿Os habéis dado cuenta de que los usuarios dicen Me voy a ‘Skirym’ en lugar de Voy a jugar a ‘Skyrim’? No hace faltan objetivos, que los hay en cantidades apabullantes, basta simplemente con habitar este mundo, deambular por él, para sentirse pleno. La rotura de stock del juego en Europa que hace casi imposible encontrar una copia en las tiendas divide ahora mismo a los videojugadores entre los que viven en ‘Skyrim’ y los que están locos por vivir en ‘Skyrim’.
Hasta aquí hemos llegado. Es esta una lista muy personal, por lo que no estarás de acuerdo en algunas cosas. Da igual, toca que bucees en tus experiencias para encontrar aquellas especialmente placenteras que tienes entre algodones independientemente de la calidad del juego que las guarda. Me encantaría que las compartieras conmigo y con los demás lectores, estoy seguro que es ahora, en los comentarios, donde empieza el verdadero descubrimiento.
En VidaExtra | SpiderMan 3 de Wii: horrible
Ver 41 comentarios