El coste de los juegos ha resultado ser un debate de lo más interesante en el que unos y otros, compañías, distribuidoras, tiendas y consumidores, parecen tener mucho que decir. Ahora la nueva generación de PS5 afronta una subida de precio que asciende hasta los 79,99 euros.
80 euros que ya hemos visto bajar en ciertos distribuidores pero que, según apuntan desde Bloomberg, podrían haber sido incluso más alto en una medida para ajustar el coste de desarrollo de los triples A a la inflación.
Según el medio financiero varios ejecutivos habrían reconocido que en el debate interno de la compañía se habían planteado cifras más altas antes de quedarse en los 70 dólares / 80 euros que finalmente recibiremos.
La pieza recoge también declaraciones de otros directivos como Strauss Zelnick, CEO de Take-Two Interactive, que afirma que sus precios suponen "mucho, mucho menos del valor entregado", o Blake Jorgensen, cabeza financiera de EA, que reconoce que el coste de desarrollo de los juegos no para de crecer.
Desde Capcom, en cambio, prometen que la estrategia con el precio de los juegos se mirará caso a caso y que, en esencia, la última palabra siempre la tiene el consumidor:
"El precio de los juegos debería estar determinado por la cantidad de dinero que el usuario quiera pagar por esa calidad, no por cuánto dinero hemos gastado en hacer ese juego".
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