Un grupo de espías secretos que se encontraban esparcidos por Europa decidieron atacar varias capitales Europeas, causando una gran conmoción y confusión entre los altos cargos de estado. Más tarde se averiguó que todos esos atentados, tan alejados geográficamente los unos de los otros, no fueron obra de un grupo terrorista, sino de un sólo hombre.
Eso es lo que relata un archivo desclasificado de la CIA, el mismo archivo que utilizó Robert Ludlum para crear en 1980 una de las mejores novelas de suspense: The Bourne Identity. A esta le seguiría después una segunda y una tercera parte: The Bourne Supremacy y The Bourne Ultimatum. Todas ellas fueron llevadas al celuloide durante los últimos 10 años, impulsando la obra de Ludlum y creando un antecedente en lo que a películas de acción y suspense se refiere.
Una saga como esta no podía escapar de las manos de los desarrolladores por lo que de la mano de Sierra y High Moon Studios nos llega una de las mejores adaptaciones de una película a videojuego que hemos probado jamás. Un título que deja el listón bien alto, pero que, desgraciadamente, peca de algunos errores. Descubramos los pros y contras que se esconden tras: 'Robert Ludlum's: La Conspiración Bourne'
Teniendo como base una buena historia extraída de una novela (con la multitud de detalles que eso comporta), y pudiendo aprovechar los diseños y escenarios mostrados durante la película, el trabajo de los creadores de este título se focaliza en dos aspectos: inmersión y diversión. Afortunadamente cumple con ambos.
Convirtiéndose en el mayor ejemplo hasta la fecha de como una película debe de ser trasladada a un videojuego, nos encontramos ante una experiencia que destaca por su frenesí y sus escenas de acción.
De la mano del amnésico Jason Bourne recorreremos unos escenarios que mezclan la lucha y los disparos con la infiltración; siendo la primera la que le aporta el 70% de la calidad al título. Unas escenas de lucha realizadas por Jeff Imada, quien también trabajo realizando las coreografías de lucha de la trilogía protagonizada por Matt Damon. Utilizando el botón A para cubrirnos, y los botones X e Y para realizar ataques rápidos y contundentes, conseguiremos llenar nuestro nivel de adrenalina, que. una vez lleno, nos permitirá realizar acciones especiales interactivas con lo que nos rodea y así conseguir derribar a nuestros enemigos. Rellenando las tres fases de esta barra podremos realizar ataques más potentes pudiendo así atacar a dos o a tres enemigos a la vez (variando del nivel en que se encuentre nuestro medidor).
Coge un bolígrafo y clávaselo a Castel en la mano tal y como Jason lo hizo en la película, estampa a tu enemigo contra un cartel de neón o utilízalo de escudo mientras sus compañeros intentan convertirte en un colador. Estas son algunas de las múltiples acciones que podremos realizar dependiendo de la situación exacta en el escenario y del entorno que nos rodea.
Si tuviésemos que destacar algo negativo de este apartado sin duda sería la falta de variedad en los combos programados, llegando a tener 3 o 4 combinaciones distintas de golpes que en alguna ocasión nos harán perder el interés por la pelea. Estaremos deseando asestarle tres golpes seguidos para luego, con el botón B, poder realizar el ataque especial y pasar a otro tema.
Pudiendo optar por la infiltración y el sigilo o por la entrada en escena a lo bestia ametralladora en mano, nos encontraremos con que ésta última en alguna ocasión nos trae más problemas que beneficios. No por que el juego esté destinado a que primen las incursiones sin ser descubiertos sino porque el control de las armas no es el más pulido con el que nos hemos encontrado. Con una cámara situada por encima del hombro, en ciertos momentos se nos hará algo difícil acertar en los enemigos sin tener que escondernos, debido a que será únicamente desde esta posición desde donde podremos apuntar con total precisión.
En tercer lugar debemos de hablar de otro elemento debería de haber sido trabajado más, las escenas de conducción, que, alcanzando cotas más altas de arcade que de simulación, hacen bajar la valoración del juego dos o tres escalones. La idea era buena, uniendo persecuciones y velocidad con QTE o Quick Time Events (de los que hablaremos a continuación), nos encontramos con un laberinto de calles lineal y mareante sumados a un control bastante impreciso y un coche que va deformándose a lo LEGO; convirtiendo esta parte del juego en algo a obviar si queremos valorar al título con una nota superior al notable.
Acabaremos hablando de la introducción de los QTE en la acción, algo que veremos a lo largo de todas las fases de 'Robert Ludlum's: La Conspiración Bourne', desde las peleas contra los jefes hasta la huida en Mini por las calles de París. Sin duda son estas escenas las que gozan de una mayor espectularidad y las que consiguen que la inmersión en el juego sea total. Si queremos escapar de las balas de un helicóptero, conseguir huir de la embajada suiza o derrotar a nuestros enemigos con un sólo disparo; deberemos de permanecer atentos a que combinación de botones debemos pulsar durante estas escenas, eso si no queremos acabar esposados o metidos en una bolsa de plástico.
Lamentablemente también debemos de destacar algo negativo de este apartado, ya que los QTE no es que abunden, es que son incesables, llegando a marearte en muchas ocasiones y provocando que te maten por haber estado más atento a la escena que a que botón pulsar.
Todo esto sumado a una de las mejores bandas sonoras (cuyo creador no es otro que el mítico Paul Oakenfold) que he disfrutado últimamente; conforman un juego que, pese a rozar el notable, podría haber sido excelente. 'Robert Ludlum's: La Conspiración Bourne, un título imprescindible para los amantes de la acción y las películas de espionaje que, dejando a un lado algunos de sus fallos, me ha hecho pasar grandes e inolvidables momentos a los mandos de mi consola.
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