Llevo mucho tiempo siguiendo de cerca la tecnología de realidad virtual. Francamente, me parece un sueño hecho realidad, una de esas ideas con las que habría soñado de niño y que ahora, como caída del cielo, está enteramente a nuestra disposición. Sin embargo, me ocurrió algo similar con la tecnología 3D y me tiré de cabeza a ella quedando completamente abandonado, y el miedo a que pueda ocurrir algo así con la realidad virtual me incita a ser mucho más precavido.
No sería la primera tecnología revolucionaria en la que vemos cómo todas las compañías se tiran de cabeza y luego queda abandonada a su suerte, pero en cierto sentido que haya una mayor cantidad de opciones invita a tener esperanza. Tras probar opciones de todas las formas y colores, tenía ganas de ver qué es lo que Microsoft y Acer habían preparado para su casco AH101 de Realidad Mixta.
El presente de la realidad virtual
Más que por la presentación que hizo Microsoft de la tecnología, con un vídeo que me recordó muchísimo a las promesas que hicieron con Kinect y nunca llegaron, mi mayor interés en este Acer Windows Mixed Reality Headset estaba en la idea de tener un dispositivo de realidad virtual de buenas prestaciones con un precio ajustado y unos requisitos mucho más humildes.
Para evitar ese escenario que recordábamos antes con la tecnología 3D, creo que la principal clave está en el tipo de contenidos y experiencias que puedan llegar a la realidad virtual. Ese juego, aplicación o invento digital que te haga tener la sensación de que tienes que estar ahí ya. Que necesitas un casco para poder disfrutar de eso y ya no vale la pena seguir esperando a ver si a ese ecosistema le va bien o mal.
La corriente que llevan las compañías impulsoras de esta tecnología están, en cambio, en otro camino muy distinto. El de ofrecer distintas opciones y configuraciones hasta dar con la tecla de lo que el público podría estar dispuesto a comprar. No sólo tenemos tres alternativas distintas de la mano de Microsoft con los cacharros de Acer, Samsung y Dell, incluso en el caso de Oculus se siguen barajando distintas alternativas que acaban de complementarse recientemente con el anuncio de Oculus Go, las primeras gafas portátiles e independientes del mercado.
De alguna forma tenemos la sensación de que, la idea que acabe imponiéndose, será la que hará girar el mercado en esa dirección. Pero a su vez, eso también supone que cada casco apunte a un público muy concreto y, en el caso de los videojuegos, hay dos titanes llamados Oculus Rift y HTC Vive que parecen tener más controlado ese segmento.
Las características del Acer Windows Mixed Reality Headset
Válido para jugar y para ese futuro de realidad mixta que Microsoft promete, el casco de Acer navega un poco entre esas distintas categorías. A 369 euros, es una de las opciones más asequibles, pero no por ello deja atrás su potencial a nivel técnico. Con una resolución total de 2.880 x 1.440 y una tasa de refresco de 90 Hz, sólo su campo de visión de 90º queda por detrás de los 110 del Vive y el Rift.
Donde no tiene rival es en la configuración. Con unas medidas de 195,8 x 94,8 x 106,59 milímetros y un peso de 350 gramos, lo único que incluye el casco son los mandos con los que aprovechar mejor la experiencia. Ni fuentes de alimentación adicionales, ni marañas de cables. Sólo un conector HDMI y un puerto USB 3.0 serán necesarios para conectar el casco a cualquier ordenador y empezar a disfrutar de la experiencia. Como añadido, un conector jack en el que enchufar los auriculares.
La configuración inicial es rapidísima, así que bastará con unos minutos y la instalación automática del ecosistema de Microsoft para poder empezar a juguetear con él. Además, a nivel de requisitos, pide lo justo para que casi cualquier ordenador mínimamente actual pueda mover lo que propone la tienda de aplicaciones de Windows sin demasiados problemas: Windows 10 Creators Update, un Core i5 de doble núcleo, gráfica Intel 620, 8 GB de RAM y un conector HDMI 1.4. 0 problemas a la hora de mover juegos como ‘Superhot VR’ en un ordenador con cuatro años y ningún cambio interno.
Destacar también su comodidad una vez puesto, y es que siguiendo la moda de la diadema instaurada por PlayStation VR, el headset de Acer es una gozada incluso tras estar varias horas con él puesto. Regulable desde la parte trasera para buscar el mejor punto de sujeción, tal vez el mayor problema sea que cuadrar sus lentes en el punto exacto, ese en el que ver todo con la mayor claridad posible y evitar zonas borrosas, es un poco más difícil y no admite muchos movimientos bruscos si no queremos estar constantemente recolocándolo.
¿Aceptamos como alternativa para jugadores?
Donde triunfa Acer, a Microsoft le falta trabajo, y es que el trabajo de la competencia en lo que a posibilidades se refiere dista mucho de lo que actualmente podemos encontrar en la tienda de aplicaciones de Windows. Si bien su menú principal me parece una gran idea, una casa virtual en la que colocar estatuas y cuadros desde las que lanzar aplicaciones como Edge, Skype o cines virtuales, para sacarle el mayor partido a la rama jugona de la realidad virtual toca ir directamente al catálogo de Steam.
No es complicado, basta con instalar esa casa dentro de la aplicación de Valve, pero el rendimiento se ve afectado por estar lanzando el juego dentro de una aplicación, que a su vez está dentro de otra aplicación, en vez de lanzando el juego directamente. Puede ser mínimo, pero dentro de una configuración inicial tan sencilla, se agradecerían más facilidades (y catálogo) en ese sentido.
La facilidad de no tener que instalar cámaras de rastreo es un plus, pero pronto entiendes qué ha llevado a otras compañías a tomar esa decisión. Las lentes del headset de Acer son las que se encargan de mapear la posición de los controles y, mientras que en un juego de disparos en el que tienes los brazos siempre estirados es fácil disfrutar sin problemas, cuando estás ante otro tipo de títulos, el tema de ver cómo desaparecen objetos cuando las manos no están frente a dichas cámaras te saca un poco de la experiencia.
Entiendo que, por su configuración, hay ciertos sectores como el del trabajo o el entretenimiento (un trabajo colaborativo entre ingenieros o diseñadores en el primero, y un centro de juegos de realidad virtual en el segundo) que aprovecharán mucho más las posibilidades de ir de aquí para allí con un casco sin necesidad de tener doscientas cámaras instaladas por toda la planta, pero en lo que se refiere a la experiencia más espectacular posible en lo que a videojuegos en casa se refiere, hay opciones que siguen siendo indudablemente más prometedoras.
¿Qué pasa con la Realidad Mixta?
La mayor baza de Microsoft de cara a explotar sus opciones en un mercado bastante saturado y convencido de que Vive y Oculus son la opción con más números para triunfar, estaría en esa citada realidad mixta que pretende llevar la realidad aumentada y la virtual a un mismo escenario. Lamentablemente, no hay muchas opciones para explotar esa posibilidad.
De entre todas las posibles, la única que parece tener algo de peso en la tienda es ‘Mixed Reality Academy: Project Island’, aplicación que debería servir de demostración para la tecnología pero que sólo admite unas HoloLens para gozarla en todo su esplendor. ¿Dónde está aquella demo de realidad mixta de ‘Minecraft’ sobre una mesa? No a la vuelta de la esquina, aparentemente.
Eso nos deja con unos cascos que, como en el resto de casos de la gama de Microsoft, y también el del resto de alternativas que hay actualmente en el mercado de la mano de otras empresas, funcionan a las mil maravillas con la realidad virtual, pero no explotan en absoluto esa realidad mixta que llevan en el nombre.
Con todo sobre la mesa, es imposible no verse en una situación en la que indudablemente volvemos a la casilla de salida. Aquella en la que el miedo a un batacazo nos invita a ser cautos o, como mínimo, esperar a ver cómo se alinean las estrellas para que la realidad virtual (y la mixta) aterricen una revolución a la que aún le quedan varios kilómetros para acabar de aposentarse. La realidad virtual sigue siendo una grata y recomendable sorpresa para los amantes de los avances técnicos, pero aún le queda un buen trecho, tanto a nivel de tecnología como de catálogo, para que queramos tirarnos de cabeza a por ella.
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