La posibilidad de unir varios de mis gustos es una de las cosas que más me apasionan de Minecraft. Hace unas semanas que comencé a jugar Assassin's Creed IV: Black Flag, un juego de la saga que no jugué por acabar muy desencantado con su predecesor.
Ahora, que estoy recuperando el tiempo perdido con Assassin's Creed, me siento muy pirata y por eso quería hacer algo del estilo en Minecraft para estos experienciales semanales.
Vivir en los mares de Minecraft: de náufrago a capitán de barco
La parte fácil de la experiencia de vivir en los mares de Minecraft comienza en el menú para generar el mundo y acaba en cuanto apareces en el mundo. Hacer cosas tan básicas como recolectar madera y fabricar herramientas puede volverse toda una odisea.
Yo hice un poco de trampa y aproveché los árboles que tenía a mi alrededor en el lugar de aparición para fabricar algunas herramientas básicas y un bote. Sí, hice trampa... pero ya os lo he dicho: soy pirata.
Sobrevivir en los mares de Minecraft no es sencillo. La madera no abunda y tienes que obtenerla de los barcos hundidos o plantando árboles en una base en el agua. Lo más inteligente es pasar esta "era" rápido y conseguir hierro y rocas lo más rápido que puedas.
La comida también es un problema que me trajo por la calle de la amargura durante las primeras horas, pero unas patatas de un cofre en un barco hundido hicieron que corriese a mi pequeña plataforma para empezar a plantarlas en un mini-huerto que había preparado.
¿Y de dónde conseguí todos los recursos? Pues del mismo sitio de siempre, pero con un poco más de pericia con las físicas del agua. Hice un tubo hasta el fondo marino y lo vacié de agua. Luego puse unas escaleras de mano y empecé a excavar. Dije que iba a sobrevivir en el mar... y técnicamente sigo en el mar, o debajo del mar. ¡Es mi aventura y la vivo como quiero!
Pasé días reales y muchos más en el juego sin ver la luz del sol de Minecraft
A dios puse por testigo que no iba a faltarme material en una temporada. Los siguientes días me dediqué únicamente a minar, a comer patatas y plantar árboles. Lo más destacado de esos días fueron un par de muertes por creepers ninja y un pequeño accidente con el agua en las excavaciones. Casi se me inunda la mina.
Volví a la superficie para encontrarme mi casa hasta arriba de enemigos y un pato aleatorio que apareció sobre mi cama. Lo llamé Juan porque estaba jugando con IlloJuan en la pantalla secundaria y le hice una pequeña zona con vallas para sacarle partido. Tras esto, me puse manos a la obra con mi gran proyecto: ¡el barco pirata!
La madera no era una opción, así que decidí hacerlo con piedra. "Los barcos de piedra no flotan", pensarás. Los barcos actuales son de acero y aquí nadie se queja, señor/señorita ingeniero/a naval. Al menos mi barco no se hundió en el primer viaje, ni que fuese Thomas Andrews.
Después de mucho buscar muchas imágenes en Google, decidí que mi idea de hacer un galeón era un poco optimista, así que me decidí por un bergantín pequeño o un balandro grande. Gracias, Sea of Thieves, por enseñarme "palabros" navales piratescos.
La construcción del barco: el susto de Minecraft
El penúltimo día de esta experiencia ocurrió algo que me quitó al menos 5 años de vida. Al cargar la partida, aparecí en mitad del mar y todo mi hogar había desaparecido. Mi inventario estaba intacto, así que pasaba algo extraño.
Comencé a nadar hacia todas las direcciones, suplicando a Minecraft que fuese un error al aparecer y que mi seudobarco/casa estuviese cerca. Ahí entendí perfectamente al personaje de Tom Hanks en la película Náufrago cuando gritaba "WILSOOOOON!", mientras su pelota/amigo se perdía en el horizonte.
Di por perdida la partida y pensé que esta semana escribiría algo con un titular del estilo "Así es como Minecraft arruinó mi semana" o algo así con mucho drama. Obviamente, no ha sido así.
Al día siguiente volví a probar y aparecí en el sitio que lo había dejado, pero esta vez mi seudobarco estaba en el horizonte. Procedí a terminar mi barco sin demasiados contratiempos y trasladé todo mi hogar bajo al camarote, en la parte de abajo puse la zona de trabajo y en la cubierta los cultivos. ¡Me encantó el resultado! Fue una experiencia muy bonita.
Decidí que era demasiado Minecraft por una semana, así que cambié el mundo a creativo, puse dinamita por todos lados y contemplé cómo mi obra volaba por los aires. ¡Un final digno para un barco pirata!