He tenido que llegar hasta principios de 2019 para encontrar el primer rumor sobre una posible revisión de Nintendo Switch. Por aquél entonces se hablaba de dos nuevos modelos, y ninguno de ellos ha resultado ser la Nintendo Switch OLED con la que nos han sorprendido los nipones.
Por un lado se hablaba de una versión más barata, enfocada al mercado casual, que ese mismo año acabaría materializándose en Nintendo Switch Lite. Por el otro, una versión más potente con dock para el juego en 4K, pantalla de 1080p para el modo portátil y una notable mejora en la vida de su batería. Un modelo soñado que no tardamos en abrazar como Nintendo Switch Pro.
Ríos de tinta e ilusiones han corrido durante los últimos años sobre esta última, pero lo que pedíamos como jugadores no podría estar más alejado de lo que finalmente recibiremos con esta revisión. Estas son todas las mejoras para Nintendo Switch que se quedaron en nuestra cabeza y que, al menos por ahora, parece que seguirán ahí.
Pantalla con mejor resolución
Si bien es cierto que Nintendo Switch OLED cumple con aquello de mejorar la pantalla de Nintendo Switch, sólo lo hace en tamaño y calidad. De 6,2 pulgadas saltamos a las 7 pulgadas que ofrecerán menos marco, mayor contraste y colores más intensos en el modo portátil, pero la resolución que alcanza la consola tanto en modo portátil como en el televisor seguirá siendo la misma: 720p y 1080p respectivamente.
Una consola más potente
Parte de la gracia de esa mejora de resolución estaba en poder acercarnos a un salto notable en los componentes de la consola, y es que si bien sigue demostrando tener más músculo del que presuponíamos en su anuncio, las concesiones en materia de rendimiento y resoluciones empiezan a pasarle factura.
No había aquí intención de acercarnos a juegos exclusivos como ya ocurrió con New Nintendo 3DS, ni siquiera la opción de alcanzar el 4K apostando por una potencia desmedida, sino a la necesidad de darle algo más de manga a los desarrolladores a la hora de ofrecer la experiencia que tienen en mente.
Autonomía ampliada
Parece que la batería mejora lo justo para hacer frente al cambio de pantalla, pero lo cierto es que los cambios se quedan justo ahí. Nintendo Switch OLED se queda en las mismas 4,5 a 9 horas que ya ofrecía en el modelo base. Y las 5,5 horas que se aventuraban al jugar a The Legend of Zelda: Breath of the Wild como ejemplo se mantienen intactas.
Quienes se hayan llevado de viaje su Nintendo Switch para jugar en modo portátil son ya muy conscientes de hasta qué punto la portátil va justa en ese sentido. No gozar de mejoras, ya no de batería, sino de algún tipo de modo ahorro, es una auténtica lástima.
Mejora en la ergonomía
La llegada de nuevos mandos o el mero hecho de acostumbrarse a jugar con el mando Pro ha puesto sobre la mesa la necesidad de darle una vuelta a la ergonomía de los Joy-Con, que acaban resultando ser demasiado incómodos al soportar la máquina en el modo portátil. Ahora lo serán aún más al aumentarse el peso de la consola, que se mueve levemente de los 398 g originales a los 420 g.
Sistema de comunicación interno
Viendo que la mejora de audio aparecía en el vídeo de presentación de Nintendo Switch OLED, mis esperanzas de acabar viendo un micrófono integrado con el que disfrutar de un sistema de comunicación interno se han mantenido hasta que ha vuelto a aparecer el chat de voz a través del móvil.
No deja de resultar curioso que tuviésemos micrófono en Wii U y sigamos teniendo que tirar de volteretas tecnológicas para poder hablar con nuestros amigos mientras jugamos.
Audio Bluetooth
Se nos iluminaron los ojos cuando a principios de año los dataminers encontraron información relativa al uso de auriculares bluetooth sin necesidad de un adaptador USB-C, pero hemos llegado a Nintendo Switch OLED y la posibilidad sigue sin asomar el hocico. El tema no aparece entre las especificaciones técnicas y, sabiendo que ha sido una de las mejoras más reclamadas, resultaría raro no haberla visto en el tráiler de haberse materializado finalmente.
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