Mucho antes de que Nintendo lo nombrase Super Mario Bros. Wonder en su primer tráiler del Nintendo Direct, yo ya le había puesto nombre. Para mí aquella psicodelia de tuberías retorciéndose y explosiones de color oníricas se iba a llamar Mario Amsterdam.
Tan pronto apareció el Mario Elefante, Elefario para los amigos, tuve aún más claro que mi interpretación de lo que Nintendo ha buscado con Super Mario Bros. Wonder, aunque desde el filtro más inocente posible, no era en absoluto descabellada.
El chiste de Mario y las setas alucinógenas
Nintendo Switch nos ha puesto facilísimo recuperar el chiste de Mario y la ingesta de setas alucinógenas, de la mano de uno de los juegos más simpáticos, coloridos y sorprendentes que hemos visto hasta la fecha del fontanero, pero en realidad la idea viene de lejos, no es sólo cosa de Super Mario Bros. Wonder.
Cuando visité Amsterdam durante mi adolescencia hace ya una veintena de años (fue a los 2000 lo que Ibiza fue a los 90), me sorprendió ver que en todas las tiendas había camisetas de Mario con los ojos rojos o degustando setas en actitudes que harían llorar a Miyamoto.
Pero casi igual de sorprendido por ver hasta qué punto Mario era una figura tan referenciada en aquél sentido, me alucinó ver que había otro animal, al que tampoco había atribuido aquella relación, entre las muchas camisetas que adornaban las tiendas: el elefante.
Que Nintendo se haya acordado de ese animal en concreto en un juego tan elesediano como Super Mario Bros. Wonder no es baladí. De hecho, llevamos más de 100 años utilizando al paquidermo como símbolo de las alucinaciones provocadas por el abuso de drogas o alcohol.
El elefante y el abuso de sustancias
¿De dónde nace esa historia? ¿En qué momento un elefante se convirtió en símbolo del pasarse de vueltas con ciertas sustancias y acabar en un viaje onírico? Toca viajar hasta 1896 para encontrar la primera referencia escrita, hasta una historieta llamada El Hombre y la Serpiente en la que un hombre ebrio veía a un elefante rosa y verde junto a un hipopótamo con plumas.
Hasta la fecha, lo normal en la literatura y la cultura popular anglosajona era acordarse de ver serpientes o imaginar serpientes en las botas para hacer referencia a estar borracho de la forma más exagerada posible, pero por alguna razón aquella idea de animales de colores empezó a ganar fuerza, y el elefante rosa era el más usado de todos.
Procedente del color que muestran las crías de elefante albino, con un rosáceo mucho más pálido que el rosa chicle que normalmente nos viene a la cabeza, los elefantes rosas empezaron a hacerse un hueco en la cultura popular para referenciar a las alucinaciones.
Desde libros hasta cómics, la idea del elefante rosa aparece incluso en el primer número de Superman, cuando se ríen de Lois Lane por decir que ha visto a un hombre volando preguntando si también ha visto al surrealista animal, pero el ejemplo más destacado se lo debemos a Disney y al episodio de borrachera de Dumbo, cuando beben champán de forma accidental y empiezan a ver elefantes de colores cantando y bailando. Que haya alucinaciones y un elefante en Super Mario Bros. Wonder parece un poco como sumar 2+2.
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