'Slither.io' es algo así como la nueva sensación de internet, ese juego al que YouTubers de todo el mundo se acercan, ampliando aún más su éxito y generando una bola de nieve que no ha hecho más que empezar. Ahí, como en su nombre, se parece mucho a una de las sensaciones del año pasado, 'Agar.io', pero las similitudes no acaban en eso.
'Slither.io', como 'Agar.io', nos propone una jugabilidad simple, con controles que cualquiera puede dominar tras un par de partidas y la inmediatez que un juego de navegador puede ofrecer. Es, además, uno de esos ejemplos sobre cómo lo más básico puede esconder también una lección de diseño.
¿Qué es Slither.io?
Si en 'Agar.io' controlábamos pequeñas células con el objetivo de hacernos cada vez más grandes, aquí el objetivo es hacer lo propio con serpientes. Consumiendo puntos de luz repartidos por la pantalla el bicho irá creciendo hasta convertirse en un auténtico mastodonte, pero lejos de limitar la lucha por el poder al gusano más grande, aquí el pez pequeño también puede devorar al gigantesco.
La muerte vendrá cada vez que choquemos contra otro gusano sin importar el tamaño de este, por lo que adaptando la estrategia del clásico ‘Snake’ deberemos evitar las colisiones con otros jugadores o intentar que ellos acaben estrellados contra nuestro cuerpo para así devorar la nube de puntos que dejen tras morir.
Lógicamente un cuerpo más grande ofrece más posibilidades de que otro gusano choque contra nosotros, pero también nos convierte en el cebo perfecto para que cualquier mierdecilla intente cerrarnos el paso para acabar con nuestra buena racha.
Tan simple como freír un huevo y, siguiendo con el símil de comida, también igual de delicioso y adictivo. ¿Pero cómo acabamos enganchados a estas locuras? ¿qué tiene de especial un juego como 'Slither.io' para que los minutos se conviertan en horas y aún tengamos ganas de probar una última vez?
¿Por qué Slitherio es un éxito?
Una de sus principales estrategias es la inmediatez, la posibilidad de volver a empezar una partida al instante y abandonarla con la misma facilidad. Al no contar con un sistema de progresión o nada que se le parezca, 'Slither.io' es uno de esos juegos chorras a los que podemos acudir en cualquier momento y saltar a otra cosa cuando sea necesario.
Pero de nada serviría eso si la propuesta no fuese divertida, y ahí entra en juego tanto el componente social de su tabla de récords, queremos ganar y ser el gusano más grande del servidor, como lo bien que maneja la frustración.
Encontrarte con un gusano enorme durante el juego despierta en nosotros dos factores clave: nos indica que esa posibilidad está a nuestro alcance y, a su vez, ataca a nuestro instinto de supervivencia para conseguirlo. Así, pronto querremos seguir creciendo para poder imponernos a nuestros rivales, y el riesgo que implica esa necesidad nos estará estar completamente centrados en el juego perdiendo la percepción de lo que ocurre alrededor, incluido el tick tack del reloj.
Al final, como en 'Agar.io', todo se reduce a las decisiones que tomamos durante el juego y cómo gestionamos tanto la presión como la ambición, precisamente dos de los factores que, una vez errado un movimiento, nos invitarán a jugar de nuevo siguiendo el estilo opuesto. Eso sin contar con las ansias de venganza, claro, otro punto clave en cualquier multijugador.
El retorno a lo clásico
Sería fácil hablar sobre este tipo de títulos desde una perspectiva crítica, menospreciando lo que por definición es un juego menor al compararlo con títulos de grandes presupuestos, pero hay que reconocerle el mérito a este tipo de propuestas y, pensando un poco en cómo consiguen alcanzar el éxito, parándonos a mirar qué hay detrás de algo así y por qué es tan adictivo, es de recibo aplaudir a las mentes tras su desarrollo.
Al fin y al cabo es de agradecer que, detrás de una industria que parece movida por la codicia y la necesidad de ser una superproducción para destacar, un juego tan simple pero efectivo como 'Slither.io' consiga hacerse un hueco entre nuestras horas de vicio. Porque sí, esto de los juegos sigue siendo un hobby que busca divertirnos, aunque muchos aún no lo hayan entendido.
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