No es que haya firmado ningún decreto que me impida por ley disfrutar de un videojuego multijugador, pero he de reconocer que tengo suficientes reparos al formato como para mantenerme alejado. Valoro muy positivamente apuestas como Helldivers 2, Final Fantasy XIV o diversos pozos de horas que no pueden estar construidos con más mimo y cariño.
Mis épocas de cientos de horas frente a la pantalla con el DeLorean de Rocket League quedaron atrás, aunque un señuelo ha aparecido ante mí y he mordido el anzuelo con todas mis fuerzas. Marvel Rivals se ha convertido en mi nueva obsesión y es un mantra que no le podría decir a mi yo del pasado sin que se sacudiese a base de carcajadas.
Ni Overwatch soñó con tanto
He de reconocer que hace un par de años tuve la intentona de probar Overwatch 2 en Xbox Series X, por aquello de que Microsoft tuvo a bien incluirlo en Xbox Game Pass. A pesar de que fui guiado por amigos con miles de horas a sus espaldas en el hero shooter, sencillamente no cuajó la fórmula conmigo. Los personajes, aunque bien diseñados estética y mecánicamente, no me convencieron y desistí en poco menos de dos horas de seguir intentándolo.
Concord fue una calamidad total que, durante unos instantes, sí que pude verle cierta gracia, pero una vez más: los personajes no podían ser más anodinos. Y si bien NetEase Games ha hecho los deberes con betas constantes para Marvel Rivals que me han permitido estar al tanto de lo que se cocía con su nuevo proyecto, mi interés sobre héroes y villanos de La Casa de las Ideas liándose a guantazos no me llenaba.
Sin embargo, el día del lanzamiento en PS5, Xbox Series X/S y PC lo cambió todo para mi perspectiva. Un juego gratuito, con las figuras más reconocibles del mundo del cómic que tanto he mamado y tengo un ordenador lo suficientemente potente como para sacarle partido... ¿por qué no? Una vez descargado el título en Steam, y a pesar de que no comprendía todas las habilidades disponibles, fui embaucado.
El estilo artístico de Marvel Rivals es una auténtica pasada, con un apartado visual de primera que recuerda a los clásicos dibujos de John Byrne, Roy Thomas, Todd McFarlane y toda la lista de genios que trabajaron en Marvel. Hay un cariño brutal, un mimo absoluto para mostrar los elementos más representativos de cada uno de los personajes, incluso en apartados como su perfil donde imprimen firmas únicas.
Además, la desarrolladora china ha implementado información muy valiosa para entender el significado de las skins y obtener más contexto de por qué Spider-Man, Thor o Lobezno lucen así. Lo mejor es que han añadido a figuras principales como Hulk, Magneto, Loki o Thor, pero sin olvidarse de otros rostros más desconocidos que ahora tienen una oportunidad de brillar.
Magik, Luna Snow, la Chica Ardilla, el querido Jeff el Tiburón o hasta Peni Parker tienen su hueco para desempeñarse como Vanguardia, Duelistas o Estrategas, roles que no tenía ni idea de qué clase de función debían cumplir.
A luchar a la buena de Dios
He de reiterar que yo soy el tipo que se conoce a los Vengadores, los Guardianes de la Galaxia, los X-Men y toda la parafernalia superheroica de turno, por lo que los conceptos de DPS, support o tanque me resultan ajenos. De acuerdo, Marvel Rivals como buen hero shooter se sustenta en las partidas 6 vs 6 donde, de una manera u otra, hay que aniquilar al equipo contrario. Sí, también hay que conquistar determinados territorios o vigilar el avance de carruajes en Asgard, pero en definitiva lo que hay que conseguir es que los rivales muerdan el polvo.
La velocidad a la que se juega Marvel Rivals debería echarme para atrás, asustarme por completo, pero me ha atrapado. Me siento realmente cómodo utilizando a héroes tan complejos como el trepamuros, calificado de los más difíciles del juego. Esta bravuconada no debe traducirse en que soy un fiera que gana todas las partidas, pues nunca me han nombrado MVP, aunque sí que no tengo problema con prácticamente nadie.
Tras unas cuantas horas intentando encontrar lo más parecido a un main, un colega se unió a la lucha y, con el pequeño detalle de que ha jugado 3.000 horas a Overwatch 2, me comenzó a explicar cómo debía proceder. De esta manera entendí mejor las sinergias que se viven en una partida de un hero shooter, pero aunque no le hubiese escuchado me lo hubiese seguido pasando fenomenal.
A pesar del enorme desequilibrio entre los tres tipos de roles, confieso que me siento muy satisfecho con mi desempeño como Vanguardia y Estratega. Nadie quiere ser ninguno de ellos y... no me lo explico. ¿Qué problema hay en ser Dr. Strange y crear portales dimensionales? ¿Alguien me puede argumentar por qué no es una ventaja enorme resucitar con Adam Warlock? Incluso Jeff forma parte de estos grupos y es una bestia imparable que provoca cariño y odio allí por donde nada.
Entiendo el punto de las muertes masivas controlando a Puño de Hierro o a la Bruja Escarlata, pero el trabajo conjunto es muy satisfactorio. Me granjeé una gran reputación en los campos de batalla de Battlefield 1 actuando como matasanos total, así que no tengo ningún reparo en quedarme en segunda línea curando a los DPS. Es más, también he disfrutado muchísimo poniéndome al frente con Magneto o el Capitán América repartiendo estopa, pero entendiendo al mismo tiempo mi función para con el equipo.
Eso sí, a las sinergias dinámicas todavía no les he sacado demasiado partido. He visto algún que otro Rocket subido a la espalda de Groot o a Hulk utilizando energía gamma para meterle un chute a Iron Man, pero es un terreno que he de explorar más. Precisamente los escenarios como Tokio 2099 o la morada de los dioses nórdicos también me han resultado atractivos, con un grado de destrucción que no es total, aunque resulta aceptable.
Dudo que se pueda conseguir una ventaja estratégica muy favorable por derribar un muro o romper un suelo, pero no está de más que se refleje la batalla en el propio mapa. Y es que verdaderamente hay una batería brutal de poderes espectaculares que no me he cansado de usar. Star-Lord es muy veloz, Capa y Puñal representan una dualidad muy poderosa, Iron Man es una bestia aérea a la que no te quieres enfrentar y hasta un genio de la puntería puede pasárselo de maravilla con Ojo de Halcón y la Viuda Negra.
Con todo, no es cuestión de tirar flores sin ton ni son. El rendimiento en PC es mejorable, especialmente por una serie de crasheos que he sufrido en mitad de las partidas que me acarrearán penalizaciones. Tengo unos componentes lo suficientemente potentes como para no tener que estar cruzando los dedos para que Unreal Engine 5 decida que no va a petar. Hay que pulir el apartado técnico, o sino seguiré sufriendo unas caídas de FPS demenciales cada vez que un Dr. Strange utiliza sus portales.
Ahora bien, ¿pagaré el pase de batalla? Apenas son 4,99 euros, pero no caerá esa breva. Es muy jugoso zambullirse en unas recompensas estéticas que no afectan en lo más mínimo a las partidas de Marvel Rivals, por lo que seguiré sacándole partido a las posibilidades que tenga a mano con las monedas virtuales. Veremos si NetEase Games consigue nutrir de sustento constante al hero shooter y, aunque no lo consiguiera, ya ha logrado conmigo lo que otros videojuegos intentaron y no consiguieron.
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