Aunque entre periféricos locos, estrategias de marketing demenciales y lanzamientos capaz de dejar con el culo torcido al más entero podríamos llegar a pensar que Nintendo se mueve más por impulsos que con la cabeza, lo cierto es que los nipones no pegan puntada sin hilo. El problema viene cuando esas decisiones chocan directamente con el usuario, y entonces, llegados a ese punto, casi preferiríamos pensar que alguien no se ha percatado del problema.
Sin embargo, cuando lo que preocupa es que una figura de plástico de diez euros acaba costando diez veces más por culpa de la escasez, llega ese punto en el que alguien tiene que dar un golpe sobre la mesa y reconocer que esta no es forma de tratar al usuario, que no se debe permitir que un pequeño fan de Little Mac se vea obligado pagar 67 euros para adquirir una figura Amiibo cuyos costes de producción están muy por debajo.
Los Amiibo cotizan en bolsa
Algunos, los conformistas, dirán que esto no deja de ser un negocio y que, simple y llanamente, la pela siempre será la pela, pero aunque por un lado la situación actual de los Amiibo es un filón a nivel promocional para los muñecos, esa espada corta por los dos lados y la imagen de la marca también podría verse dañada.
No veo yo muchas razones para que un padre sin conocimientos del medio llegue a la tienda, se encuentre con semejante panorama, y decida pasar por el aro. Está la excusa del coleccionismo, como si de una nueva era de oro de las figuras de Star Wars de Kenner se tratase, y sí, hasta yo puedo ver que conseguir algo similar sería una maniobra magistral por parte de Nintendo, pero luego pienso en la cara del padre delante de la estantería, con precios oscilando como si de un mercado bursátil se tratase y se me cae el alma a los pies.
Pocas figuras quedan que mantengan en tienda el precio de 12,90 euros al que se lanzaron. Allí donde no están agotadas, principalmente en las grandes tiendas online, los precios de algunos modelos siguen subiendo como la espuma, y sitúan a Kirby en los 29 euros, al Link de 'Wind Waker' en los 31 euros o sube hasta los 60 euros en el caso de Estela/Rosalina. Todo eso en apenas un par de meses y, en el peor de los casos, con figuras que han llegado al mercado hace apenas unos días.
El colmo llega cuando los propios empleados de Nintendo, en este caso Masahiro Sakurai, padre de 'Super Smash Bros.', se lamentaba en Twitter de la escasez de figuras al no haber podido encontrar en tiendas algunos modelos de la última remesa. Llegados a este punto lo lógico es que alguien asomase la cabeza para tranquilizar a los fans prometiendo reponer stock, pero nada más lejos de la realidad.
¿No hay stock? Pues nuevas figuras
No sólo se anunciaba que algunas figuras no volverían a fabricarse, acrecentándose aún más la locura relativa a los muñecos, el propio Reggie Fils-Aime se olvidaba de medir sus palabras al comentar en unas declaraciones de finales de año que, respecto a la alta demanda de Amiibo, estaban "intentando aprovechar esa oportunidad" y reiterando que no querían dejar escapar cualquier opción de rentabilizar la moda.
Algunos pensarán "ya está Rubén poniendo el grito en el cielo otra vez por tonterías", pero para qué vamos a engañarnos, que las ventas de Amiibo hayan alcanzado los 2,6 millones de unidades no es peccata minuta. De hecho, si en vez de figuras estuviésemos hablando de un juego, estaría situado entre los 10 más vendidos de Wii U (probablemente ya entre los cinco mejores), quedando por encima de 'Donkey Kong Country: Tropical Freeze' (980.000 copias), 'Pikmin 3' (890.000 copias) o 'Bayonetta 2' (610.000 copias). ¿Es que nos hemos vuelto locos?
Pues eso parece. Ya lo dejaron claro las compras de unidades con defectos de fábrica por varios miles de dólares. Repito, muñecos rotos y amorfos que multiplican su precio. Si esto no es una locura que baje Yamauchi y lo vea.
Ahora decidme que las risas que nos íbamos a echar no serían antológicas si Nintendo decidiese reponer unidades de las figuras cuyos precios se han salido de madre y los especuladores tuviesen que comerse con patatas su inversión. El dolor de barriga me duraría semanas, os lo aseguro, así que espero que la gran N entre en razón y permita que ese padre pueda volver a casa con un Little Mac bajo el brazo sin sentirse estafado.
La cara simpática de los Amiibo
Por suerte hay otra cara de la moneda, la de aquellos usuarios que dejan a un lado las manías, abren la caja del muñeco y lo modifican para crear una pieza única. Os dejo con una galería de imágenes de las más curradas. A ver si así conseguimos quitarnos el mal sabor de boca.
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