Raphael Colantonio montó su propio estudio independiente, Wolfeye, hace casi un año, y ahora mismo se encuentra enfrascado en el desarrollo de Weird West. El que fue fundador de Arkane Studios dejó la compañía en 2017. ¿La razón? Estaba cansado de la industria triple A.
Colantonio ha concedido una entrevista al portal PC Gamer acerca del nuevo rumbo que ha tomado su carrera. En ella ha hablado sobre sus nuevas posibilidades como estudio independiente, de cómo esto le permite arriesgar más sin que haya tanto en juego, aunque siguen tomándose muy en serio lo de sacar un nuevo título.
Nuestra pasión y nuestra ambición es muy alta, y queremos tener éxito haciendo un juego que la gente disfrute. Pero al mismo tiempo, podemos tomar más riesgos, y estar menos preocupados por el mercado de lo que estaríamos si estuviéramos haciendo un juego triple A. Como los números que hacen falta para recuperar la inversión de un triple A son tan altos, ya no haces un juego, haces un producto.
El fundador de Arkane empezó a sentir "ansiedad creativa" después del lanzamiento de Prey en 2017. Al estudio le iba bastante bien, pero tras 18 años buscando la rentabilidad y el éxito comercial en la industria triple A, Colantonio sentía que necesitaba un descanso. Dejarla fue "extremadamente liberador".
También tiene varias palabras más sobre lo que significa trabajar sin descanso creando videojuegos, y sobre cómo eso acaba quemando a las personas que los hacen:
Es una industria, ¿verdad? No es un hobby. Y como industria, está diseñada de forma que no puedas respirar. No puedes tomarte un descanso, tienes que seguir y seguir y seguir. (...) Los juegos están planteados como una fábrica de coches, donde ya sabes, después del modelo 3, tenemos que empezar a pensar en el modelo 4. Menuda manera de matar la creatividad y la inspiración de una persona creativa.
Ciertamente, aunque Colantonio no lo menciona específicamente, la industria se ha llenado de casos de crunch en los últimos años. No es que antes no estuvieran ahí, sino que ahora la gente que los ha sufrido está empezando a hablar de ellos. El indie no es un camino de rosas tampoco, desde luego, pero al menos es bueno saber que le permite a creativos como este sentirse más liberados.