Ya es demasiado. Ha sido el tema de la semana, la pasada y posiblemente de esta también, y aunque todos sabemos que ha levantado opiniones en contra y a favor creo que esto ya es pasarse de la ralla. Oculus VR fue adquirida por Facebook hace unos días por una cifra astronómica y los fans más “hardcore” de Oculus se sintieron engañados en lo más profundo de su ser.
Imagino que es parte de lo que tiene exponer un proyecto así a Kickstarter y que sea un éxito. La gente dona su dinero enamorada de una idea, de un futuro producto que lo puede cambiar todo y de algún modo, aunque lo que hacen es comprar por adelantado ese producto o directamente donar para que la empresa siga adelante su aventura, se sienten casi accionistas de la compañía. Y no lo son. Por eso da igual lo que pidan y lo mucho que se cabreen. La compañía sigue su aventura marcándose sus propias metas y labrándose su futuro. Es lo que ha hecho Palmer Luckey con Oculus VR por mucho que una serie de mamarrachos hayan llegado ya a las amenazas personales hacia él y hacia su familia.
“Esperábamos reacciones negativas a corto plazo pero no esperaba recibir amenazas de muerte ni llamadas amenazantes que se han extendido incluso a nuestras familias.”
“Sabemos que demostraremos lo que queremos hacer con nuestras acciones y no con palabras, pero este tipo de mierda (las amenazas) está injustificada, especialmente desde que está afectando a gente que no tiene nada que ver con Oculus VR.”
Curioso cómo algunos salvajes pueden llegar a esos extremos. Máxime cuando más allá de las dudas que despierta Facebook, lo que sí han garantizado con el trato es la viabilidad económica para que Oculus Rift acabe saliendo al mercado. Ese siempre fue el objetivo de la compañía. Crear y vender el casco de realidad virtual más alucinante jamás fabricado. Con el montón de millones de Facebook y la llegada de talentos como Michael Abrash o John Carmack… ¿no están más cerca de conseguirlo?
Vía | PCGamesN
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