Uno de los pocos "problemas" a los que se enfrentan las consolas actuales es la poca capacidad de sus SSD. En vez de optar por 2 TB de serie (o más), se han quedado en la mitad, de los cuáles el espacio real es menor si cabe. En Xbox Series S, por ejemplo, de los 500 GB tan solo quedan disponibles para su uso 362 GB. De ahí lo mucho que se agradece cuando los juegos actuales pesan poco.
Esto, por desgracia, no se aplica a la mayoría, ocupando una media de 50 GB para las grandes producciones. O casi 100 GB en el caso de Microsoft Flight Simulator con su llegada a Xbox Series. Lo bueno es que hay un truco para reducir la friolera de 60 GB en la instalación del simulador aéreo y dejarlo solamente en 42 GB.
La clave para no instalar todo de golpe en Xbox
Por defecto en toda instalación se suele optar por pinchar sobre "instalar" o "instalar todo" para que se proceda a descargar los archivos necesarios para poder ejecutar un juego. En juegos con DLC, por ejemplo, lo de "instalar todo" conlleva precisamente ese tipo de contenidos extra. Y en cierto modo Microsoft Flight Simulator es un juego que cuenta con dos tipos de contenidos diferenciados:
- El juego base con la ayuda de la nube (42,4 GB)
- Y el modo sin conexión (59,7 GB)
El primero es obligatorio para poder jugar, mientras que el segundo es un extra que minimiza los problemas derivados de los picos que pueda haber en la calidad de nuestra conexión a Internet. Un refuerzo, en definitiva, que mejora la experiencia de juego al evitar leves "interrupciones" en la señal, la calidad del mundo, su tráfico aéreo y las condiciones climatológicas, al no depender tanto del poder de la nube.
Si para ti no supone un problema debido a que gozas de fibra óptica con buen rendimiento, entonces puedes prescindir sin problemas del modo sin conexión. Por lo tanto, en vez de pinchar sobre "instalar todo", dale a "administrar" y resalta el juego base para que se instale únicamente esa parte para ahorrarte 59,7 GB.
Si, por contra, ya lo habías instalado todo, es igualmente sencillo:
- Vete a "Mis juegos y aplicaciones"
- Pulsa el botón "menú" sobre la carátula del juego
- Pincha sobre "Administrar juegos y complementos"
- Vuelve a pinchar sobre el logo del juego en ese menú
- Dale a "Administrar la instalación"
- Desmarca el modo sin conexión y dale a "Guardar cambios"
Y ya está, a disfrutar de esta leyenda de los simuladores. Por fin en Xbox.
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