Si ya has tenido la oportunidad de jugar a Returnal probablemente habrás visto que está lejos de ser un juego fácil, pero su endiablada acción en realidad tiene truco y, de la mano de varios consejos, seguro que te resulta mucho más fácil. Aquí va una guía con 21 cosas que me habría gustado saber antes de empezarlo.
Siempre en movimiento
Detenerte en Returnal es como pintar el casco de Selene con una diana. Al abandonar la clásica vista aérea de este estilo de roguelikes, la posibilidad de que te ataquen por la espalda crece varios enteros y lo de no tener ojos en la nuca no ayuda. Manténte siempre en movimiento para evitar ser un blanco fácil.
Atento a la estructura de salas
Con el tiempo empezarás a ver patrones y salas repetidas que, lejos de resultar un tedio, acaba siendo de grandísima ayuda. Intenta memorizar en qué puntos de ese estilo de salas hay consumibles que te interesan o qué escondrijos guardan cofres o una sala secreta que puedan resultar de tu interés. Pasar por las salas sabiendo qué y qué no debes hacer acelera muchísimo cada run y mejora tus posibilidades.
Rómpelo todo
Muy en la línea con lo anterior. Especialmente en los primeros biomas encontrarás objetos desperdigados por el suelo que puedes romper. Rómpelo. Rómpelo todo. Con el tiempo verás que ciertas salas no esconden nada pero hay otras que guardan vida y múltiples objetos en su interior.
No te preocupes por lo que no puedes alcanzar
En tu paso por los distintos biomas a menudo encontrarás lugares inaccesibles o elementos con los que parece que puedes interactuar pero no sabes cómo. No te agobies, son parte de las mejoras que irás consiguiendo conforme avances y, al más puro estilo metroidvania, más tarde podrás volver a ellos para aprovecharlos y conseguir nuevos premios.
Atento a las puertas
Entender cómo funciona el mapa de Returnal es uno de tus primeros objetivos. Las puertas azules suelen ser caminos sin salida que te llevan a algún premio o fabricador, las puertas blancas son las que te hacen avanzar por el mapa hacia tu objetivo final, las amarillas con una estrella esconden un desafío estilo horda y muchos premios si consigues sobrevivir, las que cuentan con un círculo encima son la puerta a un nuevo bioma, y las rojas son las que te encaminan hacia el último tramo de un bioma y su correspondiente jefe. No temas a ninguna de ellas e intenta atravesarlas todas.
Los barrotes no son una de ellas
Eso sí, no hagas el canelo como hice yo y creas que los barrotes que hay durante todo el juego son una cárcel inaccesible. En realidad lo único que debes hacer es accionar el interruptor que está cerca de esa jaula, una suerte de pirámide con una luz que, una vez disparada, abrirá la puerta para que puedas conseguir lo que hay en su interior.
Objetos persistentes
Si por alguna razón el juego se te atraganta y crees que no puedes avanzar, no desesperes. Una buena opción puede ser centrarte en mejorar tu personaje a base de los premios que puedes conseguir en cofres o desperdigados por el suelo.
Si bien no se mantienen de partida a partida, todo lo que desbloquees con éter en el pilar que hay junto a tu nave aparecerá en siguientes partidas, y te aseguro que hay artefactos muy útiles esperando a ser desbloqueados.
Mejoras de armas
Algo similar a lo anterior ocurre con las armas, que también mejoran sus poderes conforme las utilices y cada vez te notarás más cómodo con ellas y apreciarás que funcionan mejor.
La clave está en encontrar las que mejor se adaptan a tu estilo de juego y exprimirlas al máximo. No huyas de los combates, porque aunque pierdas significará que tu arma favorita será aún mejor durante la siguiente partida.
Gasta tus obolitos
Las piedras amarillas que vas recogiendo por ahí y que también sueltan los enemigos son lo más cercano a una moneda del juego. No tardará en empezar a valorarlos como tal y, aunque lo más recomendable es guardarlo como oro en paño para las mejoras realmente importantes (10% adicional al daño del arma y 25% más de vida), tampoco quieras ser el más rico del cementerio. Cuando mueras desaparecerá absolutamente todo, así que si puede ser la diferencia entre vivir o morir, mejor que empieces a aflojar la pasta.
Gasta en artefactos, no consumibles
Si bien hay que gastar para no desperdiciar cientos de obolitos en cada run, intenta aprovecharlos para los artefactos o mejoras que puedan ampliar tus condiciones de supervivencia (siempre a por el astronauta sin dudarlo).
No los malgastes en objetos de curación a no ser que estés a punto de enfrentarte a un jefe o una sala de desafío que pueda ponerte contra las cuerdas. Recuerda, si tienes que tirar de objetos de curación es que algo estás haciendo mal, ya sea por no esquivar como deberías o por enfrentarte a problemas más grandes que tu barra de vida.
No desperdicies éter
Otra de las monedas del juego es el éter, unas pequeñas piezas que podrás gastar en distintos momentos pero que deberías reservar única y exclusivamente para dos cosas: la posibilidad de reaparecer tras una muerte sin reiniciar el bucle (6 éter) y el desbloqueo de nuevos artefactos y objetos en el pilar de la sala inicial con la nave. Mi consejo es que los guardes siempre para la cámara de reinicio (no funciona al cambiar de bioma) y que luego gastes todo lo que te haya sobrado en la siguiente reaparición.
Los parásitos son más útiles de lo que crees
Tras varios intentos conseguí pasarme el juego gracias a un parásito que no me permitía recoger vida pero me curaba cada vez que acababa con un enemigo. Esto, que cambiaba completamente la experiencia de Returnal, es sólo una prueba de lo útiles que pueden llegar a ser los parásitos.
Lee bien sus características y aprovéchalos siempre que incluyan desventajas que sean fáciles de esquivar como, por ejemplo, mayor daño por caída o peores maldiciones.
Maldiciones sólo al principio
Hablando del rey de Roma, ojito con las maldiciones provocadas por cofres, objetos o minas de obolitos infectadas. Si bien no hay ningún problema en jugártela durante los primeros compases, hacerlo cuando tienes la partida bastate avanzada puede terminar en gravísimos problemas como la barra de vida reducida a la mitad o un menor daño de tu arma. Cuidado con ellos porque son los que mayor riesgo implican y las recompensas no suelen merecer la pena.
No siempre la más potente
En Returnal no vale aquello de burro grande, ande o no ande. A la hora de escoger arma intenta decantarte siempre por la que crees que resulta más útil. A menudo te cruzarás con otros estilos de arma que hacen algo más de daño, pero puede que lo incómodo de su disparo o su cadencia no compensen dicha mejora. Cógelas, dispara y valora con cuál prefieres quedarte.
Aprende los patrones enemigos
Leer los movimientos enemigos es facilísimo, especialmente en aquellos que se abalanzan sobre ti sin piedad. La clave está en esquivar en el momento exacto, así que destrózate la cabeza contra un muro hasta que le pilles el truco porque, una vez lo consigas, detenerte va a ser casi imposible.
Domina la recarga activa
Lo que durante los primeros compases no parece ser un gran añadido, más allá de reducir el tiempo de una recarga que en realidad tampoco es necesaria por aquello de que las armas se recargan solas, con el tiempo puede acabar siendo importantísimo.
Cuando llegues a ese punto en el que cada sobrecarga activa una habilidad especial como misiles teledirigidos, apreciarás el haber aprendido a dominarla.
Permanece atento al disparo secundario
Otra acción a la que no presté demasiado atención durante las primeras partidas y que aprendí a dominar y amar a partes iguales es el disparo secundario.
Sin duda es una de las ayudas más útiles que nos ofrece Returnal y, de hecho, te recomendaría subirle el volumen al mando para saber siempre cuándo utilizarlo. Aprovecha además todo parásito, artefacto u objeto que reduzca el tiempo de espera para su recarga.
A por la barra de vida
Si quieres superar el juego, tu principal objetivo debe ser conseguir ampliar tu barra de vida. No importa si es a base de recoger objetos (no confundas los que te curan con los que amplían la barra de vida), de gastar obolitos en artefactos y mejoras, o a base de abrazar los útiles parásitos.
O consigues llegar al final con una barra de vida sea más del doble de su tamaño original o va a ser complicado sobrevivir a los jefes.
Aprovecha los desafíos
Los desafíos que desbloquearás poco después de empezar son una forma perfecta de conseguir éter mientras pruebas otros estilos de armas. La idea de jugar en base a una puntuación también te sirve para ver en qué fallas y cómo mejorar, así que es una suerte de entrenamiento perfecto.
Paciencia
Tal y como verás a continuación, la paciencia es la clave para sobrevivir en Returnal. No te obsesiones con llegar lo antes posible al último punto del mapa que conseguiste alcanzar porque, además de poder hacerlo muy rápido, también vas a llegar en las peores condiciones posibles. El juego te engaña ofreciéndote esa opción, pero lo mejor es que te prepares todo lo posible en cada intento antes de seguir avanzando.
Juega a tu manera
Dicho esto, la mejor manera de disfrutar de Returnal es jugarlo a tu manera. Da igual si lo haces a la defensiva atacando desde detrás de las puertas o corriendo como un loco como si fueras un pollo sin cabeza.
El juego admite cualquier tipo de estrategia que puedas creer conveniente, así que tú preocúpate de disfrutarlo y abrazar la frustración. Cada muerte significa que tu personaje volverá en mejores condiciones para conseguir superar el reto.
La run perfecta de Returnal para llegar hasta el final y acabar con todos los jefes
Como último regalo, aquí tenéis el truco infalible para superar Returnal de cabo a rabo. Da igual que tu nivel de habilidad no sea el mejor o que creas que no puedes superar los desafíos que te echa a la cara. Te garantizo que aquí vale más maña que fuerza.
Cuando llegues a un bioma asegúrate de recorrer todas las salas sin intentar ir directamente a por el jefe o saltar al siguiente bioma. Da igual que a la entrada de un nuevo bioma se regularice tu nivel de arma, eso es importante, pero no primordial.
Asegúrate de escudriñar bien cada sala para conseguir todos los objetos y revisa el mapa para volver atrás cuando consigas una llave para abrir un cofre o puerta que permanecía inaccesible. También para recoger vida si antes no la necesitabas y ahora tienes la barra temblando.
Intenta guardar el mayor número de obolitos posible para conseguir mejorar el daño de arma y la vida cuando tengas la opción. Además, guarda todo el éter que puedas para gastarlo en la reaparición del bioma o jefe que se te haya atragantado (recuerda que dejará de funcionar cuando cambies de bioma).
Deja las salas de desafío siempre para el final (las amarillas con la estrella sobre ellas). Son las más duras de cada bioma, pero una vez hayas recogido todas las mejoras posibles y hayas acabado con todos los monstruos de esa zona, superarlas será coser y cantar.
Con todos los premios y mejoras recogidas, y todos los enemigos eliminados, ya puedes ir a por el siguiente jefe o utilizar el teletransporte para saltar al siguiente bioma. No desesperes al recoger el objeto que regulariza tu nivel de armas a la entrada, puede que no suba mucho, pero piensa en todo lo otro que has conseguido en el anterior bioma y cómo ha mejorado tu personaje en el proceso.
Repite el proceso hasta llegar al jefe final y acabar con él sin sufrir.
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