Jar Jar Binks desquiciaba hasta a su familia: el padre del gungan quiso suicidarse para no tener que aguantar a su hijo en este cómic chiflado

Jar Jar Binks desquiciaba hasta a su familia: el padre del gungan quiso suicidarse para no tener que aguantar a su hijo en este cómic chiflado

La historia se contó en Star Wars Tales #20 como un relato cómico del odio hacia el gungan

Sin comentarios Facebook Twitter Flipboard E-mail
Star wars

El recibimiento de La Amenaza Fantasma en 1999 estuvo lejos del que hubiese deseado George Lucas. El legendario director quiso traer de vuelta la saga Star Wars a las salas de cine y así aprovechar la creciente tecnología digital para relatar la historia previa a los acontecimientos de la trilogía original. Para ello, decidió crear a un singular gungan.

Jar Jar Binks, el desahogo cómico de la cinta, rápidamente se convirtió en la diana de la ira de todos los espectadores, los cuales condenaron su aparición y sus intentos de hacer gracia. Debido a ello, su presencia en las otras dos películas restantes de las precuelas fue mucho menor, y posteriormente fue rápidamente olvidado en el canon.

Sin embargo, sí que fue utilizado para ilustrar una cómica historieta que vio la luz en Star Wars Tales #20. Aquel número pertenecía a una serie editorial publicada por Dark Horse Comics que se publicó entre 1999 y 2005, aunque con la particularidad de que hasta ese número ninguna trama vista en sus páginas se consideraba canon.

Por lo tanto, ese detalle abría la puerta a que los dibujantes y guionistas diesen rienda suelta a su imaginación para crear toda clase de fantasías en la galaxia de Star Wars. Un torrente de locura debió pasar por la cabeza de Tony Millionare cuando nos regaló el pasado de Jar Jar Binks a bordo del barco ballenero de su padre. Sí, aquel cómic narró una de las últimas aventuras del afamado George R. Binks.

Según la puesta en escena de Millionare, George se trataba del dueño de la Compañía Ballenera Binks e Hijo, lo cual permitía tener un sustento para la familia gungan y mantener una tradición familiar arraigada durante siglos. Las aguas del sur de Naboo son el enclave en el que inicia el viaje que nos muestra a un George muy aguerrido, sin miedo a la batalla contra ballenas, aunque con la desgracia de tener que trabajar codo con codo con su hijo.

George R. Binks

Tras intentar dar caza a un ser monstruoso, la torpeza de Jar Jar termina costando al grupo un naufragio, por lo que pierden el barco y se ven obligados a sobrevivir en mitad de una isla desierta. Tras un mes en un paraje perdido de la mano de la Fuerza, George comienza a desesperars por la situación y todavía más cuando debe salvar a su patoso hijo de morir a las primeras de cambio. Le cuenta a su mujer que es incapaz de enseñarle el oficio a Jar Jar, a lo que ella lo defiende asegurando que está tratando con un niño.

"¡No es un niño, solo es un imbécil!", replica un George que no duda ni un segundo en dar el visto bueno a su hijo para que se lance a la mar para nadar y busca ayuda. Una misión suicida, desde luego, pero un alivio en la mente desgastada del protagonista que ve cómo sus planes son frenados por su esposa. La gota que colma el vaso de la paciencia de George es que Jar Jar descubra una concha que puede usar como instrumento.

George R. Binks

Es aquí cuando decide colocar el cañón de su pistola en la sien y prepararse para decir adiós a un mundo que no desea, ni siquiera con su familia en él. Su mujer evita que se vuele la tapa de los sesos y él recuerda cómo amaba realmente a Sheebla, una guerrera gungan que no podía tener hijos. A pesar de su amor, para él era mucho más importante conseguir descendencia, por lo que se casó con su esposa actual y fue correspondido con un primogénito absolutamente inútil.

Ante semejante panorama, George decide resignarse y lamenta la vida que le ha tocado vivir, por lo que su recorrido en Star Wars termina con él llevándose las manos a la cabeza en la playa, completamente solo. Una historia que destila mucho humor y un sabor agridulce para reflejar lo que en aquellos tiempos era un auténtico furor: el odio hacia Jar Jar Binks. En Star Wars Tales, Millionare encontró espacio para mostrar un pasado no canon del personaje y mostrarnos que ni siquiera su padre lo soportaba.

George R. Binks

Evidentemente, este relato forma parte del antiguo canon conocido como Leyendas, el cual abarca todos los acontecimientos anteriores a la compra de la saga por parte de Disney. Además, ningún otro autor ha vuelto a hacer referencia a George R. Binks, una suerte de capitán Ahab en Moby Dick que sufrió la fortuna más desdichada de la galaxia.

Comentarios cerrados
Inicio