El Joker le ha hecho literalmente de todo a Batman en películas, series, cómics y videojuegos durante décadas. No es una exageración. Las barbaridades van desde matar personas de forma indiscriminada, pasando por torturar a Robin, dejar paralítica y traumada a Bárbara Gordon y secuestrar/intentar matar a Alfred, hasta poner patas arriba todo Gotham. Y todo esto sin contar la barbaridad que hizo al comienzo de la serie de cómics Injustice.
Aun así, Batman rara vez ha cedido a su impulso natural de matarlo. La profundidad de esta cuestión es algo que incluso llevó a Superman a enemistarse con Batman y protagonizar su propia Civil War. La respuesta rápida y común es que el Caballero Oscuro tiene un código moral (casi) inamovible, pero hay un trasfondo estratégico muchísimo más profundo.
- Aviso: spoilers de Daredevil #2 y la serie de Daredevil en Disney Plus
El delicado equilibrio del justiciero
Hay que explorar el cómic Daredevil #2 de Chip Zdarsky y Marco Checchetto para entender la decisión de Batman. En esta historia, Daredevil presuntamente ha matado a un criminal durante un intento de robo. Se trata de un evento traumático para Matt Murdoch, puesto que altera el delicado equilibrio de ser justiciero. No por nada Joker decía:
¡Solo hace falta un mal día para sumir al hombre más cuerdo del mundo en la locura! Así de lejos está el mundo de donde estoy, a solo un mal día.
Viñetas compartidas por ScreenRant (clic para ver)
Se suceden una serie de reflexiones sobre qué diferencia a un justiciero de un villano, la credibilidad de Daredevil frente a la ley, la ciudadanía y el resto de superhéroes queda resentida, y el efecto que tiene esa muerte en el resto de villanos se deja notar pronto. O dicho de otro modo: cómo esa acción va a escalar por parte de los criminales. Que Daredevil cruce esa línea supone instaurar nuevas reglas en el orden criminal.
No hay que irse lejos ni leer cómics para verlo: las series de Daredevil y The Punisher de Netflix (ahora en Disney Plus) trataron en profundidad ese tema con un acalorado debate entre Matt y Frank, donde este último referencia la famosa frase del Joker mientras trata de convencerlo de su cruzada violenta:
¿Sabes qué pienso de ti, héroe? Que eres un medias tintas, que eres un hombre que no puede acabar el trabajo, creo que eres un cobarde. Hay algo que no te atreves a admitir: que sabes que estás a un mal día de ser como yo.
¡Yo hago lo que tú no te atreves a hacer! Tú les pegas y ellos vuelven. Yo les pego y ahí se quedan. Es permanente. Me aseguro de que no vuelvan a las calles y me siento orgulloso.
Y aunque la argumentación de Punisher tiende a ser muy seductora para la mayoría de personas, no tiene en cuenta el problema de la escalada criminal para combatir al justiciero y este a su vez escala para combatir a los criminales en un aumento constante hasta que una de las partes acaba cediendo.
Las palabras de James Gordon (Gary Oldman) en Batman Begins son el colofón perfecto para comprender por qué Batman no toma el camino de Frank en Gotham. De hecho, el comisario ha repetido en varias ocasiones en cómics que el único motivo por el que no arresta a Batman es porque no cruza esa línea.
¿Y qué me dices de la escalada? Si nosotros empezamos a llevar semiautomáticas, ellos compran automáticas. Si empezamos a llevar kevlar, ellos compran balas que lo atraviesan. [Batman: ¿Y qué?] Que tú llevas una máscara y saltas de azotea en azotea.
Los motivos de Batman para no matar a Joker tienen que ver su código moral, pero también forman parte de una estrategia para mantener su status de justiciero y cierto control en Gotham. A diferencia de otros personajes de DC y Marvel, el Caballero Oscuro entiende su posición en la cadena de la ley y sabe que no le corresponde matar al Joker, solo devolverlo una y otra vez a prisión con la esperanza de que acabe reformándose.
Matar al Joker solventaría un problema enorme, pero entonces ya no habría diferencia entre ambos y crearía muchos más problemas. Sienta un precedente muy peligroso de cara al mundo. Las fuerzas del orden tendrían más motivos para perseguirlo, el miedo que proyecta a los villanos llegaría también a la ciudadanía que trata de proteger y los villanos tomarían medidas más radicales... lo que a su vez provocaría una escala que ni siquiera Batman podría controlar. Y lo mejor es que existe un videojuego que muestra lo que pasaría: Batman Arkham Knight.
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