Gracias a videojuegos como Super Smash Bros. Ultimate, o los predecesores de la serie, hemos podido volver a ver a personajes que llevaban mucho tiempo desaparecidos en el mundo de los videojuegos o cuyas franquicias habían quedado un tanto en el olvido. Sin duda uno de los casos más llamativos y que refleja mejor esta situación es el de Kid Icarus.
La que es una de las sagas más clásicas de Nintendo es verdad que no ha tenido demasiado protagonismo desde sus inicios. A pesar de ello nos ha dejado con alguna que otra aventura, pero después de tantísimo tiempo resulta inevitable preguntarnos, ¿qué fue de Kid Icarus?
El héroe encargado de restaurar la paz en una época ambientada en la mitología griega
Para hablar de esta saga nos tenemos que remontar bastante al pasado, concretamente al año 1986. Fue entonces cuando el primer Kid Icarus fue publicado en la NES, la clásica consola de sobremesa que creó la gran N en la década de los 80. Se podría decir que la propia compañía se inspiró en algunas de sus mejores obras para su desarrollo, porque lo cierto es que combina las mecánicas más importantes de varias de ellas.
Así nos encontramos con una aventura de plataformas en 2D, con elementos de exploración y objetos para recoger y utilizar. En cualquier caso, su argumento estaba ambientado en la mitología griega, en un tiempo en el que los hombres y los dioses convivían pacíficamente. En esta época existía la Tierra de los Ángeles, en la que la malvada Medusa había robado sus tres Tesoros Sagrados y a su vez había encarcelado a Palutena, la diosa de la luz.
Es ahí donde entraba en escena Pit, nuestro protagonista en forma de ángel, quien tenía misión de recuperar estos tesoros ocultos y de paso acabar con Medusa para restaurar el orden. Por el camino tocaba atravesar escenarios con una dificultad un tanto endiablada, por lo que había que ser un tanto hábil a los mandos para no morir constantemente a manos de los numerosos enemigos que aparecían por todas partes.
Para ello, Pit estaba equipado con un arco mágico con el que podía disparar flechas a todo lo que se moviese por la pantalla. Sin embargo, ese no era uno de sus mayores peligros, ya que el propio diseño de los niveles era lo que también jugaba en nuestra contra. Más que nada porque algunos de estos eran verticales, algo que no era tan normal en los videojuegos de la NES. Eso implicaba que había que ir subiendo hacia arriba saltando por las plataformas, esquivando obstáculos y demás.
Pero una vez ibas escalando, no había marcha atrás, lo que suponía que en el caso de caer abajo a un lugar en el que no hubiese nada, perdías una vida. Aun así, también se podían obtener corazones para utilizarlos como moneda para potenciar ciertas estadísticas y así hacer que Pit se volviese más fuerte todavía, ya que se podía incrementar apartados como su fuerza o su vida. Es más, dependiendo de las estadísticas que se aumentaran al máximo el final variaba entre cinco diferentes.
Por otro lado, al final de cada fase llegaba el momento de superar una mazmorra, momento en el que la acción pasaba a recorrer unas zonas con un diseño horizontal al tener que atravesar un buen puñado de salas, entre las que podía haber una tienda para adquirir armas y mejoras, pero también había otra en la que había que enfrentarse contra un jefe final.
El paso de la saga por las consolas portátiles
Unos pocos años después, en 1991, se publicó en Game Boy el clásico Kid Icarus: Of Myths and Monsters, la continuación en la que una nueva amenaza se cernió sobre la Tierra de los Ángeles. Orcos, un temible demonio, pretendía atacarla, así que Pit tenía que obtener una vez más los tres Tesoros Sagrados con el fin de derrotarlo. Para ello necesitaba apoderarse de la armadura de plata, las flechas de la luz y las alas de Pegaso.
Aunque el tiempo que transcurrió entre el lanzamiento de este y el del título original no fue demasiado, se notaba una clara mejora en unos cuantos detalles. Principalmente por el hecho de que la pantalla sí que se movía en todas direcciones, sin tener que temer al hecho de caer por la parte baja, añadiendo así más exploración a los niveles. Además, Pit era capaz de planear levemente.
Después de todo esto la saga quedó completamente en el olvido y tuvieron que pasar varias generaciones y un total de 21 años para que Pit regresara a la acción mejor que nunca de la mano de Kid Icarus: Uprising en Nintendo 3DS. Eso sí, no fue el único que renació, porque la maquiavélica Medusa volvió a hacer de las suyas dispuesta a erradicar a la humanidad por completo.
Nuestro héroe por fin aprovechó al máximo su capacidad de volar con sus alas, dado que gran parte de la acción de esta aventura nos llevaba a superar una serie de niveles para recorrer los cielos combatiendo contra los enemigos del Inframundo, como si se tratara de un juego de naves, pero también había que atravesar otra parte de estas fases desde el suelo. Todo ello con una perspectiva en tercera persona repleta de combates y con 25 capítulos para completar.
Esto último garantizaba una duración bastante considerable en comparación con los otros Kid Icarus. Por si no era suficiente, la historia principal estaba acompañada por otro modo de juego, como uno multijugador por equipos en el que había que derrotar a los adversarios en un combate de tres contra tres. Asimismo, también había otra opción para luchar todos contra todos en un modo supervivencia.
¿Y ahora qué?
Si nos fijamos en la puntuación que recibió Kid Icarus: Uprising en Metacritic la media se sitúa en una puntuación de 83 basada en 75 análisis, lo que supone una nota excelente. Entonces, ¿por qué Nintendo no se ha animado a desarrollar una cuarta parte? Porque desde luego no es que este último tuviese una mala calidad en absoluto.
Resulta un tanto inexplicable que después de más de una década no haya habido ni una sola noticia o rumor de que volveremos a ver a Pit protagonizando algún título nuevo. Por lo tanto, se trata de otra de las franquicias más míticas de Nintendo que ha desaparecido sin dejar ni rastro, como le pasó a F-Zero, Star Fox o Wario Land, entre otras.
Cruzaremos los dedos para que no haya que esperar otros 21 años más para llegar a ver un nuevo Kid Icarus. De ser así, el siguiente llegaría en 2033, así que solo quedaría esperar diez años más, pero ojalá que la espera sea más corta. A Nintendo Switch le quedaría que ni pintado un juego como el de Nintendo 3DS o uno totalmente nuevo, pero fuese el que fuese ya va siendo hora que Pit baje de los cielos y le volvamos a ver disparando flechas.
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