Uno de los clásicos por excelencia de Amiga 500 para todo amante de la estrategia fue 'The Settlers', de los alemanes Blue Byte. Estábamos en pleno 1993 y al sistema de Commodore no le faltaban representantes del género, al contar con joyas de la talla de 'Dune II' o 'Populous', entre otros.
Pero este título donde gestionábamos un pequeño asentamiento caló hondo entre la comunidad, hasta el punto de que un año más tarde llegaría su conversión a MS-DOS, y ya en 1996 la que sería su revolución mediática, el imprescindible 'The Settlers II', la que sigue siendo la obra a batir por parte de Blue Byte, y eso que lo intentó con un remake por su décimo aniversario.
Recientemente llegó la sorpresa: Ubisoft prepara el regreso de 'The Settlers', y por partida doble. Por un lado tenemos un reboot fijado para otoño de 2019, y por otro, una colección completa con las siete entregas de estilo clásico publicadas hasta la fecha. Y es precisamente donde entra en juego el primer 'The Settlers', al adelantarse a esa fecha del 15 de noviembre de 2018, donde saldrán todos.
Como fue uno de los juegos a los que más horas le dediqué en Amiga 500, no pude resistirme a comprarlo ahora desde Uplay para ver qué tal se desenvuelve desde Windows 10 y comprobar si ha aguantado el paso del tiempo.
Moldeando el camino de todo un clásico
Volver a este clásico de Blue Byte, que no fue su ópera prima, ni mucho menos, conlleva una fuerte carga de nostalgia. Pero no hay que dejarse llevar por los sentimientos. Entre el primer 'The Settlers' y su secuela media un abismo, y se hace mucho más palpable ahora al volver a esta saga iniciada en 1993.
La interfaz es demasiado gráfica, hasta el punto de explicar lo mínimo para que vayamos tirando. En mi caso recordaba perfectamente todas las funciones (menos la de llamar al geólogo, teniendo que recurrir a un práctico manual de Internet -no incluido en Uplay, por cierto- para descubrir que era haciendo clic derecho y, sin soltar, hacer clic izquierdo en el ratón), pero deja patente lo rústico que era, siendo necesario darse una vuelta antes por su tutorial.
¿El problema? Que el diseño de sus menús tampoco es de lo más amigable, por lo que los recién llegados se sentirarán un poco perdidos y les chocará bastante su paupérrima resolución en Windows 10, aunque lo pongamos a pantalla completa, al dejar unos bordes negros muy pronunciados a ambos lados.
Interfaz y resolución aparte, su encanto a nivel visual (y de consume-horas de cuidado) sigue intacto, estando ante un pedacito de historia de los juegos de estrategia de gestión de un imperio. Porque de eso se trataba, de crear desde la nada un reino capaz de subsistir con madera, piedra, comida y otros recursos, expandiéndose por todo el territorio y diezmando a las demás facciones.
La gracia de 'The Settlers', y donde también radica parte de su atractivo, es que a pesar de cocerse a fuego lento cada partida (aunque haya opción de subir la velocidad), nos pone en tensión contra el rival por intentar hacerse con la mayor parte del mapa y, sobre todo, donde estén los minerales, siendo indispensables el carbón y el hierro para generar armas, y el oro a mayores para que nuestras tropas sean mucho más fuertes. Todo esto se ha mantenido en entregas posteriores.
Aunque The Settlers palidezca frente a su secuela
Volver a este clásico de 1993 es gratificante, pero a la vez duro, porque hay muchas cosas que daba por sentadas y que realmente las aplicó su secuela. En 'The Settlers' todo es más crudo, como la gestión de las carreteras, sin modo automático donde unir cómodamente el camino entre cada bandera.
Es un RTS que necesita más dedicación que el resto, visto ahora en perspectiva, en parte por culpa de la citada interfaz. En su secuela se implementaron atajos con el teclado que aquí brillan por su ausencia, siendo bastante extraña la manera de realizar ciertas tareas con ese citado doble clic (derecho más izquierdo) del ratón, tanto para atacar al enemigo, enviar a un geólogo a analizar la tierra o simplemente saber qué tal está yendo la producción de cada edificio.
También cuenta con un número ligeramente reducido de edificios frente a la secuela. Por ejemplo, no están ni la caseta del cazador (porque no hay animales, salvo los peces) ni el pozo de agua, entre otros. Y el comportamiento de algunos, como la granja, es distinta: si en la secuela el terreno estaba delimitado, aquí es "cultiva hasta donde te dé la gana", siendo bastante caótico, y donde la producción acaba provocando ciertos atascos al no contar con las ventajas del segundo.
A pesar de todas esas carencias frente a su secuela, su base permanece intacta, lo cuál garantiza bastantes horas de juego sin que nos demos cuenta. Porque todo empieza de forma inocente talando árboles, luego plantando semillas para que crezcan más y que no se paralice la producción de madera del aserradero, para darnos cuenta de que tenemos montado todo un imperio a base de oro.
¿Ha aguantado bien el paso del tiempo?
Sí, pero parcialmente. Su atractivo para los nostálgicos del lugar es impagable, pero este clásico de 1993 no puede evitar verse ampliamente superado por 'The Settlers II', lanzado en 1996. Aunque también sea muy necesario conocer el origen de una saga, sobre todo si han pasado la friolera de 25 años desde su estreno.
A favor
- Todo un clásico con 25 años de historia
- Sentó las bases de una saga muy querida dentro de los RTS
- Estéticamente su encanto no ha disminuido
- Su fórmula sigue siendo muy adictiva
En contra
- Su interfaz ahora nos parece muy mejorable
- Optimización muy pobre para Windows 10
- Ubisoft podría haberlo puesto de manera gratuita
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