Hay una pregunta no tan frecuente sobre The Last of Us que no se nos resuelve ni en los videojuegos ni en la serie de televisión. ¿De dónde sacó Ellie su navaja? La misma navaja que usamos al enfrentarnos a los diferentes enemigos en los tramos donde la controlamos y esa con la que juega tan alegremente la actriz Bella Ramsey en cada episodio. Podría ser una navaja cualquiera, claro. Pero esta, en específico, no lo es.
La respuesta se nos dá en The Last of Us: Sueños Americanos, un cómic de serie limitada que consta de cuatro números. Una precuela legítima tanto de The Last of Us, como del propio DLC Left Behind. Una historia autoconclusiva que nos cuenta lo que le pasó a Ellie antes del videojuego y que, por cierto, sirve tanto de base como de inspiración para muchos de los elementos introducidos en el séptimo episodio de la serie de HBO Max.
Porque a veces, solo a veces, la obtención de esos pequeños o grandes objetos tan asociados a un personaje guardan historias detrás que merecen ser contadas. Y, en el caso de la navaja de la joven Ellie Williams, además, dan para una novela gráfica. Un cómic que saca lo mejor de la dibujante Faith Erin Hicks y que también lleva la firma del mismísimo Neil Druckmann, cocreador de la saga y la serie de televisión.
Y es que, siendo justos, rara vez nos planteamos los orígenes de las armas de los protagonistas (o antagonistas) en medios nacidos de las pequeñas pantallas salvo que sean algo que roce lo verdaderamente excepcional, como la espada de Aragorn, el bate de Negan o el bastón de Son Goku. No lo vamos a negar, la obra de Naughty Dog funciona de maravilla sin resolver esa duda. Y lo mismo ocurre con otras tantas.
Pero eso no deja de ser paradójico, porque la navaja de Ellie está presente incluso desde los primeros compases de la precuela en forma de DLC de Left Behind.
A partir de aquí, y planteado el contexto, es cuando aparece el gran tema: ¿Qué aportan los cuatro cómics de Sueños Americanos al jugador y al espectador de The Last of Us? Tanto a quienes abordan el cortísimo DLC como a quien, incluso sin tener una consola en casa, está completamente enganchado a ese apocalipsis post pandémico imaginado por Naughty Dog.
La respuesta rápida es que en sus 112 páginas encontrarás la historia de cómo Ellie se hizo con su navaja. Y, en el proceso, conoció a Riley Abel. Una auténtica rebelde como ella. Pero en el fondo esos acontecimientos, esos momentos plasmados en viñetas, transmiten una sensación muy especial que se complementa con todo lo que llegó después. Logrando que cada vez que veas la navaja de Ellie en pantalla, sea algo más que una herramienta: tenga un valor especial.
Cuando Ellie encontró a Riley
Una joven como cualquier otra, de apenas 13 años, se baja de un autobús recién llegado a Boston. Su cara infantil contrasta con la abultada carpeta de su expediente, lleno de registros de peleas, robos, intentos de fuga, desobediencia... Actos de los que parece que solo ha sacado una cicatriz en la ceja derecha y un Walkman, de esos que funcionan con cintas de cassette.
Podría parecer el perfil de Ellie Williams es el de una persona que, pese a su juventud, ya viene de vuelta de la vida; y sin embargo, al bajar de la escalera, tiene los ojos como platos: durante el trayecto ha presenciado cómo las fuerzas de seguridad asesinaban a un hombre a sangre fría. ¿La razón? Tras un análisis rápido se demostró que aquella alma en desgracia que estaba infectada.
Es el año 2032. Casi dos décadas antes una pandemia provocada por un hongo parasitario acabó con la mayoría de la población del planeta. Apenas quedan algunos núcleos habitables realmente seguros, y los pocos que quedan están sometidos a una estricta cuarentena. En ese mundo nació y se crió Ellie. Lo curioso es que, desde cierto punto de vista, se puede considerar una persona afortunada. Excesivamente afortunada.
La llegada a Boston de Ellie tiene una razón de ser: huérfana, y con un pasado conflictivo, ha sido trasladada a un internado militar. Pero la bienvenida que recibe por parte de los otros jóvenes es cualquier cosa menos agradable: nada más poner un pie en el edificio, convenientemente custodiado, es sometida a una paliza por sus propios compañeros. Podría defenderse si le atacasen de uno en uno, pero no contra todos a la vez.
Con todo, parece que esa noche dormirá de sueño y no por caer inconsciente: el mismo puño que le iba a dar el golpe de gracia es detenido.
Riley es apenas un año mayor que Ellie, pero sabe manejarse en el internado y entra y sale de él con facilidad. Tras patearle el trasero a los niñatos del internado, le da un doble consejo a la recién llegada: "Busca a alguien que te cubra las espaldas e intenta hacer buenos amigos". ¿Un alma caritativa? Bueno, digamos que por casualidad el Walkman de Ellie acabó en su bolsillo... Sin que su legítimadueña se diese cuenta.
A partir de ese momento se crea una curiosa dinámica entre ambas. A Ellie le interesa saber cómo salir del internado, y Riley parece que tiene ciertos asuntos fuera del mismo, de modo que haya alguien cubriéndole las espaldas le podría venir muy bien. Sobre todo, cuando el asunto en cuestión consiste en encontrar a los Luciérnagas, un grupo armado revolucionario que se opone al estricto régimen del mundo moderno.
Así, las dos chicas deciden darse un paseo por una Boston devastada a sabiendas de que lo peor que les podría pasar sería ser mordidas por un infectado o llevarse un balazo. ¿Qué podría salir mal?
Sueños Americanos, el cómic-precuela de The Last of Us
The Last of Us: Left Behind, la historia oficialmente lanzada como DLC, se pasa en una tarde. Si vamos a tiro fijo, incluso en menos de dos horas ya la habremos exprimido al máximo. Sin embargo, lo curioso es que, pese a ser autoconclusivo, el cómic de Sueños Americanos es realmente lo que le da cuerpo, trasfondo y matices a esa misma historia.
En cierto modo, Sueños Americanos se podría definir como la mitad de una historia que nos es ofrecida a través del capítulo perdido del videojuego. Tan bien planteado, tan bien encajado en la obra y con tantos lazos al mismo Left Behind, que casi, casi se siente como un DLC legítimo del videojuego, lanzado en formato de papel y que, por cierto, se publicó antes que The Last of Us.
A partir de aquí, varios matices: las primeras viñetas de The Last of Us: Sueños Americanos delatan dos aspectos que definen muy bien el estilo y la narrativa del mismo y sus creadores: la dibujante Faith Erin Hicks, cuya obra nace del webcomic (la puedes encontrar en faitherinhicks.com) le da un registro y una expresividad muy acertada al tono de la historia.
Los colores planos de Rachelle Rosenberg, además, aciertan al encontrar el término medio entre una animación televisiva y las historietas independientes de autor. Estando perfectamente respaldadas por un guión ecsrito a cuatro manos por la propia Hicks y Neil Druckmann, quien no necesita apenas presentaciones en VidaExtra, encargándose ambos de que el conjunto sea una obra 100% Naughty Dog.
Hay algo que se percibe de manera curiosa en Sueños Americanos. Pese a que Druckmann tiene muy interiorizado al personaje de Ellie, y a diferencia del mostrado en la serie de televisión, se puede apreciar que se trabaja para que haya paralelismos directos e intencionados con The Last of Us: Left Behind, dándole éste último la réplica a conversaciones abiertas planteadas en el cómic o presentando al lector a personajes y lugares que estarán ausentes en PS3 hasta la llegada del DLC.
Cobrando nuevos matices al reencontrarse con esos mismos elementos a los mandos.
En cualquier caso, los aciertos del cómic son los mismos del DLC de Left Behind (ya plenamente integrados tanto en The Last of Us Remastered como en el remake The Last of Us: Parte I) y nacen de personajes muy bien escritos, un contexto y acontecimientos que se prestan a muchas lecturas y el delicado arte de dar respuestas incómodas a preguntas que salen del propio alma.
Sobre la edición de The Last of Us: Sueños Americanos de Planeta Cómic
Como comentamos justo arriba, The Last of Us: Sueños Americanos (The Last of Us: American Dreams) llegó a las estanterías antes que el propio videojuego y su tama quedó abierta durante aproximadamente un año hasta que se estrenó Left Behind. Originalmente fue publicado a razón mensual entre abril y julio de 2013 a través de cuatro números. Si hacemos las cuentas, el último número se publicó un mes después del lanzamiento de la obra de Naughty Dog, aunque las temáticas ya estaban perfectamente integradas.
La premisa, en todo caso, es la misma que la de otras expansiones de juegos producidos por la actual PlayStation Studios: ofrecer un prólogo y, en el caso específico de The Last of Us, un contexto de cara a una franquicia completamente nueva. Y no lo vamos a negar, pese a que la estética es muy diferente, el tono es completamente acertado y los acontecimientos y su crudeza rompían valientemente con los anteriores títulos de naughty Dog.
La edición de The Last of Us: Sueños Americanos corrió por cuenta de Dark Horse en Estados Unidos, y tiene mucho sentido: los libros de arte y pequeños artbooks digitales o impresos incluidos en las ediciones Deluxe juegos como God of War o Horizon: Zero Dawn también vienen de la editorial. ya en octubre de 2023, con un éxito bien consolidado, se publicó el tomo recopilatorio de Sueños Americanos de 112 páginas, el cual servirá como base para nuestra edición española.
Publicado por Planeta Cómic bajo el sello Independientes USA el 6 de octubre de 2020, ocho meses después de que se anunciase la producción de la serie de HBO -aquí no se da puntada sin hilo- la edición española reúne los cuatro números de Dark Horse en un único volumen siguiendo fielmente la edición de un solo tomo americana bajo el formato de tapa dura cartoné. Y pese a que cumple con su cometido no habría estado de más algún extra, reflexión sobre el impacto del juego o prólogo.
No es que no se incluyan extras, que conste: como cierre nos topamos con tres páginas con bocetos e imágenes conceptuales directamente de la pluma de Faith Erin Hicks. Pero ya que se llega con tanto margen frente al original, y tratándose de uno de los títulos más distintivos de PlayStation Studios, habría sido un acierto redondear los contenidos o hacer una referencia al propio DLC de Left Behind. Detalles que hemos visto anteriormente en Planeta Cómic, todo sea dicho.
Con todo, no está de más tener en cuenta que existe una edición posterior exclusiva para el mercado estadounidense: aprovechando el lanzamiento del remake de The Last of Us: Parte I se ofreció una nueva tirada de los cuatro números de la versión americana de American Dreams, en cómics separados y con portadas totalmente nuevas y ofrecida de manera única e indivisible con la Firefly Edition.
Dicho lo cual, y decididos a hacer un repaso integral de la obra, nos toca abordar algo esencial: lo que The Last of Us: Sueños Americanos aporta a la serie de televisión, que no es poco. Lógicamente, antes de entrar en materia toca advertirte que el siguiente apartado hablaremos abiertamente de lo que ocurre en el cómic, el DLC de Left Behind y la producción para la televisión de HBO Max. Cerraremos con nuestra opinión, pero de cara al siguiente tramo quedas avisado.
ZONA SPOILERS: una pieza única que encaja muy bien tanto en el videojuego como la serie de HBO
Sabíamos, desde que se confirmó que Storm Reid interpretaría a Riley, que Left Behind iba a formar parte de la primera temporada de The Last of Us. Y pese a que la duración y la muy marcada naturaleza cinemática del juego lo convertían casi, casi en un episodio de televisión con un puñado de tramos en los que hay acción, que era completamente imposible abordar en propiedad este capítulo-precuela sin pasar por The Last of Us: Sueños Americanos.
El modo en el que se plasma el cómic en la gran pantalla resulta especialmente interesante, ya que se elimina por completo el lapso de tiempo que existe entre lo que ocurre en American Dreams y el episodio de Ellie y Riley, de modo que la gran base es Left Behind, pero se añaden piezas clave introducidas desde el papel. Con la misma fidelidad y respeto a la obra que el videojuego, que conste.
Elementos muy específicos, como la carrera sobre los tejados o una nueva versión creada para la ocasión de la paliza que recibe Ellie y que en HBO Max se nos muestra con una Riley ya ausente. Ofreciéndonos esa tan necesaria presentación de quien era Ellie antes de conocer a Joel que se adelantó al videojuego en formato de cómic, pero colocada dentro de la serie aprovechando exactamente el mismo contexto que ocurre en consolas, con el beneficio que, de cara a la televisión, se sigue un orden cronológico.
Y pese a que es una mera suposición, dar el salto directo y abordar los escenarios del cómic a través del videojuego tiene que haber sido una experiencia para quienes se hicieron con los números de Sueños Americanos antes de la llegada de Left Behind.
En cualquier caso, resulta muy interesante ver cómo Ellie descubre por primera vez el mismo centro comercial del videojuego en el cómic, y cómo se plasman esas mismas sensaciones en la serie de televisión, incluyendo tramos específicos como una curiosa introducción de Riley al concepto de los salones recreativos que, para gran sorpresa de los que se conocen el juego al dedillo, es cumplida durante la serie y nos deja una alegría adicional.
Dado que HBO Max pertenece a Warner, quien a su vez es la compañía detrás de Netherrealm Studios, en lugar de sacarse de la chistera un homenaje genérico de Mortal Kombat, tanto Ellie como Riley pueden jugar sin miramientos a la legendaria recreativa y decir los nombres de los luchadores en propiedad. Un pequeño gran detalle. Y no es el único.
- En Left Behind nos adentramos en una tienda de campaña vacía y se nos habla de un personaje que jamás aparece en el juego más allá de una sencilla fotografía.
- En Sueños Americanos no solo conocemos q quien estaba acampado, sino que averiguamos quién le suministraba el alcohol y de dónde provenía, lo cual le daba un sentido todavía más especial al brindis de las adolescentes.
A partir de cierto punto, la trama del episodio de la serie de HBO converge directamente hacia los acontecimientos de Left Behind y nos ofrece escenas clavadas, aunque con cambios. Y sin embargo, otras se quedan atrapadas para siempre en el cómic. Como la presentación formal de Riley a las Luciérnagas o un detalle que se insinuó en el episodio inaugural de la adaptación televisiva y no se ha vuelto a abordar: que Marlene ha seguido muy de cerca la evolución de Ellie, que conocía a su madre, y que nada de lo que ha pasado en su vida es casualidad.
Cerrándose de manera especial en The Last of Us: Sueños Americanos este inesperado encuentro con Marlene y los luciérnagas con una nota y la entrega de un objeto muy especial: la navaja de Anna, la madre biológica de Ellie.
Desembocando los acontecimientos mostrados en el papel en una escena que, por otro lado, sirven de resorte tanto del DLC de Left Behind como del episodio séptimo de la serie de The Last of Us: la separación y el reencuentro entre una Ellie sin nada que perder y una Riley que reaparece en su vida. Por última vez.
La opinión de VidaExtra
The Last of Us: Sueños Americanos no es ni un añadido sin peso, ni una libre adaptación del universo del juego: es una legítima extensión de la obra de Naughty Dog que la complementa y le da nuevo valor y matices tanto a un personaje completamente central en la saga. Y, a ciertos niveles, es la otra mitad indivisible de la historia que un año después pasará a ser el DLC Left Behind.
Si bien, su estilo visual rompe de lleno con el fotorrealismo alcanzado en las consolas de PlayStation, sobre todo tras el remake de The Last of Us Parte I, en el proceso se logra un objetivo mucho mayor: la estética de los cómics independientes y la expresividad y emociones plasmadas por los pinceles de Faith Erin Hicks refuerzan positivamente la historia que nos describe Neil Druckmann.
Y, en el proceso, ya incluso si leemos Sueños Americanos a posteriori, se aportan muchas de las piezas faltantes al puzzle emocional de Ellie y los motivos por los que lucha por que no se le desmonte en el videojuego. Lógicamente, y por extensión, esto también se aplica a la serie de televisión.
Si bien, la edición es extraordinariamente fiel y todo un regalazo para los fans de The Last of Us, tanto del videojuego como de la serie de televisión, es una verdadera lástima que habiendo sido publicado en español con tanto margen frente a las ediciones de Dark Horse no se hayan incluido algunos extras adicionales o algunas páginas adicionales más allá de los poquitos bocetos y diseños del final. Detalles menores para una edición editada con un cuidado muy especial.
De hecho, y también a toro pasado es imposible no plantearse por qué Naughty Dog no se encargó de llevar el cómic al videojuego aprovechando un remake que le ha dado un énfasis tan especial a las emociones y cuyo salto de calidad, por cierto, se manifiesta en toda su grandeza precisamente en las escenas más alegres y desenfadadas de Left Behind. Ese pequeño oasis que transcurre entre dos tormentas y en el que se derriba tanto y tan bien la barrera que separa el videojuego de nueva generación y el lenguaje cinematográfico.
Pero al final nos quedamos con lo que de verdad importa: The Last of Us: Sueños Americanos es un cómic absolutamente esencial que expande de manera legítima y enriquece el universo de The Last of Us. Ya bien sea en consolas o en ordenadores. Que, además, lo que aparece en sus páginas se hayan acomodado o llevado a la televisión es, todo un regalo para el jugador, el telespectador y cualquiera que haya quedado marcado de algún modo por el viaje de Joel y Ellie. Palabras mayores.
The Last of Us: Sueños Americanos (Edición Española)
The Last of Us: American Dreams
Ficha de The Last of Us: Sueños Americanos, de Druckmann y Hicks (2013)
- ISBN-10 : 8416308047
- ISBN-13 : 978-8416308040
- Editorial: Planeta Cómic
- Autores: Neil Druckmann (Guión), Faith Erin Hicks (Guión y dibujo), Rachelle Rosenberg (Color)
- Traducción: Víctor Manuel García de Isusi
- Número de páginas: 112 páginas
- Tamaño: 16.8 x 1 x 25.5 cm
- Formato: Tapa dura (cartoné) sin sobrecubierta
- Interior: Color.
- Nota adicional: Publicado por Planeta Cómic el 6 octubre de 2020