Análisis de Shadow Warrior 3, el ninja más loco y malhablado regresa con uno de los FPS más bestias del año

En lo que llevamos de 2022 ya han salido a la venta en las tiendas propuestas de todo tipo, incluyendo algunos de los mejores juegos que veremos este año. Entre todo ello hay títulos que también buscan hacerse un hueco y hacernos pasar un rato de lo más entretenido, como bien podría ser el caso de Shadow Warrior 3.

Flying Wild Hog y Devolver Digital se han vuelto a unir en esta tercera entrega de la serie para brindarnos un FPS de lo más violento y salvaje, algo de lo que no han parado de presumir a lo largo de las últimas semanas con cada vídeo nuevo que iba saliendo a la luz y con los que quedaba claro que íbamos a estar frente a uno de los títulos más brutales que llegarán en los próximos meses.

La cuestión es, ¿habrá logrado cumplir con las expectativas? Después de una segunda parte que nos causó unas muy buenas sensaciones es momento de descubrir en el siguiente análisis cuáles son los puntos importantes, para bien y para mal, ante su inminente lanzamiento.

Un descomunal dragón y un argumento que no se toma nada en serio

Una de las características de la saga Shadow Warrior es su peculiar sentido del humor, del que vuelve a hacer gala de nuevo gracias a Lo Wang, nuestro peculiar protagonista que regresa a la acción en la que sin duda es la mayor locura en la que se ha visto envuelto. Más que nada porque esta vez le tocará plantar cara a un enorme dragón al que nunca le llegamos a ver entero de lo tremendamente grande que es.

Pese a lo peligroso que resulta, no le quedará más remedio que pillar su traje y equipo para frenar el apocalipsis que se avecina antes de que el dragón acabe con todo el mundo. Por suerte para nuestro carismático ninja no estará solo en esta andadura, ya que durante el transcurso de la trama aparecerán viejas caras que resultarán conocidas a los aficionados de la franquicia.

Aun así, podéis estar tranquilos porque no es obligatorio en absoluto haber jugado a los capítulos anteriores. Si bien os servirá para conocer mejor a los personajes, tampoco será indispensable porque lo cierto es que el argumento es de lo más simple y una mera excusa para comenzar a repartir tajos y pegar tiros como si no hubiera un mañana.

De todos modos, lo mejor de todo son los chascarrillos que no parará de soltar Lo Wang, al que se podría decir que le da igual todo y no dudará en soltar insultos, comentarios jocosos, burlarse de la situación o lo que se le ocurra en ese momento. De hecho, hasta en algunos momentos se pondrá a cantar y a partirse de risa de los enemigos cuando estos vuelen en mil pedazos.

La verdad es que se agradece que el doblaje es bastante decente porque las voces elegidas les pegan perfectamente a cada uno de los personajes principales. Eso sí, está en inglés, pero la buena noticia es que en esta ocasión los textos sí estarán localizados al castellano para así entender mejor los chistes y el lenguaje tan malsonante que nos hará partirnos de risa constantemente, además de hacer que todo se vuelva más disparatado.

Por otro lado, otro de sus puntos fuertes son las secuencias cinemáticas que irán desfilando de vez en cuando en cada capítulo, de forma que en ellas presenciaremos momentos de lo más espectaculares, sobre todo por la destrucción que iremos causando por nuestro paso vayamos donde vayamos. Porque otra cosa no, pero podéis tener claro que a veces he dudado en quién causa más desastres, si el dragón o el propio Lo Wang.

Sangre, desmembramientos y una acción que no da ni un respiro

Hay otra característica que se ha conservado en Shadow Warrior 3 y es su acción tan sumamente frenética. El ritmo al que nos enfrentaremos a los enemigos es tan rápido que no pararemos de pensar en nuestro próximo movimiento para que no sean ellos los que nos hagan morder el polvo, sobre todo porque aquí no vale de nada ponerse a repartir palizas sin ton ni son, porque en ese caso nuestra vida descenderá tan rápido que ni nos percataremos de ello.

Por eso mismo, aunque haya que repartir espadazos con la katana o utilizar cualquier arma de fuego, hay que hacerlo muy conscientemente y sin dejar de prestar atención a todos los demonios que hay a nuestro alrededor, porque no serán precisamente pocos. Y es que en cada nivel nos iremos encontrando con oleadas de criaturas a las que será necesario aniquilar para seguir avanzando.

Entre todos ellos habrá enemigos muy comunes que liquidaremos en un pispás, pero también habrá otros con los que nos tocará gastar el cargamento entero de munición. Eso además sin parar de movernos por el escenario para esquivar golpes y disparos, por lo que no os engaño si os digo que tras unas cuantas horas jugadas del tirón he acabado con las manos bastante doloridas de la tensión acumulada, porque las oleadas a derrotar son muy numerosas y lo peor es que en el caso de morir tocará empezarlas desde el principio.

Otro de los detalles que más me ha gustado es el diseño de los propios enemigos, porque son muy variados y diferentes unos de otros, lo que ayuda perfectamente a saber cómo abordar los combates contra cada uno de ellos, todos con un diseño claramente inspirado en la cultura japonesa y en sus festivales. En cambio, en lo que sí coincidirán todos es en cómo la sangre saldrá disparada de ellos cuando les cortemos en cachitos o les hagamos unos bonitos agujeros en el cuerpo con los disparos de nuestras armas.

Sin duda el juego es bastante sanguinario y no pararemos de observar litros de sangre por doquier. Tal es el caso que a veces hasta me ha costado discernir qué estaba sucediendo exactamente en pantalla, porque entre tanto enemigo, partes del cuerpo volando por los aires, explosiones por aquí y por allá y encima que los propios demonios se abalanzarán a por nosotros sin dudarlo, se junta tanto elemento en pantalla que a veces se vuelve un auténtico caos.

A pesar de todo, Lo Wang estará bien preparado para la acción y más todavía conforme vayamos progresando en la aventura. La katana será esencial para masacrar a todo aquel que se ponga delante de nosotros, pero lo cierto es que al final las armas de fuego se han convertido en mis mejores aliadas en la mayoría de situaciones, porque al no parar de moverse por todos lados era lo que más me servía para no dejar de atacar a lo que tenía a lo lejos.

Por si no fuera suficiente, habrá veces que el entorno también nos resultará de gran utilidad, ya que habrá trampas para activar con taladros, rodillos, compuertas que se abren y mucho más que nos serán de lo más útiles para descuartizar a los enemigos. Lamentablemente, estas situaciones no se producirán tan a menudo, algo que en parte es comprensible porque cuando hay demasiados demonios juntos es sin duda la mejor ayuda con la que podemos contar.

Por lo demás, Lo Wang dispondrá de la capacidad de desplazarse rápidamente por el escenario, lanzar una onda de chi y sobre todo acumular energía para ejecutar unos bestiales finishers. Esto último habrá que tenerlo muy presente porque gracias a ellos pulverizaremos a cualquier criatura de un solo golpe y a cambio nos curará la vida por completo y también nos otorgará un arma temporal de lo más demoledora, así que entre unas cosas y otras estaremos lo suficientemente preparados para afrontar los encuentros.

Y si a pesar de todo esto necesitáis alguna ayuda más adicional, por acabar con los enemigos de ciertas formas iremos realizando desafíos que nos darán puntos de mejora. Gracias a ellos las armas se irán volviendo más letales y nuestro protagonista también se volverá más resistente para hacer frente a las adversidades. Además, algunos orbes de mejora estarán ocultos por el escenario, así que también tocará prestar atención a los entornos.

Un ninja con toques de Spider-Man en unos escenarios un tanto lineales

Entramos en un apartado un tanto pantanoso, porque es innegable que la acción de Shadow Warrior 3 es soberbia, pero en otros tantos aspectos ha empeorado considerablemente con respecto a su segunda entrega. El principal motivo se debe a que ahora iremos superando niveles de uno en uno con una historia muy lineal, al igual que sucederá con las propias fases, porque la exploración será prácticamente nula.

La mayor parte del tiempo será el propio juego el que nos irá indicando por dónde ir porque solo habrá un único camino para seguir, por lo que nos deja pocas opciones a la hora de explorar los escenarios. Asimismo, los lugares por los que podremos saltar, corretear por las paredes o atravesar están claramente señalados con enredaderas de color verde, así que resulta imposible quedarse atrapado.

Entre todo esto se ha añadido una nueva novedad como es el gancho, una herramienta que también nos ayudará para sentirnos un poco como Spider-Man al poder ir por todas partes enganchándonos a los aros con los que nos topemos. En los propios escenarios solo es una forma más de desplazarse, pero al menos en las batallas contra oleadas sí que sirve de algo más para moverse más rápido y para atacar desde el aire a los demonios.

La peor parte de que todo sea tan lineal es que aquí tampoco habrá misiones principales ni secundarias, dado que nuestra tarea será la que nos vaya encargando la trama en ese momento. En definitiva, esto nos deja con una aventura que durará entre seis y ocho horas aproximadamente, dependiendo de vuestra habilidad a los mandos (o con el teclado y ratón) o de la dificultad por la que os decantéis. En mi caso establecí la intermedia y en muchos momentos el juego presenta un buen reto.

La opinión de VidaExtra

Por todo lo comentado hasta ahora queda más que claro que la acción de Shadow Warrior 3 es tan impresionante que solo por eso merece la pena darle una oportunidad al juego. Las oleadas de demonios nos obligarán a esforzarnos al máximo y a sacar partido de todas las armas con las que contamos para salir adelante.

Además, los finishers son espectaculares y en líneas generales luce correctamente con su apartado gráfico con un buen rendimiento, a excepción de cuando hay demasiado elemento en pantalla que ralentiza un poco. Eso sí, no habría estado nada mal encontrarnos con algo más de variedad para que no fuese constantemente machacar, ir del punto A al punto B, machacar de nuevo y así sucesivamente.

Resulta un tanto sorprendente que detalles que funcionaron en su predecesor se hayan dejado completamente de lado para ofrecer una propuesta más simple. En cualquier caso, si sois de los que buscáis un FPS brutal sin ningún tipo de pretensión más que rebanar cabezas o acribillar a tiros a todo lo que se mueva, junto con una buena cantidad de situaciones cómicas y de lo más locas, entonces Shadow Warrior 3 es un juego perfecto para vosotros.