Análisis de Roller Champions: el desafío de lograr calar con un nuevo deporte extremo frente al reto de ser un free-to-play del montón

Sacarse  la chistera un nuevo deporte no es fácil, pero el verdadero reto está en promoverlo lo suficiente como para que sea un éxito. Darle impulso hasta que vaya sobre ruedas. La buena noticia es que Roller Champions está diseñado para que aspires a ganar tras echar dos partidas. Ubisoft mezcla patinaje de velocidad, rugby y  baloncesto con un punto extra de locura. Tres disciplinas fusionadas en una actividad descaradamente veraniega. Y, sin embargo, lo que juega en su contra no son ni sus reglas, ni sus ideas, ni su control: es su trasfondo marcadamente competitivo.

Roller Champions irrumpe como un nuevo deporte en forma de videojuego. De partidas rápidas, diseñado para jugarse en equipos de tres y en entornos acertadamente refrescantes. Partidas que, como comentamos, te adelantan la llegada del propio verano a través de su ambiente y sus escenarios. Su ritmo también ayuda y el hecho de que se apueste por el formato free-to-play le da un impulso adicional al conjunto. ¿Lo suficiente para dejar aparcadas nuestras obsesiones favoritas a los mandos? Esa, amigo mío, es la gran duda.

Me explico: Ubisoft se ha tomado su buen tiempo a la hora de lanzar Roller Champions, y eso se nota. Tanto, que incluso tratándose de un deporte completamente inventado para la ocasión, el factor sorpresa se ha diluido por completo a lo largo del camino. Como referencia, Roller Champions fue presentado en plena euforia del E3 2019 (aunque filtrado unos días antes) y ha contado con numerosas fechas de lanzamiento desde entonces. Demasiadas, quizás.

A cambio, Ubisoft ha afianzado la idea que sostiene Roller Champions a nivel jugable, ofreciendo partidas con más sustancia pero conservando una flaqueza que se manifiesta incluso desde las gradas: la idea es buena, realmente buena, pero la emoción en el Rink, el estadio creado para la ocasión, acaba siendo demasiado intermitente. Y cuando ésta se apaga, la magia se esfuma y difícilmente vuelve. Si esto te ocurre en tres partidas seguidas, empezar la cuarta se hace muy cuesta arriba; y eso acaba siendo el mayor punto flaco de Roller Champions.

Dicho así podría casi decirse que es algo que se aplica a cualquier juego, pero lo cierto es que Ubisoft se empeña de principio a fin en ofrecer una disciplina deportiva novedosa, lo suficientemente sencilla y dinámica como para entenderse sobre la marcha y atraer a diferentes perfiles de jugador.

Unas reglas muy interesantes. Unas partidas en las que la emoción se diluye

Da igual si deseas lucirte haciendo piruetas, si buscas un entretenimiento ligero con partidas rápidas o si tienes ganas de abordar un título con aspiraciones competitivas: Roller Champions hay sitio para ti. De hecho, en términos generales y viendo lo que solemos tardar al encontrar partida clasificatoria se puede decir que hay bastante sitio a completar en los servidores del juego.

La nueva salida por la tangente de Ubisoft Originals es un nuevo deporte que se vive a través de las pantallas. Un videojuego gratuito sí, pero con grandes aspiraciones competitivas que, además, es totalmente multiplataforma y ofrece juego cruzado. Definitivamente, Roller Champions  tiene todos los ingredientes para echar al menos una partida a ver qué tal se nos da eso de encestar con patines.

¿Dónde está la letra pequeña de Roller Champions ? Bueno, no la hay. De hecho, la monetización que propone Ubisoft básicamente toca todos los palos e incluye pases de temporadas, "Lootballs" con artículos aleatorios y hasta compra directa de complementos. Pero absolutamente nada que esté a la venta nos dará una ventaja real en las partidas.

La premisa a la hora de jugar es sencilla, ingeniosa y prometedora: dos equipos sobre patines, el naranja y el azul, compiten por encestar una pelota en una pista cerrada de forma ovalada y que cuenta con dos curvas peraltadas y una especie de canasta elevada. El objetivo general de ambos equipos es dar una vuelta entera a la misma reteniendo la posesión de la pelota y posteriormente encestarla, pudiendo incrementar la puntuación en función de todas las vueltas a la pista adicionales.

Uno de los aciertos de Roller Champions es su uso de las físicas, de modo que podemos aprovechar las bajadas y subidas de la pista, así como las zonas de las paredes, para añadir impulsos adicionales, acelerar a velocidades absurdas o desafiar a la propia gravedad. Además, claro, de impulsarnos en la espalda del compañero de equipo y pasarla si nos vemos apurados.

¿Qué puede hacer el equipo rival? Básicamente, lo que quiera. Como comentamos, la idea es dar una vuelta entera como mínimo al Rink, la pista de juego, reteniendo la pelota; de modo que si esta cambia a manos del equipo rival todo los ciclos de vueltas acumulados hasta la última canasta se pierde y, sin interrumpir la acción, la oportunidad de encestar pasa los contrarios. Y es entonces cuando aparecen las reglas del rugby.

Entre una cosa y la otra, los jugadores tienen permitido arrollar, dar codazos, embestir, hacer patadas giratorias e incluso realizar una doble patada frontal con ambos patines tras un enorme impulso. Técnicas que casi parecen sacadas de Street Fighter. Sin embargo, aquello que debería ser emocionante se desinfla con más frecuencia de lo deseado, si es que antes no pasa a ser frustrante tanto para los aspirantes a marcar como para los atacantes:

• Los que tienen la pelota en posesión básicamente esquivan a toda cosa a sus rivales hasta marcar, pero carecen de momentos de epicidad y emoción. Marcar goles resulta o demasiado rutinario o se vuelve tedioso en función del rival cuando éste es especialmente molesto.

• Los que aspiran a tener la pelota reducen su actividad a golpear a los que la tienen a cualquier precio, pero lejos de resultar atractivo se convierte en un trámite que en lugar de momentos de risa deriva en aciertos o pifias que nos dejan inutilizados unos valiosísimos segundos.

Sobre el papel, las reglas de Roller Champions tienen lo mejor de muchos deportes y Ubisoft ha implementado un sistema de juego en el que patinar es divertido y encestar tiene un valor especial; pero en la práctica nos encontramos con que al juego le faltan elementos muy acusados, como lo difícil que es vivir momentos trepidantes durante las partidas, el poco margen que da a los jugadores para lucirse realmente al anotar o simplemente la capacidad de ofrecer una experiencia cooperativa y competitiva que enganche tras tres partidas. Errores fatales en un juego de la naturaleza de Roller Champions.

Si a todo lo anterior le sumamos que la recompensa más atractiva del juego es una "Lootball"  en la que te pueden tocar unos guantes, nos topamos con el verdadero gran problema de Roller Champions: la emoción de las partidas se diluye demasiado pronto, y eso hace que encontrar rivales más allá de Partidas Rápidas sea una odisea. Lo cual nos hace preguntarnos cuántos jugadores habrán desbloqueado el Modo Competitivo y qué porcentaje de los mismos serán asiduos a éste.

Roller Champions: un nuevo deporte gratuito con aspiraciones competitivas

El mundo ha cambiado drásticamente desde nuestras primeras partidas a Roller Champions, pero el título de Ubisoft Originals mantiene su propósito original intacto: ser la nueva obsesión del verano. Se ha tomado su tiempo en alinear sus elementos para serlo, y su temática y su espíritu deportivo delatan sus intenciones desde la primera partida. Hasta ahí, Roller Champions cumple holgadamente con todo lo que se propone.

Que se apueste por el formato gratuito juega a su favor, desde luego, y su manera de fusionar actividades deportivas todavía más, pero el actual panorama es bastante diferente: no solo hay demasiados juegos free-to-play, sino que muchos títulos veraniegos como Rocket League o Fall Guys han adoptado el formato. Despuntar en este campo ahora es mucho más complicado, y más si las partidas de Roller Champions no es capaz de ofrecer al jugador momentos memorables.

A Roller Champions le faltan esos potentes impulsores a crear hazañas, jugadas espectaculares y recursos que les den a los triunfos y fracasos por la mínima un extra de color. O, en su defecto, y como último recurso, una recompensa lo suficientemente atractiva por la que merezca la pena pelear, repartir codazos o apuntar como si la vida se nos fuese en ello. Y lo cierto es que en Roller Champions los premios y cómo se ofrecen éstos tampoco ayudan.

Como ya comentamos, Ubisoft ha diversificado la monetización de Roller Champions en todos los campos posibles, salvo los NFTs. Pero lo cierto es que se hace cuesta arriba avanzar en un Pase de Batalla cuando encontrar partidas es complicado, los premios son peinados, guantes, patines o trajes de colores extremadamente chillones y en los Lootballs muy rara vez toca algo interesante. No es que hayamos tenido mala suerte, es que las probabilidades -que se pueden comprobar- son bastante apretadas.

Por otro lado, también puedes comprar Ruedas, la moneda de juego, y adquirir contenidos cosméticos en la tienda y de manera directa. Pero los precios de los artículos y los lotes de Ruedas hacen que nos cuestionemos bastante la inversión. Sobre todo, cuando lo normal es cancelar el matchmaking de nuestra partida competitiva para irnos de nuevo a una Partida Rápida con tal de seguir jugando.

Y es que hay juegos cuya razón de ser nace de ofrecer una experiencia intensa y compartida y, a partir de ahí, despegar de manera más holgada. Lo cual hace que el talón de Aquiles de Roller Champions esté todavía más a la vista de cara a quienes queremos ahondar en su propuesta: las colas de espera para encontrar partida competitiva son un serio problema, e incluso si apostamos por pasarnos por las Partidas Personalizadas y llenar la sala de bots nos toparemos con que éstos parecen estar de paseo y desmotivados.

De cara a nuestro análisis seguimos la evolución de Roller Champions tras su lanzamiento y tras más de una semana jugando de manera asidua, nuestra experiencia a la hora de encontrar partida no ha mejorado. De hecho, a la hora de escribir estas líneas Ubisoft abrió por un modo por tiempo muy limitado de partidas por parejas (dos contra dos) y ni así es posible saltar al Rink con la misma frecuencia que se espera de cualquier juego con sus aspiraciones competitivas. No solo por su naturaleza deportiva, que también, sino por cómo se ha gestionado su sistema de progresos, especialmente con vistas a quienes apuestan por el Pase de Batalla.

Con todo lo anterior por delante, que no es poco, el tiempo podría jugar a favor de Roller Champions: los planes de futuro de Ubisoft incluyen nuevos modos de juego fijos, eventos temáticos, más contenidos y más incentivos. Las reglas y la disciplina deportiva funcionan, aunque no emocionan, pero de dar con ese estímulo que le falta el panorama puede ser bastante más prometedor. Y, a partir de ese punto, ofrecer un sistema competitivo que nos haga encadenar una partida con la siguiente.

La opinión de VidaExtra

No todos los juegos se deben evaluar igual. Para establecer el valor de algunos en propiedad hay que meterse de lleno en sus contenidos y lo que se nos pone por delante, pero en otros, como ocurre con Roller Champions, toca dar un paso hacia atrás y verlo desde fuera. Comprobar por qué incluso habiendo buenos mimbres y conceptos originales no termina de ser esa locura que aspira a ser.

Roller Champions mezcla montones de ideas diferentes muy bien, incluyendo su uso de las físicas o su premisa deportiva, pero tropieza al no aportar grandes momentos al jugador, no recompensar su fidelidad y, como consecuencia, no terminar de afianzar esa escena competitiva que debía ser su gran impulso.

O, al menos, en lo que respecta a la etapa inaugural de Roller Champions. Porque si algo hemos aprendido de estas iniciativas a largo plazo es que con un par de actualizaciones acertadas se pueden remontar hasta las cuestas más complicadas.

En cualquier caso, el problema no reside en el concepto deportivo detrás de Roller Champions. Si eres fan de South Park te sonará BASEketball: Muchas pelotas en juego, un locura de película perpetrada por Matt Stone, Trey Parker que combinaba elementos de béisbol y baloncesto para crear un deporte nuevo disparatado. La mezcla de Ubisoft es mucho más consistente que la de Stone y Parker, pero es precisamente esa doble carencia de emoción y el punto exacto de locura lo que hace que no termine de despegar.

En cualquier caso, si buscas una experiencia deportiva diferente, gratuita, multiplataforma y convenientemente envuelta en colores refrescantes para celebrar el verano, Roller Champions tiene los ingredientes apropiados. Ahora solo le falta hacer despegar su fórmula competitiva.