La recta final del año nos está dejando con algunas sorpresas muy agradables y otras que también acaban destacando, pero no en el buen sentido. En ocasiones me ha pasado de encontrarme con un juego que lees la descripción acerca de qué trata, cómo es su jugabilidad y su propuesta en general y te llama la atención lo suficiente como para querer darle una oportunidad, que es justo la sensación que me transmitió Worldless.
El problema está en que una cosa es la idea escrita sobre el papel y otra cuando se lleva a la práctica. Por desgracia, la aventura desarrollada por el equipo español Noname Studio no termina de funcionar lo suficientemente bien como para mantenerte enganchado a medida que van pasando las horas, algo que resulta una pena porque no es que sea un fracaso en absoluto, pero ciertos aspectos son los que acaban estropeando la experiencia.
Un conflicto entre entes abstractos
La trama de Worldless prácticamente carece de diálogos, porque el personaje principal no habla y el único con el que mantienes contacto es con un misterioso ser que lo único que hace es hablar en clave a través de unos textos, por lo que no hay voces. Esto supone que hay que fijarse bien en todas las escenas que van desfilando en pantalla para entender exactamente lo que está sucediendo.
La aventura nos transporta a un universo de lo más extraño en el que sus únicos habitantes son unos entes que viven en un conflicto eterno debido a que estos se dividen en dos bandos con polaridades opuestas: uno que busca la virtud de su naturaleza y otro su extinción. Esto conlleva que de primeras controles a uno de estos seres con un diseño muy llamativo, porque carece de extremidades y su cuerpo se divide únicamente en unos puntos que hace de cabeza y manos y en una especie de triángulos que hacen de pies.
Tanto su aspecto como el de los escenarios es excelente. El apartado artístico es innegable que se trata del punto más fuerte de este juego por cómo te traslada desde un primer momento a un mundo muy inquietante por la atmósfera que transmite, así como por su sensación de soledad vayas por donde vayas. En general todo cuenta con un toque un tanto minimalista porque no hay apenas elementos por el escenario, pero lo cierto es que todo lo que tienes ante ti luce de maravilla.
Además, a medida que vas avanzando por el escenario vas presenciando cómo la flora va creciendo a tu paso, lo que supone una forma un tanto peculiar de interactuar con el entorno, aunque no tenga un impacto directo en la jugabilidad. No obstante, un problema de los escenarios es que tampoco son excesivamente diferentes unos de otros, desmarcándose principalmente por el color de su ambientación, pero la verdad es que son muy parecidos, incluso todo lo que hay dentro de una propia zona.
Cada lugar es como un mundo aparte que a su vez está conectado con el resto por ciertos caminos que hay que desbloquear. Todos ellos cuentan con unas dimensiones bastante considerables, pero he de hacer hincapié en el hecho de que todos los elementos que hay en ellos son tan similares que a veces puede provocar que sea un poco lioso y no termines de tener muy claro si has pasado antes por ese punto o no, provocando que la exploración no sea lo suficientemente divertida, que sin duda es algo perjudicial en este título si tenemos en cuenta que es un metroidvania.
Unos desafiantes combates por turnos
Como he señalado al principio, al leer las características de Worldless una que me llamó mucho la atención fue la de que contaba con combates por turnos. Por lo general los metroidvania apuestan por una acción más directa y en tiempo real, pero títulos como Indivisible ya se habían decantado anteriormente por darle este giro tan curioso a los enfrentamientos contra los enemigos, así que tenía ganas de comprobar qué tal funcionaría en este caso.
Los adversarios, al igual que la protagonista, también se caracterizan por su diseño tan extraño. Por lo general la mayoría son simples criaturas con las que tocará librar un enfrentamiento muy duro y a las que es necesario pulverizar para progresar, dado que bloquean el paso y no hay forma alguna de saltárselo. En todos estos combates la mecánica es la misma, pero requiere tener una gran destreza a los mandos y unos buenos reflejos para acabar mordiendo el polvo.
Al entrar en contacto tocará pulsar alguno de los botones con el que se quiera repartir estopa, pudiendo dar rienda suelta a ataques cuerpo a cuerpo, utilizar magia o armas a distancia. Como si se tratase de un juego de lucha, lo suyo es realizar combos alternando los botones y la dirección en la que se ataca para así propinar auténticas palizas a los enemigos. Asimismo, hay que tener en cuenta las debilidades y fortalezas de cada uno, lo que causa que los impactos sean mayores o directamente no les hagan ni cosquillas.
Cada turno tan solo dura unos segundos y también hay que estar atento a los movimientos del contrario, porque puede ejecutar un contraataque que ponga fin a nuestro momento de pasar a la acción. Es entonces cuando se cambian las tornas y llega el momento más duro de estos combates, como es el de aguantar los golpes, porque los enemigos desprenden una serie de luces en varias direcciones, lo que supone que haya que pulsar un botón determinado en el instante preciso.
A veces puede resultar algo fácil esquivar los impactos, pero no siempre es así. La velocidad a la que atacan y los patrones de los enemigos va cambiando constantemente de unos a otros, así que a veces no te queda otra que repetir los combates una y otra vez hasta aprenderte bien en qué momento debes esquivar y con qué botón, como si se tratase de una coreografía, porque cualquier fallo puede acabar siendo mortal. Por suerte las batallas las puedes repetir una y otra vez si la cosa no pinta nada bien, ya que al fracasar apareces justo delante de la pelea en cuestión.
En cualquier caso, los enemigos normales son muy asequibles, pero el cuento cambia por completo con los jefes finales. Ahí es cuando entra en escena el mayor desafío del juego porque os harán sudar la gota gorda hasta que logréis vencerlos. Desde luego que en parte es algo que se agradece para que no todo sea coser y cantar, aunque la curva de dificultad entre unos combates y otros es demasiado exagerada, a lo que se suma que algunos duran tanto que resultan un tanto agotadores, sobre todo por el hecho de que con fallar un par de veces tienes que repetirlos desde el principio.
Si bien puedes optar por limitarte a hacerte con la victoria sin más, la gracia de este juego es que hay que absorber a los enemigos. Para ello hay que golpearles a lo bestia para aumentar una barra de porcentaje, pero sin excederse para no derrotarlos, de manera que al llegar a cierto punto la acción cambia a una especie de quick time event en el que hay que pulsar unos botones que hay a la vista y otros ocultos. En el caso de fallar tocará subir de nuevo esa misma barra e intentarlo otra vez, mientras que el acertar hará que el personaje se fortalezca más.
Esto mismo servirá para obtener unos artículos que se pueden canjear en un árbol de habilidades para así desbloquear nuevos tipos de ataques, combos y más formas de resistir los golpes de los enemigos. En resumidas cuentas, puedes complicarte la vida limitándote a derrotar a los enemigos a costa de no ser tan poderoso, pudiendo regresar más tarde, o esforzarte en intentar absorberlos para que el misterioso personaje principal se desenvuelva mejor en los enfrentamientos. Ahí depende de cada uno.
Viajando de un lado a otro en este misterioso mundo
Algo sobre lo que he hablado anteriormente es que la exploración es una parte fundamental en esta aventura, algo comprensible teniendo en cuenta que estamos frente a un metroidvania, lo que implica que debes ir desbloqueando habilidades que posteriormente te sirven para superar lugares por los que anteriormente era imposible avanzar. Todo eso está presente aquí también y cuando consigues una nueva se nota demasiado por otorgar una mayor libertad al ir de un lado a otro.
El inconveniente sigue siendo el hecho de que los escenarios son un poco confusos. Es más, el mapa no ayuda tampoco a solucionar este problema, sino todo lo contrario, porque más o menos te muestra un esquema de cómo es la zona a base de dividirla por puntos, lo que sirve para que te hagas una idea de si tienes que buscar la forma de ir a la izquierda, arriba, etc., pero de ahí a encontrar el camino adecuado hay un buen trecho.
Los lugares marcados es donde aguarda un enemigo o un jefe final, lo que supone que los combates no son muy numerosos y por lo tanto la mayor parte del tiempo lo pasas viajando por el escenario. En ellos también hay puzles que son necesarios para desbloquear caminos adicionales y lo que le da un buen giro a la jugabilidad es que a partir de cierto punto de la aventura puedes jugar con el polo opuesto de la protagonista, cuyas habilidades dentro y fuera de los combates son diferentes.
Es ahí cuando la exploración y las batallas se hacen algo más entretenidas, porque puedes ir alternando entre un personaje y otro con tan solo pulsar un botón. Además, otro motivo para premiar la exploración es que hay lugares en los que se pueden obtener mejoras para ambos o cartas ocultas por el escenario con función de aumentar la barra de vida. Eso sí, hay que agudizar bien la vista porque su tamaño es tan pequeño que es fácil pasarlas por alto si no estás atento a lo que hay alrededor.
La opinión de VidaExtra
La primera vez que me puse a los mandos con Worldless he de reconocer que lo pillé con bastantes ganas y me cautivó gratamente su apartado artístico, su ambientación y también me pareció muy curiosa la mecánica de sus combates. Sin embargo, a medida que avanzaba e iban pasando las horas es cuando más me daba cuenta de las carencias con las que cuenta y el hecho de que, por desgracia, no es oro todo lo que reluce y que muchas veces una cara bonita no es suficiente para que la experiencia sea lo suficientemente agradable.
El juego me ha parecido simplemente entretenido, pero a lo largo de este año he disfrutado de otros metroidvania que sin duda me han conquistado muchísimo más, siendo Blasphemous 2 o Convergence: A League of Legends Story algunos de los mejores ejemplos. Una lástima porque el conjunto de ideas que presentaba esta propuesta pintaba bastante bien, pero hay demasiados puntos negativos como para que acabe siendo un juego que guarde en la memoria.
Precio de Worldless
El lanzamiento de Worldless se producirá únicamente en formato digital. Si os hacéis con él antes de que se ponga a la venta os beneficiaréis de un descuento del 10%, lo que dejará su precio en 17,99 euros antes de subir hasta los 19,99 euros que costará por lo general. Lo tenéis disponible en la eShop de Nintendo Switch, en PlayStation Store para PS4 y PS5, en la tienda de Microsoft para la versiones de Xbox One y Xbox Series y en Steam para los que prefiráis jugar en PC.
Duración de Worldless
Aquí depende de lo habilidosos que podáis ser en los combates y lo bien que se os pueda dar explorar los escenarios. Una partida normal lo más probable es que os pueda durar alrededor de unas ocho horas, aunque la cantidad aumenta si sois de los que queréis encontrar todos los artículos y mejoras ocultas.
Worldless
Plataformas | Nintendo Switch, PC, PS4, PS5 (versión analizada), Xbox One, Xbox Series X/S |
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Multijugador | No |
Desarrollador | Noname Studios |
Compañía | Thunderful Games |
Lanzamiento | 21 de noviembre de 2023 |
Lo mejor
- Un excelente apartado artístico y ambientación.
- El poder alternar entre dos personajes distintos.
- El desafío de los combates y su mecánica...
Lo peor
- ... aunque algunos son demasiado desesperantes.
- Se habría agradecido más batallas.
- Los escenarios son un tanto parecidos entre ellos.
- A nivel de exploración es muy lioso y el mapa no ayuda en casi nada.
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