Análisis de Star Wars Outlaws, mi vida de cazarrecompensas ha tenido demasiada epicidad y tiroteos, pero también algunas decepciones

De toda la vida uno de mis universos favoritos ha sido el de Star Wars. El hecho de haber crecido al lado de un hermano que es un fan acérrimo de esta franquicia creada por George Lucas es lo que provocó que desde pequeño me encantasen todas sus películas y haya disfrutado toda mi vida pasando el rato con la inmensa mayoría de sus videojuegos. Eso sí, con unos más que con otros, al igual que con sus productos estrenados en la pequeña y gran pantalla, pero al final es una saga que no puedo dejar de lado porque me encanta todo lo que tiene que ver con ella.

Principalmente, este ha sido el mayor motivo por el que no he parado de seguir la pista a todo lo que ha tenido que ver con el desarrollo de Star Wars Outlaws, sobre todo desde que tuve la oportunidad de probarlo el pasado mes de julio y me generó unas impresiones realmente positivas. En aquel momento, por todo lo que vi y jugué, me pareció que tenía ante mí uno de los mayores candidatos a ser de lo mejor que se ha visto en la serie. Por suerte, esta última semana he tenido la oportunidad de comprobarlo personalmente si estaba en lo cierto.

Durante los últimos días he emprendido un viaje espacial acompañado por Kay Vess en esta aventura que apuntaba bien alto a ser uno de los grandes juegazos de este verano e incluso de este año, así que solo tenéis que seguir leyendo para comprobar hasta qué punto lo ha conseguido.

Una historia que podría pasar por una película

La trama de este nuevo juego de Star Wars es totalmente original y no está basada en nada que ya exista previamente, aunque no descartaría que se llegue a rescatar en algún momento del futuro y adaptarla en forma de serie o película, porque desde luego lo tiene todo para dar el salto a otros formatos. Tal vez no sea un argumento digno de un Óscar o de ser inolvidable con el paso de los años, pero sí que tiene lo suficiente como para saber cómo engancharte y mantenerte con una emoción constante por todo lo que va sucediendo.

Los acontecimientos transcurren entre el Episodio V: El Imperio Contraataca y el Episodio VI: El Retorno del Jedi de la saga cinematográfica. Eso supone que tiene lugar en un momento en el que el poder del Imperio es tan elevado que tiene a la galaxia aterrorizada, de ahí que tenga una gran presencia en todo momento, mientras que los cárteles de la galaxia están enfrentados unos contra otros, afectando a sus comercios, por lo que la situación es un tanto peliaguda y se palpa la tensión por todas partes.

En medio de todo este embrollo se encuentra Kay Vess, una astuta ladrona que reside en el planeta de Canto Bright y se gana la vida malamente como puede para salir adelante. Para su desgracia, uno de los trabajos en los que está envuelta se acaba torciendo y sale bastante mal, hasta el punto que se le adjudica una marca de la muerte que pone precio a su cabeza para todo aquel que logre atraparla, así que eso provoca que su vida de un giro de 180º y no le quede más remedio que huir.

No obstante, no está sola en este periplo, porque cuenta con la inseparable compañía de Nix, un merqaal que desde siempre ha sido su mascota que va con ella todas partes y que sin duda es el otro gran protagonista de esta odisea espacial. Por lo tanto, ambos deben viajar por varios planetas tratando de labrarse un nuevo futuro, lo que les lleva a encontrarse con un individuo conocido como Jaylen que le propone un atraco histórico para ganarse su libertad, aunque llevarlo a cabo no resultará nada sencillo y requerirá de toda la astucia de Kay y de los amigos que haga por el camino.

No son especialmente pocos los personajes clave que van surgiendo sobre la marcha, entre aliados que le echarán un cable y villanos que harán todo lo posible por acabar con ella. En este sentido, hay que destacar que hasta en ciertos momentos aparecen caras muy familiares para todos los seguidores de Star Wars, entre los que se encuentra el mismísimo Jabba the Hutt y alguno más que no diré para no fastidiar todas las sorpresas, pero hay alguno que os sorprenderá, y mucho, a pesar de tener sentido por la época en la que sucede todo.

La historia principal es muy larga y se agradece bastante, porque es de esos juegos de los que deseas no llegar nunca al final para seguir disfrutando de ella y de las peripecias en las que se ve envuelta Kay, que no son pocas y a cada cual más peligrosa que la anterior. Además, la calidad de las cinemáticas también ayuda a que no quieras apartar la vista de la pantalla en ningún momento y te mantengan expectante ante lo que va a ocurrir a continuación. Porque sabes que es un videojuego, pero hay momentos en los que perfectamente podría pasar por una serie de animación o incluso una película por cómo luce.

Los escenarios hay algunos nuevos y otros que han sido extraídos directamente de este universo. Al recorrerlos sientes realmente que estás dentro del mundo de Star Wars, por la cantidad de personajes de razas tan conocidas que estamos más que acostumbrados a ver, por los soldados del Imperio que patrullan las calles y los alrededores, así como por el diseño de los edificios, las criaturas salvajes, los vehículos, etc. En definitiva, hay que admitir que a nivel artístico se han cuidado todos los detalles y se ha depositado un cariño realmente sublime.

Es una auténtica gozada recorrer los desiertos de Tatooine, colarte en bases del Imperio, luchar en el espacio contra Tie Fighters o disputar partidas de Sabacc, por poner unos cuantos ejemplos. Además, el apartado sonoro es extraordinario por las voces de todos los personajes, los de aquellos que hablan otros idiomas (y están subtitulados), los sonidos tan reconocibles que con solo escucharlos ya sabes a qué pertenecen, como los de los blasters, las explosiones o las naves, y unas melodías que no tienen absolutamente nada que envidiar a las del legendario compositor John Williams, que hasta en ocasiones parecen temas de él.

Una aventura cargada de tiros, exploración y un polémico sigilo

Otro de los mayores motivos por el que Star Wars Outlaws me había generado tanto interés se debe al hecho de que se trata de una aventura de acción en tercera persona. Ya sé que los juegos de Star Wars Jedi también lo son, pero me apetecía disfrutar de algo diferente en el que no tuviese que tomar el control de un jedi, sino de alguien más normal y corriente, porque no suele ser lo frecuente en absoluto. Es más, fue por esto por lo que la campaña de Star Wars: Battlefront II me pareció brutal, así como el clásico Shadows of the Empire, que precisamente se ambienta también en la Era Imperial, una de las mejores de toda la saga.

En ciertos momentos he de reconocer que me he acordado mucho de Uncharted, pero hay que ser justos y reconocer que la ambientación ayuda demasiado a que el título desprenda su propia esencia. En cualquier caso, los momentos de acción son los que predominan por encima de todo, pero tampoco faltan las partes más enfocadas al plataformeo y a la exploración e incluso hay muchas, por no decir demasiadas, zonas en las que el sigilo es primordial y que si dependiera de mí las habría eliminado sin dudarlo.

Cuando probé el juego hace unos meses pensé que los momentos en los que había que pasar desapercibido simplemente era para no alertar a los enemigos que hubiese cerca y así no tener que liarme a tiros contra diestro y siniestro. Sin embargo, estos lugares en los que el sigilo es el punto clave van más lejos todavía y te desafían a no ser localizado en ningún momento y a no provocar que salten las alarmas, porque sino estás obligado a tener que repetir la última sección y a veces desde el principio de la misión.

Tal es el caso que en una de las primeras misiones, cuando todavía me estaba familiarizando con la jugabilidad y el comportamiento de los enemigos, me tiré más de una hora para superarla por tener que rehacer todo cada vez que un soldado me pillaba infraganti. Y no porque fuese excesivamente complicada, sino porque el comportamiento de ellos era demasiado extraño al patrullar y con hacer un mínimo ruido ya te descubren o se percatan de tu posición, mientras que no faltan los momentos en los que he estado a menos de un metro de ellos, literal, y ni se han dado cuenta de mi presencia.

La verdad es que en general estas partes de sigilo me han roto el ritmo demasiado, porque al ser un juego tan enfocado en la acción no logro entender por qué hay tantas. Puedo entender que haya alguna porque con Kay te tienes que colar en determinadas zonas que están extremadamente bien custodiadas, sobre todo en bases del Imperio, pero hubiese preferido que al menos todas te diesen la opción de salir indemne. Más que nada porque en las que son de sigilo pero te pueden pillar, existe la opción de destruir las alarmas o acabar con los soldados que las van a activar o también camuflarse hasta que el ambiente se calme, pero en las partes en las que si te pillan se acabó al instante no me ha agradado nada.

Asimismo, no todos los soldados enemigos son igual de inteligentes. Aparte de los que decía que están completamente cegatos, por algún motivo es muy frecuente encontrarte con muchos de espaldas en lugares que, en circunstancias normales, no deberían de estarlo. De todos modos, algo que me ha gustado es que el juego te ofrece varias alternativas para superar cualquier adversidad al no haber un único camino fijo. Por ejemplo, a veces puedes ir en plan Rambo y masacrar a todo aquel que se te ponga por delante, también puedes aturdir a los enemigos con el Blaster, despistarlos con Nix o colarte por las decenas y decenas de rendijas y conductos de ventilación que, oportunamente, están por todas partes.

Hablando de Nix, me ha dado la impresión de que el compañero de Kay está rotísimo y no me refiero en cuestión de fallos. He perdido la cuenta de la cantidad de situaciones que he superado gracias a su ayuda, porque le puedes dar constantemente órdenes para que distraiga a los enemigos y así los puedas rodear o acercarlos poco a poco a tu posición, les puedes robar objetos con solo pulsar un botón, activar explosivos a distancia y, lo mejor de todo, atacar a cualquiera para que los puedas noquear sin que nadie se de cuenta.

Nix es tan importante en todos los sentidos que reconozco que hace que el juego sea algo más sencillo y que siempre viene bien para robar cualquier objeto que haya por el suelo, activar trampas, puertas, ascensores y más. Eso no quiere decir que Kay no haga nada, ni muchísimo menos, porque ella también sabe defenderse perfectamente con su blaster, el cual es posible mejorar a base de reunir los componentes adecuados para así mejorar su daño o sus distintos efectos, entre ellos uno que causa explosiones y otro para neutralizar robots y cámara de seguridad.

Las partes de tiroteos las he disfrutado una bestialidad y no me he cansado de verme envuelto en ellas una y otra vez por lo emocionantes y tensas que se vuelven. La acción es fantástica y no solo por tierra, ya que en ocasiones te ves envuelto en carreras con el speeder, el vehículo de transporte para viajar de un lado a otro, y también están las épicas batallas espaciales con la Cazaestelas, la nave de Kay. Sobre estas últimas he de reconocer que las he disfrutado gratamente y mucho más que en las primeras impresiones, porque ahora sí que he notado un mejor control de la nave y estos encuentros son todo un espectáculo por la cantidad de tiros que se cruzan de un lado a otro.

En otro orden de cosas, me ha parecido fascinante la cantidad de formas que te ofrece el juego a la hora de pasar el rato, sobre todo por las dimensiones de sus planetas en forma de mundo abierto y sus ciudades con mercaderes que te venden mejoras para el blaster, para el equipo de Kay o para sus respectivos vehículos. A su vez, en estos lugares también puedes encontrar máquinas recreativas en forma de minijuegos, partidas para jugar al Sabacc o incluso apostar en unas carreras como de caballos para ganarte unos créditos adicionales.

Cambiando nuestro destino entre los cárteles

Mientras vas avanzando en la historia principal vas conociendo algunos de los diferentes cárteles más populares y afianzados de la galaxia. Y es que Kay necesita formas de salir adelante, ganarse créditos y sobre todo buscar aliados para sobrevivir a este viaje, por eso de vez en cuando, sobre todo a medida que lo marca el argumento, van saliendo a escena los líderes de estos grupos de criminales que son los que te van asignando encargos para completar.

Muchos de ellos consisten en robar datos o mercancía de otras instalaciones, pero normalmente las solicitudes conllevan enemistarse con otras facciones, así que a la larga se convierte en una especie de tira y afloja dependiendo de con quién quieras mantener una mejor o peor relación. A nivel argumental no es indispensable y no hay una mejor o peor elección, pero sí para las decenas y decenas de misiones secundarias y para los objetivos que te permiten obtener créditos, piezas de equipo y otros artículos muy útiles.

Por ejemplo, si mantienes una buena relación con los Hutt te permitirá entrar a sus bases como si no pasase nada, abaratar costes, aceptar una mayor cantidad de encargos y mayor valiosos y hasta recibir recompensas exclusivas llegado a cierto punto. Por el contrario, enemistarse con los Pyke puede provocar que te rechacen por completo acceder a sus zonas, que los contratos que te ofrezcan sean de peor calidad, los precios se encarecerán e incluso si se lleva al extremo se sumarán a la caza de poner precio a la cabeza de Kay, así que cualquier miembro que te encuentres de ellos en el mundo exterior te perseguirá como si no hubiera un mañana.

El juego está constantemente planteándote dilemas morales para que las relaciones aumenten o disminuyan, porque en ciertas misiones antes de completarlas te propondrán alternativas para que traiciones a los que te han contratado a cambio de una mayor recompensa, por lo que ahí depende de lo que quiera potenciar cada uno. Al menos, no he tenido la sensación de que si te muestras en contra de un grupo sea imposible recuperar el afecto, porque los contratos seguirán llegando poco a poco, pero lo que sí está claro es que es imposible tener a todas las facciones contentas por igual, por lo que no te queda más remedio que estar decantándote por unas u otras.

En general, todo este asunto me ha parecido un puntazo por cómo las misiones van variando, las escenas y los diálogos dependiendo de las acciones que vayas tomando sobre la marcha, pero de nuevo recalco que nada de esto tiene que ver con la trama principal. Solo que en base a lo que hagas contarás con la ayuda de unos y te tocará enfrentarte contra otros. De todos modos, la cantidad de contratos y misiones secundarias que vas obteniendo es tan abrumadora que al final hay infinidad de formas de cambiar tu destino y de alargar considerablemente la duración del juego.

Por otro lado, hasta hay ciertos personajes clave que son los que propondrán a Kay cumplir con otros objetivos alternativos para obtener a cambio mejoras que afectarán a sus capacidades y a las habilidades de Nyx o también para optimizar las habilidades de nuestra protagonista al hackear ordenadores o abrir puertas, que vienen a ser otro par de minijuegos de lo más sencillos, pero muy entretenidos de resolver.

Un juego que se ve lastrado por una falta de optimización

Llegamos a la parte más polémica del juego con diferencia, como es la de su rendimiento y optimización. Lo mejor que puedo decir es que, como ya mencioné previamente, la calidad gráfica es altísima, sobre todo a nivel artístico, así que en ese sentido no le puedo poner ninguna pega, al igual que de los 60 fps, en la versión de PS5 que he jugado, no baja en ningún momento ni un solo ápice, sin importar la cantidad de efectos que haya en pantalla.

El problema está en que se nota demasiado que Massive Entertainment se ha conformado con muy poco a la hora de asegurarse que el juego rendía a la perfección sin fallos, porque me he encontrado con demasiados bugs. Es una pena que con la calidad tan alta que tiene el título jugablemente hablando se presenten estos errores con los que me he topado que son excesivamente molestos, hasta el punto de resultar imposible pasarlos por alto.

Para empezar, he visto a personajes salir volando o con los que, por algún motivo, no podía hablar con ellos. Nix tampoco se ha librado de ellos al desobedecer mis órdenes y no haber forma de asignarle ninguna tarea hasta que he tenido que reiniciar algún punto anterior. A esto se suma que ciertos ascensores por los que tenía que acceder no podía subirme a ellos porque Nix no quería entrar, lo que me hizo pensar que sería cosa del juego adrede, pero cuando vi después que no hacía caso a mis indicaciones fue cuando me percaté que no estaba en lo correcto.

Las animaciones de los enemigos al morir parece que son muñecos de goma por cómo sus brazos y piernas se vuelven locos como si no tuviesen ningún hueso en el cuerpo. Pero si hay algo que se lleva el remate son los dichosos cuelgues que se han producido más veces de lo que me gustaría. Eso de estar jugando y que se te quede congelado el juego, con la pantalla en negro o se vea todo borroso, no me parece ni medio normal. Hasta hubo un caso que aun cargando partidas antiguas no se solucionaba el cuelgue, aunque por suerte dándole a "continuar" desde el menú de inicio se solucionó.

La opinión de VidaExtra

Podría decir muchas cosas de Star Wars Outlaws y me alegra que la balanza se incline más hacia las buenas que hacia las malas. Tenía potencial para ser de lejos el mejor videojuego de todos los que existen de este universo, pero hay ciertos aspectos que han causado que no sea perfecto. Las partes de sigilo y esos fallos tan estridentes son cosas que no se pueden perdonar y que tal vez se podrían haber corregido con unos meses más de trabajo. Hasta no dudaría que los errores con los que me he encontrado desaparezcan con futuros parches, pero a día de hoy es algo a tener en cuenta.

Naturalmente, no quiere decir que sea un mal juego, porque en absoluto es así. A cualquiera que me preguntase si le recomiendo comprarlo, mi respuesta sería un "sí" rotundo, porque la magia que desprende y cómo te hace sentirte dentro del mundo de Star Wars está logrado a la perfección, al igual que las partes de acción, la historia, los personajes con los que te encuentras, las formas de pasar el rato, etc.

En resumen, Star Wars Outlaws es una entrega de la saga que no se puede pasar por alto. Tal vez no llegue a ser uno de los juegos del año, pero sí uno que será difícil que os olvidéis de él y que os hará vivir un viaje increíblemente épico en compañía de Kay y Nix y que hasta ofrece algo de rejugabilidad con el fin de saber qué habría pasado en determinadas misiones de haberte aliado con unas facciones y otras, que sin duda es otro de su pilares fundamentales.

Precio de Star Wars Outlaws

El precio de Star Wars Outlaws en su edición física con su edición limitada 72,99 euros. En cambio, los que optéis por haceros con su versión digital la encontraréis por 79,99 euros en PlayStation Store y en la tienda de Xbox y por 69,99 euros en la tienda digital de Ubisoft.

Duración de Star Wars Outlaws

Solo la aventura principal de Star Wars Outlaws os mantendrá atrapados entre 20 y 25 horas, pudiendo duplicar dicha cantidad al doble fácilmente si sois de los que queréis completar todos los encargos y actividades secundarias que existen.

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