El inicio de 2024 es época de exclusivos para Sony, ya que Final Fantasy VII Rebirth se ha convertido en el plato fuerte para los poseedores de una PS5. Sin embargo, bajo el radar se encuentra Rise of the Ronin, el nuevo RPG de acción de Koei Tecmo y Team Ninja. Un vergel de espadazos, sangre y muchas dosis de cultura asiática que he podido saborear en mis primeras horas de aventura por Japón.
Los mayores aficionados a la desarrolladora japonesa conocen el sello que imprime el estudio a cada una de sus obras y no faltarán esos ingredientes que hemos podido ver en la saga Nioh, el irregular Stranger of Paradise: Final Fantasy Origin y el más reciente Wo Long: Fallen Dynasty. En este caso el contexto nos traslada al período Edo, una época de grandes cambios para la nación, ya que nos situamos a finales del siglo XIX cuando muchos frentes se abren para el gobierno y la sociedad. Las enfermedades, los responsables tiránicos y, especialmente, la influencia de Occidente penetrarán con fuerza en el territorio nipón.
Por si fuera poco, una guerra civil constante entre el shogunato Tokugawa y las facciones contrarias a él se libra sin compasión en las calles de las grandes urbes e incluso en las regiones más remotas. Bajo esta premisa nos tocará encarnar a un protagonista que se implicará en estos acontecimientos de diversas formas, siempre bajo nuestra elección, pero en primer lugar debemos configurar su apariencia.
Si en los últimos días se ha alabado, y con razón, el estupendo editor de Dragon's Dogma 2, lo cierto es que el de Rise of the Ronin no se queda ni mucho menos atrás. Existe una enorme cantidad de opciones para crear al ser más bello posible o la aberración con la que no te quieres cruzar, poniendo el acento en partes del cuerpo muy específicas. Además, existen ayudas muy útiles como comparativas instantáneas con las selecciones anteriores para que tengamos claro si nos gustan las modificaciones.
Los que deseen una personalización profunda de su apariencia la tendrán, pero al fin y al cabo la esencia consiste en derramar sangre, que no será poca. Haciendo honor al título, actuaremos como un ronin sin una causa definida, por lo que podremos valernos de las artes más sutiles del sigilo o la confrontación más directa con nuestro acero. Sea cual sea la vía que escojamos, lo cierto es que hay bastantes opciones encima de la mesa.
Acuchillar por la espalda, lanzar flechazos a la cabeza o apuntar con un rifle entre ceja y ceja son posibilidades muy útiles para ir avanzando sin llamar la atención. Shurikens, bolas de barro cocido y diferentes elementos del escenarios servirán al propósito de acumular bajas en silencio, aunque la IA no es que destaque por ser la más avispada detectándonos. Podemos desatar un combate muy cerca de otra posición de enemigos y ellos no advertirán el ruido, por no hablar de que su campo de visión es realmente reducido. Por si fuera poco, es complicado en ocasiones detectar desde dónde nos están viendo, pues los marcadores visuales no siempre acertan en la dirección hacia la que debemos girarnos.
Con todo, la furia guerrera en cuanto un grupo de luchadores nos plantan cara y aquí es cuando Rise of the Ronin se desata. Contamos con dos armas, una principal y secundaria, las cuales varían de entre una selección en la que encontramos katanas, espadas dobles, naginatas o directamente pelear con los puños desnudos. La maestría en cada una de ellas se gana con la suma de experiencia, lo cual potencia todavía más los ataques de los diferentes estilos de combate.
Ten (Cielo), Chi (Tierra) y Jin (Humano) son las posturas que podemos adoptar para adaptarnos mejor al rival que tenemos enfrente y obtener ventaja, pero lo fundamental consiste en ejecutar unos buenos contraataques. Aquellos que profesen la religión del parry están de enhorabuena, porque se trata del pilar que sustenta las escaramuzas. Cada personaje, incluyendo al protagonista, cuenta con una barra de ki que determina cuántas acciones puede llevar a cabo antes de detenerse para esperar a que se rellene.
Bloquear y atacar la consume, pero lo mismo sucede para el contrario si paramos en el momento exacto su embestida y hacerlo de forma consecutiva reducirá su ki máximo hasta que quede expuesto a un ataque letal. Es aquí cuando podremos pulsar triángulo para lucir una ejecución devastadora, a la altura de cortar cabezas y amputar miembros con el correspondiente río de sangre brotando de los cuerpos. A todo ello ayudan las habilidades marciales, acciones bastante espectaculares que se realizan manteniendo pulsado R1 mientras pulsas cuadrado/triángulo y logran un daño brutal.
Evidentemente, la marea inabarcable de cascos, armaduras, zapatos y accesorios están a la orden del día, pudiendo llegar a tener un depósito de hasta 2.000 elementos en el menú. Un pequeño caos en el que necesitaremos filtrar qué necesitamos en cada momento para incorporarlo al protagonista y conseguir ventajas como un mayor daño, aumentar la salud máxima o reducir la pérdida de ki. Hay potenciadores todavía mayores si sumamos las diferentes partes de los conjuntos o si acudimos al herrero para mejorar piezas que usemos con frecuencia. La marca distintiva de Team Ninja de atiborrarnos a estadísticas sigue presente, para lo bueno y para lo malo.
Es realmente entretenido despedazar a todo lo que nos encontremos por delante, llegando a tener que vernos las caras con contrincantes más grandes y peligrosos, incluyendo animales. Además, también entra en juego el preciado gancho que se convierte, junto a las alas para planear, en la base del desplazamiento de Rise of the Ronin. Estamos en un Japón donde la industrialización todavía había penetrado de forma tímida, por lo que por ahora tan solo me encontrado con la ciudad de Yokohama como exponente más avanzado de la sociedad. Un punto en el que confluyen Oriente y Occidente con habitantes autóctonos con sus prendas clásicas y extranjeros que se han instalado en la zona con edificios propios de los barrios anglosajones.
Entre ellos, así como en las afueras, podemos impulsarnos, escalar y planear por los cielos con soltura para recorrer grandes distancias en poco tiempo, lo cual resulta en un gran placer. Es una de las rutinas más habituales en el título de Team Ninja, ya sea atravesar tejados, colarnos por andamios o montar a caballo para llegar al pueblo que está en la otra punta del mapa. Sin embargo, en algunas ocasiones es realmente frustrante que vallas pequeñas o ciertos obstáculos no se puedan superar y haya que dar rodeos, ya que se convierten en barreras artificiales muy incómodas para avanzar.
Al mismo tiempo, Rise of the Ronin es un juego que se queda muy atrás respecto a lo mostrado en las diferentes imágenes promocionales. El apartado artístico llega a ser bonito con los colores de los árboles, la arquitectura de las estructuras y algún que otro rincón apartado, pero en general hablamos de una obra que gráficamente se queda lejos de lo que se podría esperar de un videojuego de PS5. No importa si intercambiamos entre el modo que prioriza el músculo técnico o el de los fotogramas, por lo que parece una papeleta difícil de resolver a falta de un parche previo al lanzamiento.
La trama, de la cual apenas he podido ver unas cuantas gotas, permite escoger muchas opciones de diálogo que nos inclinan en favor del shogunato o en contra de su régimen. Convencer o intimidar son algunas de las diversas contestaciones que tendremos a nuestra disposición para conseguir el beneficio que queramos de cada situación, aunque tendrán repercursiones. La relación con los personajes se nutre en base a cómo les tratemos, siendo más o menos favorables a ellos, y esa actitud conlleva a una serie de recompensas jugosas.
Es pronto para juzgar el devenir del argumento, pero por ahora cuesta empatizar con lo que sucede por lo planos que resultan un buen puñado de secundarios. Eso sí, son capaces de acompañarnos en diferentes misiones y proporcionarnos bonificaciones para el árbol de habilidades, así que lo mejor es mantenerlos contentos la mayor parte del tiempo posible. Sus peticiones se pueden encontrar en múltiples lugares de un mundo abierto realmente amplio y atiborrado de iconos que debemos tachar de la lista.
Acariciar gatos, encontrar monumentos y rezar frente a un santuario son misiones habituales en el recorrido por el mapa, pero no dejan de sentirse como una tarea secundaria sin ningún tipo de trascendencia, más allá de la propia recompensa que recibamos. Por ahora, el escepticismo sobre Rise of the Ronin surca mis pensamientos, aunque la última palabra llegará con su lanzamiento previsto para la semana que viene.
Ficha de Rise of the Ronin
- Plataformas: PS5
- Multijugador: Sí
- Desarrollador: Team Ninja
- Compañía: Koei Tecmo
- Lanzamiento: 22 de marzo de 2024
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